Una nueva investigación dejó al descubierto que un tipo de alimentación puede reducir las probabilidades de desarrollar enfermedades neurodegenerativas. De qué se trata.
Por Canal26
Miércoles 14 de Agosto de 2024 - 18:05
Tener hábitos saludables a lo largo de toda la vida, puede prevenir diversas enfermedades a futuro. Un nuevo estudio sueco demostró que una dieta sana, que reduzca la inflamación en el cuerpo, puede reducir las probabilidades de desarrollar demencia.
Las dietas antiinflamatorias se basan en alimentos como verduras, frutas, cereales integrales, pescado y legumbres. Un gran ejemplo es la dieta mediterránea.
Las dietas antiinflamatorias se basan en alimentos como verduras, frutas, cereales integrales, pescado y legumbres
En el estudio participaron más de 84.000 adultos mayores a los que se dio seguimiento durante más de 12 años y se descubrió que los que seguían una dieta antiinflamatoria tenían un 21 por ciento menos de probabilidades de desarrollar demencia, en relación con las personas que comían una dieta proinflamatoria poco saludable rica en carnes rojas, huevos, lácteos y alimentos procesados.
En el caso particular de los adultos mayores con enfermedades cardiacas o diabetes, el riesgo de demencia se redujo en un 31 por ciento, siguiendo una dieta antiinflamatoria. Así lo informó el equipo dirigido por Abigail Dove, investigadora en el Centro de Investigación sobre el Envejecimiento del Instituto Karolinska, en Estocolmo.
Además, las resonancias magnéticas del cerebro de un subconjunto de más de 9,000 de los participantes también mostraron beneficios neurológicos relacionados con una dieta más saludable.
Una dieta más saludable tiene beneficios neurológicos.
“Se observó un mayor volumen de materia gris (la materia gris es buena) y una menor carga de ‘hiperintensidades de la materia blanca’ entre los que comían una dieta antiinflamatoria”, dijo el Dr. Liron Sinvani, director de servicios hospitalarios geriátricos del Hospital de la Universidad de North Shore, en Manhasset, Nueva York.
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La dieta debe su nombre al patrón de alimentación basado en los hábitos italianos, griegos y otros habitantes de la región. Este tipo de dieta favorece el consumo de grasas saludables, como las del aceite de oliva y los frutos secos, limitando el consumo de productos animales.
La dieta mediterránea se caracteriza por un alto consumo de vegetales, frutas, legumbres y cereales, pero tiene al aceite de oliva como prácticamente la única fuente de grasas monoinsaturadas. Incluye un consumo moderado de pescado, poca carne y aves, y casi nada de lácteos. El vino es incorporado en cantidades muy moderadas y solo con las comidas.
Además, este tipo de alimentación, se asocia con un menor riesgo de depresión, mientras que una dieta rica en granos refinados, dulces y mantequilla se vincula con un mayor riesgo de desarrollar esta enfermedad, concluyeron los especialistas.
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