Con el mismo entrenador y la base del equipo que se consagró en Rusia, Les Bleus buscan igualar ante Argentina un récord histórico que solo lograron dos selecciones.
Selección de Francia. Foto: EFE.
Francia cumplió con los pronósticos de la previa y se metió en la final del Mundial Qatar 2022 con tres premisas: contundencia, experiencia y un Mbappé que siempre está dispuesto a resolver los problemas.
Con altibajos durante todo el torneo, el equipo galo logró el objetivo de volver a estar en la definición y buscará ante Argentina lograr el segundo título consecutivo, algo que no ocurre desde 1962 y que solo Brasil e Italia lograron.
Los dirigidos por Didier Deschamps se coronaron en Rusia 2018 y ahora en Qatar intentarán bordar su tercera estrella, para ubicarse en el podio de los más ganadores de mundiales.
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Para estar en la final, el equipo europeo terminó primero en el grupo D, lo que le posibilitó pasar a la fase de "mata-mata".
Un debut goleador a la altura de sus estrellas ante Australia, un trabajoso triunfo ante Dinamarca y una derrota inesperada con suplentes ante Túnez para cerrar la zona.
Ya entre los 16 mejores, mostró su poder de fuego ante Polonia tras un comienzo con dudas y se metió en cuartos de final, donde lo esperaba un duelo que podría haber sido la final.
Fue superado por Inglaterra pero su experiencia en las instancias decisivas y su eficacia frente al arco fueron mucho para los Leones, que tuvieron un penal para llevar el partido al alargue pero se quedaron con las manos vacías.
En la semifinal y otra vez sin brillar, Francia superó a un duro Marruecos que le dio pelea en todos los sectores del campo pero le faltó resto para dar el gran golpe.
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Un equipo que parece jugar al "trote" pero que está listo para salir a buscar la ventaja. Un delantero criticado en el Mundial 2018 por no convertir que se volvió la carta goleadora y un mediocampista que entró "por la ventana" al equipo titular y se convirtió una pieza clave en el equipo de Deschamps.
La marcha extra la aporta un Mbappé que, por momentos, se vuelve imparable: sin los flashes de la primera ronda, el delantero del PSG está presente en cada tanto bleu ya sea por un desborde, una asistencia o por romper la línea defensiva rival.
Sin ser un equipo que valore la posesión, Francia basa su juego en la efectividad frente al arco y ahí surgió Olivier Giroud para hacer olvidar al delantero que no pateó al arco en Rusia y a Benzema, baja por lesión a días del inicio de Qatar 2022.
Aurélien Tchouaméni aparece como la otra gran figura de un equipo que mezcla experiencia y juventud. El volante central del Real Madrid se ganó un lugar en el once inicial tras las bajas de Kanté y Pogba y no defraudó: impone su presencia en el centro del campo, aporta el pase vertical que el fútbol moderno le pide a un número 5 y llega al gol, como lo hizo en el choque ante Inglaterra.
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Alejado de los debates filosóficos relacionados a los diferentes estilos de juego, Didier Deschamps tiene un estilo bien claro: es un técnico pragmático que valora más el grupo que las individualidades.
Sin la idea de la posesión por encima de todo, el técnico campeón del mundo en Rusia le dio su toque a Les Bleus: un equipo ordenado y voraz que tocó la gloria en el 2018 y busca repetir en Qatar.
A la hora de hablar de su manejo de planteles, Karim Benzema es un claro ejemplo de una figura que no encajó en su sistema. El Gato no fue citado a la Eurocopa 2016 ni al Mundial 2018 pese a atravesar un excelente momento en el Real Madrid.
Cuando le levantó la prohibición y apareció como una alternativa para la ofensiva gala, el ganador del último Balón de Oro sufrió una lesión y, pese a que ya se encuentra a disposición, Deschamps parece no tener intenciones de sumarlo para la definición, tal como dejó entrever en una conferencia de prensa.
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Con menos del 50% de la posesión en los duelos de "mata-mata", Francia suele aprovechar fallas de sus rivales para salir rápido con sus extremos.
El equipo argentino deberá volver a marcar en ataque como lo hizo en sus últimas presentaciones para evitar las transiciones rápidas que propondrá el último campeón del mundo.
Además de la solidez defensiva, los centrales también aportan un importante juego aéreo, otro de los puntos a tener en cuenta por Scaloni.
A la hora de tener la pelota, el conjunto francés tiene a Rabiot y Tchouaméni como dos jugadores que llegan al arco con buena media distancia y a un Antoine Griezmann que, pese a no haber tenido una buena temporada en el Atlético de Madrid, se pone la camiseta azul y su rendimiento crece exponencialmente.
Por Matías Greisert
Twitter: @MatiasGreisert
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