Cómo hacer para que tu esposo no sea adicto al porno

La pornografía puede ser una herramienta poderosa para destruir la intimidad de un matrimonio. Aquí hay algunas maneras para lidiar con que tu esposo vea pornografía.

Pasos

Empieza una discusión sin confrontarlo. Antes de hablar con tu esposo, averigua la razón por la cuál te molesta que vea pornografía. Ya que tengas una declaración concreta de por qué te molesta, habla con él. No lo culpes, y enfócate en que se llegue a un acuerdo.
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Busca entender sus razones. Si estas tratando de que tu esposo deje de ver la pornografía, terminar con este problema requerirá de compasión y paciencia – aunque sea difícil. En tu plática, trata de entender porque le gusta a tu esposo ver porno. No asumas que encuentra eso más sensual que a ti – en su mente, eso está completamente separado de su amor por ti. Algunas cosas a considerar incluyen:

Tu propia relación sexual: ¿Lo has rechazado cuando trata de empezar algo? ¿Han llegado a un estancamiento? Aunque no tenga nada que ver con sus relaciones sexuales, es importante dirigirse a este problema de manera honesta, puede que los dos puedan beneficiarse de una terapia sexual para que su vida mejore. De cualquier manera, NO asumas culpa en ti misma, aunque esto sea una razón contribuyente.

Su propia vida de fantasía: ¿Acaso le teme a la intimidad y se le hace más fácil escapar a la fantasía? ¿Le parece interesante borrar las líneas entre lo real y lo imaginario?
Adicción o desorden de personalidad: Sin diagnosticarlo, revisa si puede haber un desorden de personalidad o una adicción – aunque solo un psicólogo o psiquiatra puede diagnosticarlo, tenlo como posibilidad, para que puedan buscar ayuda. Y ten en mente que ver pornografía no significa que sea adicto.

Sea lo que sea, trata de verlo desde su punto de vista, sin asumir nada.

No culpes a nadie. Aunque parezca algo muy retorcido, recuerda que no hay nada mal en ninguno de los dos. Así como muchas personas ven películas, esto no significa que quieran hacer cosas violentas como las que ven. Ver actos sexuales que son fuera de lo ordinario le permite a la persona que lo ve, disfrutar lo que no se podría en la vida real. Puede ser así de simple y nada más que pueda hacerse. Ten en mente, que cada paso por este camino, lo guiará lejos de la intimidad y no hacia ti.

Ten por seguro que tú no encaminaste a que tu esposo viera pornografía. El uso es más común de lo que crees. Algunas personas pueden ver pornografía 1 o 2 horas, y luego siguen con su rutina diaria, y lo ven como perfectamente normal, porque no interfiere con nada de su vida, incluyendo las relaciones íntimas. Por otra parte, otros hombres empiezan a depender mucho en la estimulación producida, y empiezan a usar la pornografía como una muleta para evadir la realidad y sus responsabilidades. La pornografía es progresiva, y no se desvanece sola, y no se queda en un nivel particular por siempre. De cualquier forma, nada de lo que hagas o dejes de hacer causó que empezara a ver pornografía.

Valida tus sentimientos de confusión. Tus sentimientos son reales y válidos. No estás loca. Y más importante, no estás sola. A causa de los estigmas sociales que tiene la adicción al sexo en nuestra sociedad, es muy difícil para muchas personas que están envueltas en estas situaciones que pidan ayuda. Y la realidad es que hay muchas personas que están atravesando las mismas emociones que tú. Cuando empezaste tu relación, era con la idea de ser exclusivos. Cuando te casaste, los votos “renunciando a los demás” se dijeron en tu boda.

Saber que tu esposo está viendo a otras mueres es irritante, acepta que tus sentimientos son normales, que está bien que te sientas confundida y e incluso enojada; sea cual sea tu reacción, tu estado emocional y emociones son válidas en un problema así.

Otro preocupación que sientas, es que tu esposo sea capaz de ver a las mujeres como objetos, o que no las vea como personas. Este es otro punto que te puede preocupar y puede ser que quieras comentarlo. De cualquier manera, considera como se comporta con las mujeres en la vida diaria y como se porta contigo antes de asumir cosas; mantén todo simple.

