Choferes en protesta tras ataque a un colega

La línea de colectivos 257, que une San Francisco Solano con el Cementerio de Quilmes, en la zona sur del conurbano bonaerense, estuvo paralizada toda la noche en protesta por un asalto en el que fue lastimado un conductor.

El chofer Pablo Montero fue asaltado por desconocidos que además de robarle hasta las zapatillas, lo golpearon y le provocaron una herida cortante en un dedo, según informó el propio trabajador.

El ataque lo inició un supuesto pasajero que subió a la unidad que conducía Montero, apenas doscientos metros después de que el colectivo pasara frente a una unidad de control policial.

Aprovechando la ausencia de otros pasajeros, el desconocido dio un puñetazo en la cabeza al conductor, lo amenazó con un cuchillo y lo obligó a desviarse del recorrido.

A las pocas cuadras, hizo detener el rodado para que subieran dos cómplices. Entre los tres apremiaron al trabajador y le sacaron el estéreo del vehículo, algo de dinero y las zapatillas. Como despedida le dieron una piña en la nariz y le tiraron una cuchillada, que el conductor trató de detener con la mano derecha. En ese movimiento recibió un corte en el dedo índice.

Los ladrones huyeron, el colectivero manejó unos metros y llegó a una parada donde ascendieron tres pasajeros que lo auxiliaron, lo mismo que un conductor de otra línea que pasaba por el lugar.

Finalmente, Montero fue llevado por un compañero de trabajo en su auto a la Clínica Modelo de Quilmes donde se constató que la herida había sido leve, sin interesar hueso ni tendón. Tras el hecho, en una asamblea de choferes, el personal de la línea decidió suspender el servicio por unas horas y luego limitarlo a San Francisco Solano hasta tanto se garantice la seguridad para los trabajadores.