Fue la voz e imagen de Virus, una de las bandas más importantes de nuestro país. Murió el 21 de diciembre de 1988 a causa de un paro cardiorespiratorio. Tenía Sida, pero nada se decía por respeto a su familia. Vea la galería de fotos.
Por Canal26
Jueves 21 de Diciembre de 2006 - 00:00
Federico Moura nació el 23 de octubre de 1951, en la ciudad de La Plata, provincia de Buenos Aires. Era el cuarto hijo de seis de una típica familia de la capital de provincia. Su padre, Pico Moura era abogado, especialista en derecho civil, su madre, Velia Oliva (al igual que su abuela) maestra y pianista aficionada.
Fue desde muy pequeño, que comenzó a sentir interés por la música, ya los 4 años su madre lo sentaba junto al piano (el único instrumento que por entonces había en su casa) a tocar a 4 dedos. Mientras repartía su tiempo en la escuela anexa dependiente de la Universidad Nacional de La Plata, donde realizó sus estudios primarios y en el La Plata Rugby Club donde practicaba rugby al igual que el resto de sus hermanos varones. Jugaba de medio scrum. Le apasionaba también el atletismo y el voley playero.
A los 11 años inició su primer proyecto de banda junto a Daniel Sbarra, uno de los futuros integrantes de Virus y por entonces, compañero de escuela de Federico. Éste proyecto, duró un día, en la calle y tocando temas de Los Beatles con guitarras criollas. Ya en la secundaria (cursada en el Colegio Nacional de La Plata).
A los 15 años, formó su primer grupo: Dulcemenbriyo, era el bajista y corista. Federico era un buen alumno, jamás se llevó una materia a rendir en diciembre, sin embargo, según su madre, no mostraba demasiado interés por los estudios, ya que no había materias relacionadas con el arte. La banda duró cuatro años e incluso llegó a tocar en Bolivia. Durante su adolescencia, Federico ya intentaba esforzarse para que los recitales tuvieran un concepto visual y estético.
Después de tocar en Bolivia, Federico viajó a Europa en barco con el dinero obtenido en esos recitales, conoció Londres, luego fue a Nueva York y finalmente a Brasil. En el viejo continente vivió en condiciones precarias, hasta trabajó de mozo.
Volvió un año después y a mediados de los setenta, su padre le abrió su primer local de ropa en Buenos Aires: Limbo. El mismo Federico diseñaba las prendas, y pese a su éxito económico y asombroso orden, decidió abandonarlo y alquilarlo, debido a que se aburría detrás del mostrador.
Entre 1976 y 1977, volvió a viajar por el mundo: estuvo en París, pasó nuevamente por Nueva York y en Río de Janeiro. Paralelamente en City Bell, su hermano Jorge, por su actividad en una villa de emergencia, era secuestrado y posteriormente desaparecido, en la casa en la que vivía junto a sus padres, hermanos, su mujer y su hija.
Federico nunca se refirió públicamente a su hermano mayor, y la noticia de su desaparición trascendió poco tiempo después de su muerte. Meses antes de morir, le había comentado a su amiga, la periodista Gabriela Borgna las razones de su silencio: "En esa época Jorge y yo pensábamos distinto en casi todo. Nos peleábamos mucho, pero nos respetábamos y queríamos mucho más. Por eso Virus no hace referencias públicas, porque jamás se nos ocurriría ser tan guachos como para construir la fama del grupo sobre su muerte. Su muerte es de nuestra familia, de lo que le pasó a esta sociedad, pero no será nunca una estrategia de mercado". Para su padre, Pico, Federico y Jorge intentaron transformar una sociedad que no les gustaba. Jorge intentó transformarlo desde lo político y Federico desde lo artístico.
En su regreso a Argentina, formó en La Plata junto a su amigo de la infancia Mario Serra el efímero grupo punk Las Violetas, por primera vez como cantante, mientras instalaba en Buenos Aires su segundo negocio de ropa: Mambo. Por lo que vivía durante los días laborales en Buenos Aires, en un departamento que le alquilaba su padre, en Peña y Ayacucho, para atender Manbo, y los fines de semana en La Plata, en la casa de sus padres, para dedicarse a Las Violetas.
Una pelea con su padre hizo que se quedara sin departamento, por lo que fue a parar a lo de una amiga suya y de su hermana mayor Gina, Margarita Venturini. Allí paró hasta su viaje a Río de Janeiro. La idea inicial era un viaje a España. Ya que Las Violetas no prosperaban, pensaban editar un disco y comenzar la carrera en Europa que ofrecía un panorama más productivo para dedicarse al rock.
Federico acordó entonces con Mario viajar por separado, antes haría una escala en Río para visitar a un amigo, Eduardo Costa. Entusiasmado con Brasil, Federico decidió quedarse a vivir. Le escribió a Mario para avisarle de su decisión, quien ante la situación cambió el pasaje que tenía a Madrid por uno a Nueva York, para comprar instrumentos. En Brasil, Federico diseñaba y fabricaba cinturones y artículos de cuero. También había pensado comercializar una línea de lámparas de goma de propia inspiración, pero que finalmente no realizó.
Por esa misma época en La Plata, Las Violetas comenzaron a fusionarse con Marabunta, la banda de Julio, Marcelo Moura y Quique Mugetti una banda que fusionaba el rock con la música latina. Una vez establecido el grupo, necesitaban un cantante y Laura Gallegos, su vocalista temporal, no era precisamente lo que buscaban.
