Cómo reconstruir la autoestima

1. No se exija demasiado. Viva su vida en base a lo que es posible y a metas alcanzables. No se presione demasiado con lo que otros piensan que usted “debe” hacer.

Si se guía por las percepciones de los otros, no podrá identificar y satisfacer sus propias necesidades. Para redescubrir sus habilidades y metas personales, tome cursos de acción que favorezcan sus potencialidades. Aprenda a valorarse más.

2. Respete sus propias necesidades. Reconozca sus problemas y ocúpese de satisfacer aquéllas primero. Identifique aquello que realmente le hace bien, no simplemente aquello que le trae gratificaciones inmediatas. Guiarse por sus deseos y necesidades más profundas incrementará su sentido de valor y su bienestar.

3. Fíjese metas realizables. Establezca metas según los logros que puede alcanzar, con una mirada realista. Luego, trabaje paso a paso en las maneras de desarrollar su potencial. Intentar siempre metas perfeccionistas y absolutas traerá como consecuencia sentimientos de fracaso y lo llevará a situaciones de stress.

4. Valórese positivamente. No escuche más a las voces internas que sólo ahondan en la crítica cruel e inútil. Cuando se encuentre en una situación de duda o vea que se está sometiendo a un juicio de valor innecesario, reemplace esos pensamientos por otros de aceptación.

Los juicios equilibrados y aquellos que se inclinen en una dirección positiva son los que terminan ayudando a revertir las situaciones no deseadas.

5. Examine su realidad. Separe sus reacciones emocionales (sus miedos y sentimientos de rechazo) de la realidad de su situación presente.

Por ejemplo, puede sentirse mal, ansioso o desesperado acerca de una situación actual, pero si se pone a analizarlo objetivamente, quizás encuentre una oportunidad para lograr algo.

6. Experimente los momentos de éxito. Intente ponerse en situaciones en las cuales las probabilidades de éxito sean altas. Busque proyectos que se ajusten a sus capacidades, sin excederlas ni abrumarlas.

Hágase una imagen en su cabeza de usted mismo en un momento exitoso. Sea lo que fuere que logre, permítase reconocerse en una situación de éxito y aprenda qué se siente experimentando un buen momento.

7. Arriésguese. Las experiencias nuevas o los momentos de aprendizaje pueden ayudar a reconstruir la confianza en uno mismo. Es lógico que cometa errores durante el proceso: no se decepcione si no logra todo a la perfección.

Siéntase bien solamente por el hecho de estar intentando algo nuevo, haciendo progresos personales e incrementando sus competencias.

8. Resuelva problemas. No evite los conflictos, no se lamente por no saber resolverlos, no dé vueltas a las situaciones que lo aquejan. Enfrente los problemas e identifique maneras de resolver o cerrar determinados asuntos que lo tienen a maltraer.

Escapar de los problemas que tienen solución es una amenaza a la autoestima.

9. Tome decisiones. Adquiera práctica en tomar e implementar decisiones positivas de forma flexible pero firme, y confíe en usted mismo en cuanto a las consecuencias que sus acciones puedan aparejar.

Al recuperar el control (el mando del propio barco), sentirá una mayor conciencia de usted mismo, podrá aprender más e incrementar su moral.

10. Desarrolle sus habilidades. Sepa qué es lo puede hacer y qué es lo que no puede hacer. Evalúe las competencias que no posee y que necesita adquirir y concéntrese en aprenderlas y practicarlas.

Saber superarse a uno mismo –siempre sin fijarse metas alocadas o inalcanzables– es uno de los caminos más seguros al éxito.

11. Concéntrese en sus puntos fuertes. Piense primero en lo que puede hacer, no al revés. Acepte sus limitaciones actuales y viva cómodamente con ellas. Este es un tipo de pensamiento positivo que le permitirá progresar sintiéndose bien con usted mismo.

Planifique cada paso adelante de forma paulatina, considerando qué puntos fuertes de la personalidad necesita trabajar o adquirir en el futuro inmediato.

12. Confíe siempre en su propia opinión acerca de usted mismo. No descarte totalmente el diálogo ni los puntos de vista ajenos, pero no se deje llevar por las opiniones de los otros.

Confíe en sus propios instintos para tomar las decisiones que más le convengan. Siempre la propia opinión debería prevalecer cuando se trata de saber qué camino tomar.