Juntos decidan una solución. Recuerden que éste es un problema de la relación, tanto como tu reacción como su comportamiento. Los dos deben de sentirse cómodos con el otro, sean abiertos y honestos, y sientan que están siendo escuchados por el otro. Restaurar la confianza en un equipo requiere de voluntad para discutir los impactos. Mientras lo discutes con tu esposo, traten de buscar soluciones. Ten en mente que tu meta es satisfacer las necesidades del otro, así es que tendrán que escucharse, pero aprovechen para que en un futuro puedan hablar de sus diferencias. Aquí unas ideas (las puedes cambiar para ajustarse a tu situación):

Deja en claro el hecho de que quieres que deje de ver pornografía. Si quieres que lo deje completamente, ofrécele intentar cosas nuevas en la cama. Comprométete mostrando una voluntad de ponerle sazón a tu vida sexual con él, y que los dos juntos exploren a través de libros, o que vayan a tiendas de sexo, etc. Pregúntale qué le interesa hacer, y fomenta a que comparta sus deseos contigo. Si ves que le gusta un cierto tipo de porno, trata de integrarlo a tu vida sexual (solo si te sientes cómoda). Mejor comunicación y voluntad para experimentar puede hacer maravillas para tu intimidad marital y puede convertirse en una oportunidad para hablar más sobre la intimidad.

No lo dejes ver pornografía cuando quieras tener sexo. A algunas mujeres les gusta que sus esposos usen la pornografía como una forma de auto-gratificación porque muestra intimidad entre el romance y el deseo. Se fuerte en el hecho de que nunca prefiera la pornografía en vez de intimidad contigo.

No llegues a aceptar que vea pornografía. Es importante hablarlo abiertamente y llegar a un acuerdo en los que los dos sepan que a él le gusta la pornografía, pero te tienes que sentir cómoda con la solución. Acepta que es un poco extraño al principio, pero velo como fortalecimiento personal para hablar sobre lo que les gusta y lo que no. Y que le quede claro, que seguir adelante desde este punto está sujeto a ajustes por ambos lados, para que te sientas cómoda.

Consulta a un consejero profesional si sientes que ver pornografía ya ha llegado a un nivel adictivo. Si tu esposo en varias ocasiones promete que lo dejará pero al parecer no puede dejar de hacerlo, tal vez sufra de adicción. Haz una cita con un consejero matrimonial o terapeuta sexual que los dos prefieran. Una tercera persona podrá decir si es adictivo.

Evita hacerlo una cruzada.
Si profesionalmente es diagnosticado como adicción, date cuenta que no puedes curar a tu esposo en su adicción. Tú no le agarraste la mano y lo llevaste a ver los sitios web todos los días. No podrás tomarlo de la mano y alejarlo de esto. Como una droga o el alcohol, la adicción a la pornografía empieza a tomar vida propia y empieza a borrar las líneas de la fantasía y la realidad. Él tiene que hacer el trabajo solo. No lo puedes hacer por él. Dicho esto, puedes ser el catalizador para su recuperación y claro que puedes hacerle ver cómo te hace sentir.

Consejos
Recuerda que no todos los que ven pornografía son adictos. Una adicción interfiere con las actividades diarias como comer, ir al trabajo a tiempo, e interactuar con la familia. La adicción a la pornografía es una condición progresiva y no desaparece sola.

Ten en mente que, si la vida sexual que tienen es un poco aburrida, tal vez este satisfaciendo ciertos deseos sin tratar de forzarte al decirte que tengan sexo con más frecuencia. La masturbación es una práctica normal, y tal vez aprender cuándo es sana y cuándo es excesiva puede ayudar a tu propio entendimiento para ver como cabe en tu relación. Siéntete libre de expresar tus sentimientos y preocupaciones a tu doctor, que tal vez te pueda ayudar a hablar de algunas cosas que te preocupen.
Considera hacer un video juntos, para que lo vea, o lo disfruten los dos. O mándale fotos sexys durante el día. ¡Mantén la chispa, haciéndole saber que tan sexy es para ti! Toma en cuenta que para un adicto, esto puede causar más daños.

Puedes correr algún software para ver qué es lo que está viendo. Pero antes de hacerlo, piensa bien porque lo estás haciendo, y cuáles serían las consecuencias al ver que es lo que está viendo en internet. Una cosa es estar segura de lo que está pasando, y otra es afrontarlo. Eso no significa meter tu cabeza en la arena; pero sí asegúrate que estás lista para hablar de tus preferencias, y explicar abiertamente que te sientes impactada.