Ricardo Montaner, iluminado y eterno en Buenos Aires
“Será” la increíble pluma con la que escribe sus melodías o “el poder de su amor”, pero lo cierto es que jamás deja de deslumbrar a su público. En la noche de Vélez, Ricardo tocó “la cima del cielo” una vez más, y ni Gardel, Sandro o La Negra Sosa quisieron perderse el acontecimiento.
Por Claudia Seta
Por Canal26
Viernes 7 de Diciembre de 2007 - 00:00
Cuando vio la luz en el barrio porteño de Avellaneda, Ricardo Montaner jamás pensó lo que vendría décadas después. Se convirtió en uno de los músicos preferidos de la gente... y después de 20 años... ese romance sigue intacto.
La prueba de ello pudo verse en el impecable show que brindó en el estadio de Vélez Sarfield en una noche donde el amor fue el gran protagonista.
“La chica del ascensor” abrió el espectáculo entre gritos y aplausos. El cantante llegó en un taxi, símbolo de ese porteñismo que lleva en la sangre. El segundo tema fue “Échame a mí la culpa”, uno de sus últimos hits, que interpreta a dueto con Juanes.
Enseguida comenzó el romanticismo, era evidente porque Montaner se destaca por hacer estallar los corazones con su lírica. “Ay amor”, “Hoy tengo ganas de ti” y “A dónde va el amor” se hicieron presente.
Le siguió “Bésame”, que culminó con las estrofas perfectamente interpretadas en portugués por su bella corista Tanita, nacida en la tierra de la Caipirinha.
Hubo segmentos bien argentinos en la noche. Por una lado, el artista cantó “Penumbras”, mientras la imagen de Sandro se veía en la pantalla y se llevaba todos los aplausos.
El otro momento porteño lo dio Carlos Gardel, quien no quiso estar ausente y acompañó a Montaner en su segmento tanguero donde sonaron “Nostalgia” y “Volver”. Vestido de negro y con sombrero, el cantante se dio el gusto de hacer el dueto ante la multitud que no escatimó en ovaciones para el zorzal.
Entre los 30 temas interpretados no faltaron “Sólo con un beso”, “Flaca”, “Cuando nacen amores”, “Cuando a mi lado estás”, “Nada”, “Heridas de amor”, “Quisiera”, “Yo sin tí”, “Algo de mí” y “Sólo otra vez”, donde su corista morena deslumbró con sus estrofas en inglés. Más aplausos.
El ritmo caribeño se lo dieron “Tengo verano” y “Vamos negra pa´ la conga”, que culminó con el escenario colmado de mujeres, elegidas una por una al azar por Ricardo, quien no quiso privarse de la presencia femenina a su alrededor.
Uno de los momentos más emotivos para el festejo por los 20 años se lo dieron sus tres hijos en que unieron sus voces para “Será”. Lo acompañaron durante toda la noche. Dos de ellos en la batería y uno en la guitarra. A Montaner sólo se le caía la baba ante el talento de sus “niños”.
Hubo lugar para un homenaje a los más pequeños con capacidades diferentes. Sobre el escenario, se brindó tributo a ocho niños y niñas de las Nuevas Olimpiadas Especiales en el marco de la Semana Internacional de las Personas con Discapacidad. Es que el artista es Embajador de Buena Voluntad de UNICEF y siempre que puede, deja una prueba de su compromiso con la gente, en la lucha por sus derechos.
Fue entonces cuando la “Negra” Sosa se hizo presente en el escenario para cantar junto al ídolo dos canciones de Fito Páez: “Yo vengo a ofrecer mi corazón” y “Dale alegría a mi corazón”. Palabras de concientización, ovaciones para Mercedes y más emotividad.
El final estaba cerca. Fue el momento de los hits más esperados. “Tan enamorado”, “Déjame llorar” y “Me va a extrañar”, generaron suspiros y un mar de lágrimas. Parejas abrazadas, solteros melancólicos. Más llantos y besos con “La cima del cielo” y “El poder de tu amor”.
El cierre llegó. “En el último lugar del mundo” vio a Montaner envuelto entre sonrisas, aplausos, agradecimientos, recuerdos y la invocación de Dios, como en cada uno de sus shows.
“En el último lugar del mundo luego de la cordillera escondería las palabras y mis poemas si te fueras”, rezaba la canción que le puso el moño a un acontecimiento inolvidable. Y entre el furor y el amor, el cantante dejó el escenario, con la promesa de volver pronto a la tierra donde vio la luz...