Controles, métodos de prevención y estudios para tener en cuenta. Las respuestas de un especialista.
Por Canal26
Martes 11 de Marzo de 2025 - 21:14
Glaucoma.
El glaucoma, cuyo jornada a nivel mundial se conmemora cada 12 de marzo, es una enfermedad del nervio óptico en la cual perdemos fibras nerviosas y que puede llegar a la ceguera.
El factor de riesgo asociado más frecuentemente es la presión intraocular elevada. Y el tratamiento se basa en disminuir esta presión elevada a cifras que no sigan dañando al nervio óptico, para así frenar la pérdida visual.
Ante esto, el Dr. Jorge Alejo Peyret (MN 67724), oftalmólogo del Hospital Durand y Fundador de la Asociación Argentina de Glaucoma (ASAG), dejó definiciones de los mitos y verdades de una enfermedad que podría causar daños irreparables.
Glaucoma.
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Si bien es muy recomendable la consulta oftalmológica ante estas situaciones, los mayores de 45 años deberían realizar controles anuales o bienales. Dentro de varias enfermedades, el glaucoma tampoco presenta síntomas o, si lo hace, son muy poco reconocidos por los pacientes y se dan en una proporción baja. El examen oftalmológico completo puede diagnosticar un glaucoma, alguna situación retinal que necesite tratamiento específico, demostrará alteraciones vasculares que puedan demostrar una hipertensión arterial o diabetes, además de recetar la correcta medida de los lentes para leer, ver TV o manejar. El glaucoma es más frecuente en personas mayores de 45 – 50 años y su diagnóstico precoz es fundamental para evitar una pérdida visual irreversible.
Cataratas; glaucoma; lentes. Foto: Freepik.
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La pérdida visual en el glaucoma se debe a la muerte de fibras del nervio óptico, y, hasta ahora, no sabemos cómo recuperar a esas fibras muertas.
El tratamiento del glaucoma, tanto médico como el quirúrgico, podrá disminuir y hasta cortar la progresión de esta pérdida visual, pero no recuperar la visión. Es fundamental poder cambiar la evolución del glaucoma y que no pierda más visión, y mantener esa presión dentro de límites seguros. La visión perdida es como una cicatriz que nos hará recordar lo importante de continuar con el tratamiento y los controles frecuentes necesarios.
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La presión intraocular alta es el factor de riesgo más frecuente y más importante que tiene el glaucoma. Si podemos disminuir la presión del ojo a cifras que son sanas para el nervio óptico podremos estabilizar el glaucoma y no perder más visión. Habitualmente las gotas recetadas en el glaucoma disminuyen la presión intraocular. Si mantenemos esta presión en cifras bajas y seguras para el ojo podremos no perder visión. Y si esto lo logramos con gotas, estas gotas las deberemos colocar hasta nuestro último día. Es importante colocar las gotas según lo indicado por el médico tratante, ya sea 1 o 2 veces al día en horarios lógicos para cada persona.
Gotas para los ojos. Foto: Freepik.
Una vez diagnosticado el glaucoma y tratado con gotas deberemos realizar controles con cierta frecuencia para controlar la presión intraocular lograda, que se mantenga baja dentro de los parámetros buscados por el médico oftalmólogo, quien también pesquizará la aparición de posibles efectos de la medicación. También deberemos realizar estudios para controlar la evolución del daño del nervio óptico. Controlamos anatómicamente el nervio por medio del fondo de ojo y de la tomografía de óptica coherente, estudio no invasivo, que en poco tiempo nos aporta datos muy precisos del estado del nervio. Y también estudiamos como funciona el nervio óptico por medio del campo visual. Estudio que necesita de la colaboración del paciente en cuanto debe responder cuando ve o no ve ciertas luces proyectadas al ojo. Con ambos estudios podemos saber el estado del nervio y compararlo en el tiempo para evolucionarlo. Al comienzo de la enfermedad repetimos estos estudios algo más frecuentemente, pero una vez que sabemos controlado el glaucoma habitualmente los repetimos anualmente.
Si bien habitualmente comenzamos el tratamiento con gotas o colirios, también podemos tratar el glaucoma de forma quirúrgica. Y dentro de las cirugías podemos utilizar diferentes técnicas con diferentes láseres o cirugía convencional. Lo importante es lograr presiones intraoculares lo suficientemente bajas para que el nervio óptico no sufra. Y que el paciente se sienta cómodo y le mantenga la calidad de vida de la mejor forma posible.
Por suerte en estos momentos tenemos una amplia variedad de tratamientos y los podemos tratar según lo que cada paciente necesite para frenar la pérdida de visión, y siempre controlando que la evolución sea la adecuada. Obviamente que hay situaciones o tipos de glaucoma que necesitan algún tratamiento específico
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