En efecto, a fines de 1980, Julio, Marcelo y Pico viajaron a Río a presentarle la idea a Federico, con un demo en casete de Duro (nombre que había adoptado la banda). Pese a no tener grabador, se entusiasmó mucho con la idea, y a los pocos meses estaba de regreso en La Plata. De esta manera se inició Virus: Federico en voz, Julio Moura y Ricardo Serra en guitarras, Marcelo Moura en teclados, Quique Mugetti en bajo y Mario Serra en batería.
Luego del rechazo masivo en el Festival Prima Rock (21 de septiembre de 1981), ingresaron a grabar en los obsoletos estudios de CBS ubicados en la calle Paraguay al 1500 su primera placa: Wadu Wadu, que quedó terminada a mitades de noviembre de ese año, y salió a la venta en diciembre.
A mediados de 1982, antes de la aparición de Recrudece, Virus comenzó a dar una serie de conciertos en el Teatro Olimpia, ubicado en calle Sarmiento al 700. Las puestas en escena estuvieron a cargo del actor Lorenzo Quinteros (director de los videos clips de Loco coco y Soy moderno, no fumo), con quien Federico se había contactado para darle a los recitales un concepto visual e ideológico. Para ello, la banda volvió a CBS en 1983, y de la mano de Carlos Rodríguez Ares, endureció su imagen y música dando como resultado “Agujero Interior”, su tercer disco. La producción de éste álbun estuvo a cargo de los hermanos Michel y Dany Peyronel integrantes de Riff, la legendaria banda liderada por Pappo.
El disco logró ubicarlos como uno de los líderes dentro de la música local, y su primera presentación en el estadio Obras, el 8 de julio de 1983 ante 4000 personas, logró aumentar la popularidad de la banda. En ese recital, la banda interpretó Tengo de Sandro, el ídolo de su juventud.
Más tarde, vendrían los años de éxito con “Locura” y “Relax”. En enero Virus participa del festival Rock in Bali ante un público excedido en alcohol y cansancio debido a las agotadoras jornadas que duraban un día entero. Antes de que Virus subiera al escenario, Luca Prodan, el emblemático líder de Sumo, pasado en alcohol gritó: "Ahora viene la banda de los putos". Un día después Pil Trafa, líder de la banda punk Los Violadores exclamó: "No queremos la luna de miel de los maricones". Quedando expuestas las dos corrientes del rock argentino de fines de los ochenta: el rock "glamoroso" de bandas como Virus y Soda, y el rock "callejero" de la mano de Sumo y Los Redondos.
Años después, la banda comenzaba a grabar Tierra del Fuego, su octava placa. Existen varias hipótesis de lo que ocurrió durante la grabación: Según Julio, Federico fue a las dos primeras sesiones y se dio cuenta que no podía. Según Victor Gomez, el manager de Virus, alcanzó a grabar una primera toma de Despedida nocturna. Según Daniel, fue sólo el primer día, y según Marcelo lo llamó por teléfono desde su casa y le dijo que no podía cantar, que tenía que hacerlo él.
Lo concreto es que Federico le pidió a Marcelo que no abandonaran la grabación, porque el material era muy bueno. Coescribió dos letras: “Un amor inhabitado” con Julio y “Lanzo y escucho” con Daniel. Mientras se grababa Tierra del Fuego, Marcelo pasaba a diario por la casa de Federico a visitarlo. No hablaban de remedios, del SIDA, o de la muerte, sino de arreglos, de trabajo, de canciones...
En Noviembre del 88' viajaron para la mezcla del disco a Nueva York, los cinco integrantes de la banda restantes para pasar unidos el momento más difícil del grupo. Un mes y medio después, regresaron con el disco terminado. Apenas llegaron a Ezeiza, Marcelo se tomó un taxi hasta el CEMIC (Centro de Estudios Médicos e Investigaciones Clínicas), donde Federico estaba internado desde unos días antes de que sus hermanos viajaran a los Estados Unidos. Llevó una copia en casete del disco, pero en la clínica no había grabador y Federico tampoco estaba en condiciones de disfrutar la música. Pesaba cerca de 35 kilos.
Muchos periodistas sabían que Federico tenía SIDA, pero se negaron a informarlo en los medios, respetando su decisión y la de su familia. Osvaldo Marzullo, un periodista de dudoso prestigio profesional, violó el pacto de silencio y dio la información completa a través de un cable que llegó a todos los medios del país.
Los médicos del CEMIC, le dieron el alta a Federico para, ya que no quedaba nada por hacer, que al menos pudiera estar en su casa. Durante esos últimos días, Federico decidió informarles su estado a amigos y conocidos que hacía tiempo que no veía. A algunos sólo les comentó por teléfono y prefirió que no lo vieran.
El martes 20 de diciembre por la noche, se presentó en el Teatro Nacional Cervantes, el primer volumen de Grito en el Cielo, con todos los artistas que habían estado en la grabación, excepto Federico. Daniel Sbarra cantó sus respectivos temas con el folklorista Raúl Carnota. Esa misma noche, Federico había estado componiendo un tango, en su cama de dos plazas. A la hora de cenar, llamó a su madre, y sin fuerzas para cantar su última canción se la silbó despacio, después se durmió tranquilo y relajado.
Federico murió a causa de un paro cardiorespiratorio en la madrugada del miércoles 21, en su casa, preso del SIDA. Hoy, es una leyenda del rock argentino.
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