Bomberos al límite frente a la peor ola de incendios en Corea del Sur

Por Canal26

Viernes 28 de Marzo de 2025 - 02:55

Seúl, 28 mar (EFE).- Extenuados, cubiertos de hollín y enfrentando condiciones extremas, miles de bomberos luchan desde hace una semana contra los peores incendios forestales que ha vivido Corea del Sur, una catástrofe que ha dejado ya al menos 28 muertos, más de 33.000 damnificados y unas 47.000 hectáreas calcinadas, equivalentes a más de 60.000 campos de fútbol.

"Había mucho más humo del que imaginaba, era absolutamente necesario usar mascarilla. El fuego se reactivaba una y otra vez, lo que hacía todo aún más duro", relata a EFE un bombero treintañero que fue despachado unos 300 kilómetros desde su base en la ciudad de Paju a Uiseong, una de las zonas más afectadas, donde el fuego ha cobrado la vida de decenas de personas y dejado tras de sí un paisaje desolador.

El incendio en Uiseong se ha extendido durante ocho días y este viernes se ha alcanzado un 95 % de contención, según las autoridades. Pero en otras zonas de la provincia de Gyeongsang del Norte, a unos 230 kilómetros al sureste de Seúl, como Yeongyang, Cheongsong y Yeongdeok, los esfuerzos siguen centrados en evitar que el desastre se prolongue.

"Lo que más diferencia este incendio de otros que he vivido es la cantidad de víctimas. En 2022 participé en la respuesta al (gran) incendio de Uljin, pero nunca había visto un número tan alto de muertos y heridos como ahora", dijo el bombero, bajo la condición del anonimato.

Durante la noche del jueves, una ligera lluvia y la caída del viento crearon condiciones más favorables para el control de las llamas, pero las previsiones apuntaban a un repunte en la tarde con ráfagas de hasta 15 metros por segundo y aire seco del noroeste, lo que podría reactivar focos ya contenidos.

"Fue la propagación más rápida que he visto nunca. Probablemente se debe a que las montañas están conectadas entre sí, y el viento soplaba con muchísima fuerza", dijo el bombero.

Miles de efectivos luchando contra las llamas y miles de evacuados

Corea del Sur ha desplegado a 5.580 miembros de personal de emergencia, 86 helicópteros y 569 camiones de bomberos para contener los múltiples focos, que han obligado también a intensificar labores en zonas escarpadas como el Parque Nacional de Jirisan, el primero y más grande del país, donde la vegetación densa y la falta de caminos dificultan el avance.

Por su parte, el Ministerio de Defensa anunció este viernes el despliegue de 1.000 soldados y 49 helicópteros más, incluidos algunos proporcionados por las fuerzas estadounidenses en el país.

Además, indicó que hay 2.500 efectivos, 9 helicópteros y equipos adicionales en estado de reserva, listos para ser activados en caso necesario. Las autoridades calificaron la jornada como un punto de inflexión decisivo para evitar que la emergencia se convierta en una crisis prolongada.

A lo largo de la semana, miles de evacuados han pasado las noches sobre colchonetas en suelos fríos o dentro de gimnasios habilitados como refugios temporales, muchos sin más pertenencias que su teléfono móvil, según los medios locales.

En varios de estos centros faltan utensilios básicos y medicamentos, y los residentes no saben cuándo podrán regresar a sus hogares. Las autoridades han prometido movilizar todos los recursos disponibles para atender las necesidades urgentes.

El bombero, que decidió unirse al cuerpo tras ver a sus predecesores en acción durante un incendio cuando hacía el servicio militar, no se considera un héroe.

"Nosotros no lo vemos como un sacrificio, sino como nuestro simple deber", dijo, en medio de un desastre que ha cobrado la vida de cuatro de sus colegas.

El Gobierno ha declarado varias zonas especiales de desastre y ha prometido ayudas de emergencia, pero expertos citados por Yonhap han advertido que el país necesita un sistema de respuesta más sólido: brigadas especializadas, tecnología como drones e inteligencia artificial, y operativos de extinción activos los 365 días del año. La falta de recursos adecuados y personal entrenado ha sido una de las principales críticas tras la magnitud del desastre.

"Comemos, dormimos, entrenamos y actuamos juntos, como una familia", concluyó el bombero, antes de volver a la línea de fuego, donde él y sus compañeros siguen luchando por contener el peor incendio forestal en la historia del país. EFE

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