Hijo de la casa: en medio de controversias por "gestos del pasado", Sergio Ramos volvió a Sevilla

Sergio Ramos llegando a Sevilla. Foto: EFE

El Sevilla oficializó el regreso de Sergio Ramos, dieciocho años después de su fichaje por el Real Madrid y tras quedar libre de París Saint-Germain. De esta manera, llegó este lunes al aeropuerto para pasar el reconocimiento médico y firmar su contrato que lo liga nuevamente al club que lo vio nacer.

En declaraciones, afirmó que vivió "un día muy especial y emocionante", ya que vuelve al lugar que siempre consideró su casa: "Por fin vuelvo a casa y estoy deseando que llegue ese momento de volver a sentir la camiseta del Sevilla y ponerme este escudo nuevamente en el pecho".

Sergio Ramos regresó a Sevilla. Foto: Instagram @sergioramos.

"No solo era una deuda que tenía conmigo mismo, sino también con mi familia, con mi abuelo, que me hizo sevillista desde que era pequeño, con mi padre y, a partir de ahora, creo que no tenía sentido tomar otro rumbo, coger otra dirección, que no fuese pasar por mi casa. Espero veros muy pronto, vengo a dar el máximo y a intentar conseguir los objetivos con el equipo", expresó Ramos.

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Sensaciones encontradas

La figura del defensor central siempre fue controvertida entre los hinchas del Sevilla por la forma en que se fue al Real Madrid en 2005, y otros gestos posteriores. Igualmente, hasta el 12 de enero de 2017, la mayoría de los aficionados mostraban respeto y cariño al canterano más ganador de la historia del Sevilla. Esa noche fue un antes y un después en la consideración de los sevillistas para con uno de los mejores defensores de la historia.

En un partido del Real Madrid contra Sevilla por la Copa del Rey, los ultras del Sevilla, identificados con el nombre Biris Norte, no le perdonaban su salida al equipo madridista y lo abucheaban. Ramos, enojado con la situación, decidió hacerse cargo de un penal y realizar la famosa "Panenka", picando la pelota suavemente contra la red del arco.

Sergio Ramos y su gesto provocador a los ultras de Sevilla. Foto: EFE.

No satisfecho con lo que acababa de realizar, se señaló su nombre ante Biris Norte y se llevó las manos a las orejas con gesto de oírlos. Después, le pidió perdón al resto de la afición, que le respondió con fuertes silbidos al unísono.

A partir de allí, muchos hinchas que habitualmente aplaudían al canterano en sus regresos al Sánchez Pizjuán cambiaronde parecer tras considerar la forma de tirar ese penal, una traición. Ahora, con su vuelta al primer equipo, los aficionados esperan su rendimiento para evaluarlo como ídolo o traidor.