¿Es posible vivir 20 años más?: expertos revelan los 8 hábitos para alcanzar la longevidad

Los 8 hábitos para vivir más. Foto: Unsplash

Estamos inmersos en la época dorada de la longevidad. Gracias a los avances de la ciencia y la medicina, y la mayor toma de conciencia sobre los hábitos saludables, la expectativa de vida aumentó notablemente en todo el planeta. Todos los especialistas coinciden en que para vivir más y mejor es de vital importancia cuidar nuestro cuerpo, alimentarlo, hidratarlo, realizar actividad física todos los días y descansar 7 horas cada noche.

En este contexto nació la “medicina del estilo de vida”, la cual se enfoca en tratar las causas subyacentes de las enfermedades en lugar de simplemente atacar los síntomas cuando la enfermedad ya está en desarrollo.

Para ir más a fondo un estudio presentado en Nutrition 2023, la reunión anual de la Sociedad Estadounidense de Nutrición, y realizado con 719.147 personas dio a conocer datos esperanzadores. Según afirman los expertos, practicar ocho hábitos saludables a los 40 años se asoció con 24 años adicionales de vida en los hombres y 21 años en las mujeres.

Longevidad. Foto: Unsplash.

“Nos sorprendió lo mucho que se podría ganar con la adopción de uno, dos, tres o los ocho factores de estilo de vida. Los hallazgos de nuestra investigación sugieren que adoptar un estilo de vida saludable es importante tanto para la salud pública como para el bienestar personal. Cuanto antes, mejor. Pero incluso si solo haces un pequeño cambio a los 40, 50 o 60 años, sigue siendo beneficioso”, dijo Xuan-Mai Nguyen, especialista en ciencias de la Salud del Departamento de Asuntos de Veteranos de EEUU y autora principal de la investigación.

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¿Cuáles son los 8 hábitos para alcanzar la longevidad?

• Hacer ejercicio

Como muchos saben, moverse y tener un estilo de vida activo es beneficioso tanto para la salud física como mental. El ejercicio nos mantiene jóvenes. En esta línea, investigadores encontraron que ciertos ejercicios pueden hacer que nuestras células parezcan biológicamente más jóvenes. Al incrementar la actividad física, las enfermedades propias de la edad como la neumonía, los derrames cerebrales, la diabetes e infecciones del tracto urinario pueden prevenirse.

Los científicos encontraron que, entre casi 82.000 adultos británicos, quienes realizaban ejercicio regularmente tenían menos probabilidades de ser hospitalizados por diversas afecciones de salud en los años posteriores.

• Evitar fumar

Fumar, cigarrillo. Foto: archivo

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el consumo de tabaco mata cada año a unos 8 millones de personas en el mundo. Fumar es una adicción peligrosa, de hecho, quienes tienen este hábito viven en promedio 10 a 15 años menos que las personas no fumadoras.

•  Priorizar el buen dormir

Un descanso adecuado es fundamental para preservar la buena salud. Los científicos recomiendan dormir 7 horas por noche ya que contribuye a la reparación biológica y mental. Pese a su importancia, la OMS estima que cerca del 40% de la población global no logra conciliar un sueño de calidad.

La falta de descanso reparador o las alteraciones producidas durante el sueño “pueden desencadenar o exacerbar enfermedades subyacentes”, advirtió el doctor Daniel Pérez Chada, presidente de la Fundación Argentina del Sueño.

• Manejar los niveles de estrés

Todos estamos sometidos a situaciones que generan estrés, pero, su mal manejo acelera el envejecimiento. “El estrés severo puede desencadenar el aumento de la edad biológica, pero si ese estrés es de corta duración, los signos del envejecimiento biológico pueden revertirse”, alertó el autor principal del trabajo, Jesse Poganik, de la División de Genética del Brigham and Women’s Hospital asociado a la Universidad de Harvard.

• Evitar los alimentos ultraprocesados

Como dice el dicho: "somos lo que comemos". Nuestra alimentación determina nuestra calidad de vida. En medio del auge de los alimentos ultraprocesados, los especialistas insisten en una dieta variada y equilibrada, con un mayor consumo de verduras y frutas, evitando el exceso de azúcar, grasas y sodio.

Es importante evitar el consumo de sal. Foto: Unsplash

Una dieta saludable ayuda a protegernos de la malnutrición en todas sus formas, así como de las enfermedades no transmisibles, como la diabetes, las cardiopatías, los accidentes cerebrovasculares y el cáncer.

Una buena manera de comenzar es disminuyendo el consumo de sal. “Mantener el consumo de sal por debajo de 5 gramos diarios (equivalentes a menos de 2 g de sodio por día) ayuda a prevenir la hipertensión y reduce el riesgo de cardiopatías y accidente cerebrovascular entre la población adulta”, afirman desde la OMS.

• No beber en exceso

De acuerdo con la OMS, el consumo excesivo de alcohol puede causar, con el tiempo, más de 200 enfermedades. Lo ideal es evitar los excesos, limitándose a tomar solo en ocasiones “especiales”.

• No tener adicción a los opioides

Son una clase de medicamentos utilizados para reducir el dolor. Incluyen analgésicos disponibles legalmente a través de una receta médica, así como drogas ilegales tales como la heroína. Su consumo puede provocar la muerte debido a los efectos de esas sustancias en la parte del cerebro que regula la respiración.

La adicción a los opioides puede provocar la muerte. Foto: Unsplash

• Mantener relaciones sociales positivas

Una investigación de Harvard identificó que mantener relaciones saludables y positivas es el elemento clave para mantener una vida larga y feliz. “El hallazgo más consistente que hemos aprendido a lo largo de 85 años de estudio es que las relaciones positivas son tan poderosas que nos mantienen más felices, más saludables y, como si fuera poco, nos ayudan a vivir más tiempo”, señalaron los investigadores.

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Las revelaciones del estudio 

El estudio utilizó datos de 719.147 personas inscritas en el Programa del Millón de Veteranos de Asuntos de Veteranos. El análisis incluyó datos de adultos de 40 a 99 años e incluyó 33.375 muertes durante el seguimiento.

Los resultados dejaron en evidencia que la baja actividad física, el uso de opiáceos y el tabaquismo tenían el mayor impacto en la esperanza de vida, asociándose con un 30% a 45% más de riesgo de muerte. Por su parte, otros factores, como el estrés, los atracones de bebida, la mala alimentación y la mala higiene del sueño, se asociaron con un aumento del 20% en el riesgo de muerte, y la falta de relaciones sociales positivas con un aumento del 5%.

Esta investigación muestra que la elección de un estilo de vida saludable puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades, ayudando a alcanzar la tan deseada "longevidad".