El presidente argelino Abdelmajid Tebboune se encima a un segundo mandato

Laura Fernández Palomo

Argel, 7 sep (EFE).- Argelia, el país más grande de África y primer exportador de gas a España además de segundo por gasoducto a la Unión Europea, celebra este sábado elecciones presidenciales en las que todas las quinielas dan como ganador al actual presidente Abdelmajid Tebboune para otros cinco años.

Será un test para el régimen argelino después del masivo movimiento de protestas de 2019, "Hirak", que forzó la retirada de su predecesor Abdelaziz Buteflika, tras dos décadas en el poder, y reclamó un profundo cambio del sistema político-militar poscolonial que domina el país desde la independencia de Francia en 1962.

Estas son las claves de los comicios de hoy:

1. Tres candidatos, un favorito

Tebboune concurre como candidato independiente pero con el apoyo de partidos mayoritarios institucionales como el Frente de Liberación Nacional (FLN) que lidera la política argelina desde la independencia.

Sus competidores son el islamista Abdelali Hassani y el socialista Youcef Aouchiche que, si bien no son dos líderes destacados, representan formaciones con amplia base nacional: el Movimiento de la Sociedad por la Paz (MPS), segundo partido del Parlamento, y el Frente de Fuerzas Socialistas (FFS), fundado en 1963.  

3. Silencio de la oposición no institucional

La Autoridad Nacional Independiente de Elecciones en Argelia (ANIE) aprobó solo tres candidaturas de un total de 16 expedientes que incluían a la progresista Zoubeida Assoul, el jefe de la coalición laica nacionalista Belkacem Sahli y la empresaria independiente Saida Neghza, esta última más tarde procesada por "compra de firmas".

La conocida opositora Louisa Hanoun, secretaria general del Partido de los Trabajadores de Argelia (PT), retiró su candidatura durante el proceso de registro por, denunció, los obstáculos de "algunas partes" en la recogida de firmas y "amenazas y chantajes" que recibieron sus militantes.

Durante la campaña, estas formaciones y voces más críticos y sin representación institucional apenas se han manifestado, mientras que Assoul llamó a la participación pero para votar en blanco.

4. Del "Hirak" a la "Nueva Argelia"

Las demandas del "Hirak" se mantuvieron durante los primeros meses de mandato de Tebboune y fueron menguando por la creciente intervención policial y las detenciones de activistas hasta su desaparición por la pandemia del covid a mediados de marzo de 2020.

En 2020, Tebboune sometió a referendo una Constitución que menciona en su preámbulo al "bendito Hirak" e impulsó un programa de reformas y una campaña contra la corrupción y el clan de Butiflika en la que decenas de militares y funcionarios fueron arrestados.

El presidente pidió un segundo mandato para completar su programa de reformas hacia una "Nueva Argelia" que no convence a los más exigentes que no ven cambios profundos del rígido sistema político.

5. Ingresos por gas, paz social

Desde la guerra ruso-ucraniana de 2022, Argelia se colocó como proveedor preferente de gas a Europa, que intenta desvincularse del suministro ruso, lo que le permitió obtener unos ingresos de 60.000 millones de dólares ese año y 50.000 millones de dólares en 2023.

La política de redistribución, a través de beneficios sociales como ampliar el subsidio de desempleo a quienes no habían cotizado nunca, ha permitido una aparente estabilidad social y económica.

El Ejecutivo ha aprobado para este año el mayor presupuesto de la historia del país con unos 113 mil millones de dólares en gasto público, un aumento del 6%. Argelia prevé duplicar la producción de gas en los próximo años.

6. "Libertades en retroceso"

Este primer mandato también ha estado marcado por las denuncias de la cada vez menos audible sociedad civil y las restricciones del "espacio cívico", mientras que el candidato socialista Aouchiche reconoció en declaraciones a EFE la existencia de "presos político y de opinión".

Las autoridades suspendieron dos partidos políticos, en 2022 disolvieron la histórica Liga Argelina para la Defensa de los Derechos Humanos (LADDH) y el año pasado uno de los más reputados periodistas argelinos Ihsane El Kadi, considerado la voz de la oposición, fue condenado a siete años de prisión por recibir fondos extranjeros.

Aouchiche mostró una preocupación especial por la ampliación del artículo 87 del Código Penal que extiende la categoría de "terrorismo" con amplias penas de cárcel y por el que se ha condenado a decenas de personas.

7. Participación a la baja

En las elecciones de 1995, en pleno enfrentamiento civil con las guerrillas islamistas en la llamada "década negra", el 75% participó en las elecciones en las que el general Liamine Zeroual se hizo con la presidencia.

Buteflika irrumpió para poner fin a una sangrienta década con un plan de concordia y ganó las elecciones de 1999 con una participación del 60,91% que aumentó en 2004 hasta el 85,07%. En 2009, más del 74% de los argelinos votaron tras lo que se produjo una notable caída hasta el 51,7% en 2014.

Con Buteflika fuera de escena, expulsado por el "Hirak" que se opuso a su candidatura para un quinto mandato, solo el 39,8% participó en las elecciones de 2019 en las que ganó Tebboune, que fue boicoteada por la oposición y sociedad civil.

Los procesos electorales celebrados durante el mandato de Tebboune también registraron una alta abstención, tanto el referendo constitucional de 2020 como las elecciones legislativas de 2021 que solo movilizaron al 23% del electorado.

8. Desafíos regionales e internacionales

Argelia, socio prioritario para Europa en la estabilidad del Sahel, se enfrenta a un entorno regional cada vez más inseguro con golpes militares, la tambaleante situación de Libia y el conflicto abierto en el norte de Malí, que implica a fuerzas rusas de la antigua organización Wagner.

El país norteafricano, cercano a Rusia con quien amplió su asociación estratégica en 2023, mantiene una política de no alineación y no injerencia en la soberanía de terceros países, y un enfoque equilibrado entre Moscú y socios europeos para avanzar en su intereses estratégicos en un mundo multipolar.

En la escena internacional, y como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, ha impulsado varias resoluciones para poner fin a la guerra en Gaza y el Sáhara Occidental sigue siendo un eje principal de su política exterior.

9. España y Francia frente al Sáhara Occidental

Durante el mandato de Tebboune, Argelia vivió una crisis sin precedentes con España por su giro con respecto al Sáhara Occidental al mostrar su apoyo a la propuesta de autonomía de Marruecos, que controla gran parte de la excolonia española, mientras que los refugiados saharauis se asientan en territorio argelino.

Recuperada la relación diplomática con Madrid, que Argel suspendió en 2022 y con una progresiva normalización de las comerciales, en julio se abrió otra crisis con París, cuando calificó el plan de autonomía marroquí como la "única base" para solucionar el conflicto.

Durante la campaña, ambas crisis, una superada y otra en ciernes, han estado fuera del debate político, al tiempo que Tebboune defiende una política "de igual a igual" con los países del mundo y una vuelta a la escena internacional. EFE

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