Víctimas de pederastia y activistas protestaron en Mendoza y culparon al Sumo Pontífice de haber ignorado los informes. "Tiene una enorme responsabilidad", denunciaron.
Por Canal26
Martes 7 de Mayo de 2019 - 07:47
Activistas y víctimas de pederastia exigieron la pronta celebración del juicio a los religiosos acusados de haber violado a unos 60 niños sordos y apuntaron contra el Papa Francisco por haber ignorado los informes.
Miembros de la organización argentina Iglesia sin Abusos y las internacionales Ending Clergy Abuse (Fin al abuso del clero) y BishopAccountability.org (Rendición de Cuentas para los Obispos) se reunieron con víctimas de abusos del Instituto Antonio Próvolo en la provincia de Mendoza, quienes se lamentaron por la falta de justicia a los oprobios que dicen haber sufrido en manos de dos sacerdotes que están entre los principales acusados.
En la reunión, los denunciantes y sus familiares compartieron las dolorosas experiencias vividas, lamentaron un proceso judicial de más de dos años y pidieron que los chicos sordos puedan ser tratados de manera especial luego de que el centro para hipoacúsicos fuera cerrado.
El caso estalló en noviembre de 2016 salieron a la luz los casos de abusos supuestamente cometidos por dos curas, una monja y dos civiles a una veintena de alumnos del lnstituto Antonio Próvolo, situado en Lujan de Cuyo, lo que llevó a la clausura del establecimiento de la asociación Obra San José.
Las victimas reclaman “mayor celeridad del proceso” que ha sufrido “altibajos” a causa de estrategias dilatorias de abogados de los acusados, señaló Juan Manuel Lavado, de la asociación Xumek Argentina, que defiende a varios denunciantes y se sumó a los reclamos de las otras organizaciones.
En la causa judicial hay más de una docena de acusados como autores materiales, partícipes y encubridores de distintos delitos sexuales. El sacerdote italiano Nicola Corradi y el cura Horacio Corbacho están imputados de supuestas violaciones y abusos que niegan haber cometido. Ambos afrontan la etapa de la audiencia preliminar, en la que si el fiscal cuenta con mucha evidencia probatoria se puede negociar con los acusados el reconocimiento de la culpa y fijar la condena sin llegar a juicio. El nombre de Corradi apareció en 2009 cuando decenas de sordos italianos del Instituto Antonio Próvolo de Verona dijeron haber sido abusados por una veintena de religiosos desde la década de 1950.
"Si la Iglesia se preocupara por evitar los abusos, estos chicos nunca hubiesen sido abusados", dijo Anne Barret Doyle, codirectora de BishopAccountability.org. “El Papa Francisco y Benedicto sabían que Corradi estaba acá, el Arzobispado de Mendoza sabían también que Corradi había sido acusado y denunciado en Italia. Pero nunca lo sacaron del frente del instituto", amplió.
La activista solicitó que se haga público el documento que el arzobispo de Mendoza entregará al Papa en la mencionada visita ad limina apostolarum (a los umbrales de las basílicas de los apóstoles). “Estamos familiarizados con el documento que se va a presentar. Es un documento que incluye información sobre distintos aspectos de la Iglesia, pero también sabemos que hay informes secretos sobre casos de abusos. El propio Papa debería hacer público ese documento”, destacó la mujer.
En Argentina no existe un registro oficial de denuncias judiciales sobre abusos cometidas por integrantes del clero. Según BishopAccountability.org, en Argentina 96 sacerdotes, hermanos y monjas fueron acusados públicamente de abuso sexual infantil.
Barret-Doyle dijo que esas y las otras organizaciones querían acompañar el clamor porque se haga justicia de las víctimas de Próvolo. “El papa Francisco les debe una disculpa por su complicidad y silencio. Las víctimas italianas le advirtieron durante años que Corradi y otros trabajaban con niños en Argentina. El Papa no hizo nada”, sostuvo. También afirmó que Francisco debería investigar al arzobispo de Mendoza Marcelo Colombo por negarse “a proporcionar información sobre los abusadores del Próvolo a los fiscales”.
“Si el papa no puede terminar con los abusos y el encubrimiento en Argentina, no será capaz de hacerlo en ningún otro lugar. Aquí es donde tiene más poder, influencia, es simbólicamente el país más importante en la lucha contra el abuso en el mundo”, dijo a Peter Isely, miembro fundador de Ending Clergy Abuse (ECA). Anne Barrett Doyle, codirectora de Bishopaccountability.org, dijo por su parte que mientras en otros países se han detectado miles de casos de abusos, en Argentina casi no se observan “investigaciones penales ni litigación” al respecto. "La mayor batalla para la tolerancia cero ocurre en Argentina", Isely, quien también fue víctima de abuso sexual en la iglesia.
“Estamos acá pidiendo que el Papa vuelva a Argentina, se haga cargo de la situación y pueda sacar algo de luz sobre lo que está ocurriendo. Nunca un Papa que asumió como tal no volvió a su país estando en esas funciones. ¿Por qué entonces Francisco no viene a Argentina? Enfáticamente creo que la razón por lo que no lo hace es por los abusos, porque no se ha comprometido con el Caso Próvolo ni con ninguno de los casos que se han denunciado en el país. El del Próvolo es el caso más importante y más emblemático de los que han ocurrido”, destacó Isely, quien indicó además que Francisco “tiene una enorme responsabilidad para con los sobrevivientes de Argentina, al ser su país”.
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