Cremaron a Pinochet y casi linchan a joven por escupir el féretro

Fue incinerado en el cementerio Parque del Mar, en Cocón. Allí, el comandante del Ejército, general Oscar Izurieta, justificó el golpe de Estado y fue aclamado. Previamente Francisco Prats, nieto del asesinado general Prats, salivó sobre el féretro y debió ser rescatado de la iracunda turba de pinochetistas. Todos los detalles y las fotos, en esta nota.

Por Canal26

Martes 12 de Diciembre de 2006 - 00:00

Francisco Cuadrado Prats, nieto del general chileno Carlos Prats, antecesor de Augusto Pinochet, en la comandancia en jefe del Ejército, y asesinado posteriormente, fue quien escupió el féretro del dictador en la Escuela Militar.

Después de permanecer horas aguardando el ingreso hasta el recinto castrense, el joven lanzó un escupitajo a la urna, lo que fue advertido por seguidores de Pinochet, que se encontraban en la capilla ardiente y que llenos de ira se abalanzaron sobre él, informó ANSA.

Personal del Ejército protegió al joven, al que algunos seguidores de Pinochet pretendían literalmente lincharlo.

Cuadrado, hijo de Sofía Prats -actual embajadora en Grecia- reconoció a TVN haber escupido el féretro de Pinochet.

Explicó que que era su "última oportunidad" para expresar su rechazo a la decisión del Ejército de rendir honores militares a quien "asesinó" a su abuelo e "indultó a los homicidas" de otro comandante en jefe de la institución, el general René Schneider,
muerto en 1970 por un comando derechista que quería impedir que Salvador Allende, asumiera el poder tras ganar los comicios.

El general Carlos Prats fue quien le recomendó a Allende que nombrara a Pinochet en su reemplazo en la jefatura del Ejército el 22 de agosto de 1973.

Diecinueve días después, Pinochet encabezó el Golpe de Estado que depuso al mandatario socialista y llevó al exilio a Prats y su mujer, quienes murieron en un brutal atentado con bomba en Buenos Aires, el 30 de septiembre de 1974.

Las tres hijas, tras lograr la repatriación de los restos de sus padres, debieron enterrar en soledad los restos del general Prats, sin la presencia de representantes de la institución a la cual sirvió.

El cadáver del ex dictador Augusto Pinochet fue depositado sin ceremonias en el crematorio del cementerio Parque del Mar, de la localidad chilena de Concón, para ser incinerado.

Fuentes del cementerio señalaron que no hubo responso, que el cuerpo fue incinerado y que no hay certeza sobre quién ni cuándo retirará las cenizas.

No obstante, se pudo saber que un general del Ejército y un notario se quedaron en el cementerio y que ambos serán los encargados de entregar las cenizas de Pinochet a su familia.

En medio de un fuerte dispositivo de seguridad, el féretro con el cadáver del ex dictador fue trasladado en una carroza gris pasadas las 20.00 GMT desde el aeropuerto militar de Torquemada hasta el camposanto, un trayecto de cuatro kilómetros jalonado por vallas instaladas por la policía.

El cortejo lo encabezaban tres motoristas de carabineros, seguidos por la carroza, una camioneta y siete automóviles y era cerrado por otros tres policías en motocicleta.

Entre los acompañantes, cuyos vehículos tenían vidrios oscuros, sólo fue posible distinguir a dos de los hijos de Pinochet, Marco Antonio y Augusto, además del comandante en jefe del Ejército, Oscar Izurieta.

En cada automóvil viajaban un oficial del Ejército y algunos civiles a los que no fue posible identificar debido a lo fugaz del acto.

Varios cientos de adherentes apostados a lo largo del trayecto y en las afueras de la necrópolis estallaron en aplausos y gritos de apoyo al paso del cortejo.

Un helicóptero 'Puma' del Ejército transportó el féretro con el cadáver del ex dictador chileno desde Santiago hasta Concón, un municipio y balneario costero situado a unos 140 kilómetros al noroeste de Santiago.

El helicóptero es similar a uno que en 1973 utilizó la 'Caravana de la Muerte', una comitiva militar que ejecutó a 75 presos políticos en un recorrido por Chile, e igual también a los utilizados para lanzar al mar los cadáveres de presos políticos asesinados y hechos desaparecer durante la dictadura que encabezó Pinochet durante 17 años.

El traslado se efectuó al término del funeral que, con honores militares y en presencia de unas 4.000 personas, le ofreció el Ejército al hombre que permaneció en sus filas 65 años, casi 25 de ellos como su comandante en jefe, desde el 23 de agosto de 1973 hasta el 10 de marzo de 1998.

Unas horas antes de la llegada del cortejo, el cementerio fue desalojado de periodistas y público por la policía y según su gerente general, Fernando Soto, antes de la incineración habría una 'ceremonia íntima', de carácter religioso.

Incluso, se había preparado un pequeño altar para efectuar el último responso antes de que el féretro ingresara al crematorio, pero por el breve lapso que los acompañantes estuvieron en el cementerio, se dedujo que el responso se canceló.

Según trascendió, Marco Antonio y Augusto Pinochet Hiriart, tras salir del cementerio, se dirigieron a la finca costera 'Los Boldos', a 130 kilómetros al suroeste de Santiago, a la que con anterioridad se habían desplazado los demás miembros de la familia.

Según el gerente del cementerio, el proceso de incineración tarda unas tres horas.

DESPEDIDA POLEMICA

El comandante del Ejército chileno, general Oscar Izurieta, justificó el golpe de Estado organizado en 1973 por el general Augusto Pinochet, en la ceremonia de despido de los restos del ex dictador y en presencia de la ministra de Defensa, Vivian Blandot.

Izurieta aseguró que "la decisión más difícil" de la vida de Pinochet fue "la determinación, de acuerdo con la Armada, la Fuerza Aérea y Carabineros, de asumir responsabilidades superiores de conducción del Estado ante la gravísima crisis institucional que vivía el país", tras lo cual fue aclamado por los asistentes a la ceremonia.