La noche en los boliches del Gran Buenos Aires es cada vez más caliente e invita al descontrol

Uno de los juegos sexuales que se instaló en un boliche de Ituzaingó, en la zona del Parque Leloir, consiste en sentar a un joven en un sillón del local para que las chicas lo exciten a través de caricias, arrumacos y movimientos sensuales sin tocar sus partes íntimas, y la ganadora será quien consiga llevar al muchacho a su punto culmine de erección.

En tanto, en otro boliche ubicado a pocas cuadras de la estación de Ramos Mejía se ofrecen shows eróticos donde los strippers interactúan con el público y la desinhibición que alcanza a tener la concurrencia femenina hace que se lleguen a ver escenas de sexo explícito entre los protagonistas del espectáculo y las chicas.

"En el escenario el show es fuerte y el sexo explícito está a la vista. Es un momento ideal para arrancar a alguna chica aun conmocionada por lo que acaba de ver", señaló Fabián, un joven que suele concurrir a ese boliche de Ramos Mejía, en declaraciones al matutino.

En Quilmes, un boliche ofrece canilla libre a las mujeres luego de finalizado un show erótico con strippers y desnudistas, pero el beneficio queda sin efecto a partir de detectar que una joven ingresa al baño de damas para orinar y desde ese momento los tragos deben ser pagados, aunque el efecto buscado ya fue conseguido y la noche para los adolescentes ingresa en una etapa de descontrol.

"Jovencitas y veteranas que se dieron con todo con la cerveza a esa hora están de regalo y no es muy difícil transar y arrancarlas del boliche para tener algo de acción por otro lado", comentó un joven, asiduo concurrente a los boliches de la movida hot. Por su parte, el sexólogo Adrián Sapeti definió al comportamiento de los adolescentes que participan de situaciones de sexo explícito en los boliches como "una actitud exhibicionista y voyerista" influenciada por la "cultura televisiva", que a su entender gravita en este tipo de conductas.

En tanto, el presidente de la Asociación Antidrogas de la República Argentina (AARA), Claudio Izaguirre, consideró que a partir del consumo de drogas y alcohol los concurrentes a los boliches "hacen cosas que en sus cabales jamás harían", para definirlos como parte de "un juego perverso".

"La noche de los chicos hoy encuadra situaciones atrevidas que tienen el estímulo del alcohol, al que se lo ofrece como premio por aquella trasgresión que puedan lograr. El alcohol, hay que entenderlo, es una droga", afirmó el especialista. En varios boliches, a partir de la incorporación de los shows eróticos, hay un auténtico descontrol como nueva modalidad de diversión nocturna que los adolescentes disfrutan estimulados por un alto consumo de alcohol.