Se trata de una pandemia psicoespiritual que está infectando a toda la Humanidad. Conocé todos los detalles en la nota.
Por Canal26
Domingo 10 de Mayo de 2020 - 14:20
Wetiko, según indígenas nativos americanos
En tiempos en el que el mundo está paralizado por temor al coronavirus, un virus afecta al ser humano en el aspecto psicoespiritual, y también deberemos poner mucha atención.
Se trata del Wetiko, un virus conocido por los indígenas nativos americanos, que debemos recordar muy bien. Ellos afirman que es algo así como si fuera el virus mental del canibalismo, que todo lo devora.
Se dice que este “virus” patógeno engaña a su huésped y lo hace creer que obtener la fuerza vital de los demás (plantas, animales, personas, básicamente seres vivos) es una manera lógica y racional de existir, y esto se sobredimensiona por estos convulsionados tiempos. Es lo mismo que expresar que es el “virus del egoísmo”.
Quizá podría llegar a una definición más precisa, como define el estudioso del tema Paul Levy, que en su libro “Dispelling Wetiko” lo ha llamado “egofrenia” ¿Qué se quiere expresar, concretamente? Que esos ancestrales aborígenes americanos observan al egoísmo intrínsecamente como una enfermedad que impide reconocer la realidad en la que vivimos, que es en un mundo interdependiente donde toda la vida tiene el mismo valor intrínseco y que en realidad no existimos como egos separados.
En su libro “Colombus and Other Cannibals” el historiador de la cultura nativa americana Jack D. Forbes describe la creencia común entre comunidades indígenas de que los conquistadores europeos estaban crónicamente infectados de Wetiko cuando arribaron al mal llamado Nuevo Mundo. Es más, no discriminan entre españoles, ingleses, portugueses, franceses y holandeses.
“Trágicamente, la historia del mundo en los últimos 2000 años es, en gran medida, la historia de la epidemiología de la enfermedad del Wetiko”, escribe Forbes. “El canibalismo es el consumo de la vida de otra persona para beneficio propio”. Puede que actualmente el canibalismo no ocurra de manera literal, siendo un término que podría ponerse en duda si llegamos a argumentar que una enorme porción de seres humanos nos alimentamos de animales, algo que los proteccionistas podrían tildar de cierta manera como una forma de canibalismo, pero ocurre masivamente en la forma en la que se ejecuta nuestro sistema económico. Les guste o no a quienes reemplazan los diferentes animales que se consumen desde antes de que el hombre comenzara a desarrollarse socialmente.
Miles de millones de personas viven su jornada dando toda su fuerza vital a la persecución de una ilusión o una fantasía ajenas, y en el proceso entregan su riqueza a unos pocos. Podemos ver un canibalismo en la voluntad de poder, de conquistar el mundo y explotar la naturaleza; en el sobreconsumo y en la extracción de todos los recursos con el fin de obtener más ganancias personales (una especie de vampirismo de la fuerza vital del planeta).
Todo esto se hace en nombre de la civilización, un argumento colectivo que no lleva a otra cosa que un estado (no siempre visibilizado) de hipocresía, en la visión de un pueblo que, al correr el velo, tiene una mirada mucho más profunda de lo que alguna vez habrán pensado los nativos cuando, semidesnudos, se enfrentaban a los colonos que vinieron a conquistarlos.
En esa línea de pensamiento, cuando se le preguntó al líder espiritual de la India, Mahatma Gandhi, qué pensaba de la civilización occidental, la respuesta de uno de los hombres más iluminados del mundo fue contundente: “Creo que sería una buena idea”, dejando a todos en ascuas, porque su formación es una buena idea que, pese a algunos intentos, no ha logrado materializarse.
Al final de cuentas el egoísmo, o la egofrenia, en definitiva el Wetiko, es una forma de canibalismo psíquico. Decimos que es una enfermedad espiritual o psicoespiritual porque centra toda la conciencia en una parte del cerebro, e impide reconocer la profundidad de la mente, que no está constreñida sólo a un cuerpo, a la materia, es decir, se niega el aspecto espiritual del ser. “La civilización moderna padece un extremo dominio de los aspectos racionales e intelectuales de la mente, un desequilibrio que parece desconectarnos de la naturaleza, de la empatía y de nosotros mismos”, dice Levy.
Si nos atenemos a la mirada de los nativos, específicamente, podríamos considerar que Wetiko es sólo una forma más o menos supersticiosa de imaginar concretamente nuestro egoísmo. Pero, aunque sea sólo una enfermedad mental, también es posible que se contagie y replique en otras personas, como sugiere la teoría memética de Richard Dawkins.
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