La cantidad de información que puede retener una persona en su cerebro no solo depende de cada uno, sino también del tipo de información que se busca memorizar.
Por Canal26
Miércoles 26 de Julio de 2023 - 11:32
Cerebro, neuronas
Las personas son sometidas a distintos estímulos desde el momento en que nacen, y es el cerebro el principal órgano del cuerpo que se encarga de captar, interpretar y recodificar la información de su entorno, las relaciones sociales y toda experiencia vivida.
La cantidad de información que puede retener una persona en su cerebro no solo depende de cada individuo, sino también de la clase de episodio que intenta memorizar. El artículo "Memoria mínima para detalles en eventos de la vida real", publicado en la revista Nature, explicó que esta particularidad hace que se trate de una variable difícil de explicar.
Algunos estudios mencionan la capacidad humana de retener masivamente miles de imágenes e información detallada dentro de la vida real, aunque otros sugieren que tales estímulos suelen estar en recuerdos frágiles.
El lapso de tiempo aumenta o disminuye con respecto a la complejidad del hábito.
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Una investigación a cargo de la Revista Europea de Psicología Social estudió el lapso de tiempo que las personas necesitan para automatizar una acción en un determinado número de días (12 semanas en el caso del estudio), con el fin de determinar, con mayor precisión, cómo es que se forman los hábitos a largo plazo.
Los resultados de la investigación titulada “Cómo se forman los hábitos: modelando la formación de hábitos en el mundo real”, arrojó que las personas necesitan un total de 18 a 254 días para alcanzar el 95% de automaticidad en el proceso de memorización de un hábito.
A pesar de esto, el promedio de las personas sometidas al estudio consiguió adoptar el hábito a su vida cotidiana a los 66 días de trascurrido el estudio. Como conclusión, se determinó que el lapso de tiempo aumenta o disminuye con respecto a la complejidad del hábito que se busca adquirir.
Existen tres tipos de recuerdos que las personas pueden conservar.
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Según National Geographic, la memoria humana cuenta con tres tipos de recuerdos que las personas pueden conservar, y las cuales pueden tratarse tanto de actividades rutinarias, como así también laborales o recuerdos emocionales y vivenciales. Estos son:
Con respecto a los primeros acercamientos científicos que buscaron identificar el funcionamiento del recuerdo en los humanos, los mismos explicaron que el cerebro se compone por una serie de neuronas o células nerviosas denominadas "ensamblaje de células". Las mismas van en búsqueda de un estímulo específico hasta entrar en un estado de reposo de tal modo que, cuando un evento logra activar la célula nerviosa, esta se dispare junto a otras como forma de recuerdo.
Cuando una persona repite varias veces un número telefónico, por ejemplo, utiliza su memoria de trabajo. En el caso de las memorias a corto plazo, necesitan fortalecerse más para que, posteriormente, logren desencadenar un recuerdo a largo plazo mediante un proceso cerebral llamado "consolidación de la memoria". Lo que hace esta actividad es modificar el ensamblaje de células para hacerlos crecer y comunicarse con otras áreas nerviosas de la mente.
La región cerebral de mayor actividad ocurre en las áreas sensoriomotoras del cerebro.
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Un estudio a cargo del Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos y respaldado por el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares (NINDS), mostró cómo tomar descansos breves puede ayudar al cerebro a aprender nuevas habilidades.
Los investigadores de NINDS trazaron un mapa de la actividad cerebral que fluye cuando los pacientes del estudio tenían que escribir un código numérico de cinco dígitos tantas veces como fuera posible durante diez segundos. Posteriormente, se les otorgaba un descanso por el mismo lapso de tiempo y la posibilidad de repetir esa actividad un total de 35 veces.
“Nuestros resultados respaldan la idea de que el descanso despierto juega un papel tan importante como la práctica en el aprendizaje de una nueva habilidad”, detalló uno de los principales investigadores.
Uno de los descubrimientos mostró que la región cerebral de mayor actividad en el procedimiento ocurría en las áreas sensoriomotoras del cerebro, que son las responsables de provocar los movimientos corporales. Sin embargo, se sorprendieron al descubrir que el hipocampo y la corteza entorrinal también presentaban actividad nerviosa durante el procedimiento.
“Nuestros resultados sugieren que estas regiones interactúan rápidamente con la corteza sensoriomotora cuando aprenden este tipo de habilidades”, señaló el estudio, que concluyó en que el descanso despierto puede ser una gran herramienta para ayudar a las personas en el proceso de adquirir nuevas habilidades.
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