“Si el Gobierno kirchnerista pensaba que 'le tiraron un muerto' debía investigarlo”

Carlos “El Moro” Rodríguez era uno de los amigos más cercanos del fallecido fiscal Alberto Nisman. Estuvo en vivo en radio “Latina” en el programa “El Ojo de la Tormenta” con Gustavo Mura. Mostró los whatsapp que intercambió con el extitular de la UFI-AMIA, que aportó a la causa en los que “estaba exultado, me manda la tapa de la revista Noticias sin miedo” y “que fueron limpiados” y habló de todo y de todos.

“Cuando vi la noticia de la muerte de Alberto Nisman, al principio no la creí”, inicia quien tenía una relación fraterna y hasta familiar con quien fuera encontrado sin vida en el edificio de Le Parc el 18 de enero de 2015. Tan cercana es la relación que su hija es amiga de Iara Nisman quien junto a Kala estaba amenazada de muerte según el exagente de inteligencia. “Mi hija está asustada, tiene miedo que me pase lo mismo que a Nisman”, agregó “Moro”.

Rodríguez fue quien recomendó a Diego Lagomarsino como colaborador a Nisman. A ámbos les enseñó a tirar con la pistola Bersa 22. Esa arma de ese calibre fue la que acabó con la vida de quien investigaba el atentado a la AMIA y denunció a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner.

“Si supiera que fue Lagomarsino lo llevo yo mismo a la Justicia. Lo complica el hecho de que haya llevado un arma. Ninguna persona está preparada para utilizar un arma. Yo estuve siempre en este ambiente y sé manejar armas. Si a mí me dicen que tengo que matar a un amigo, no puedo hacerlo. Arroyo Salgado insiste en que yo cubro a Lagormasino”, lanzó “El Moro” quien vivía en Palma de Mallorca, España insular, cuando ocurrió el deceso del fiscal.

HIPÓTESIS DEL ASESINATO

A “El Moro” lo sorprende que desde el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner en lugar de haberlo protegido en vida o al menos ponerse al frente de la investigación una vez muerto. “A mí me descolocó que si desde el Gobierno pensaban que le tiraron el muerto no hayan salido a investigarlo. Salieron a insultarlo, a decir que era homosexual, mujeriego y drogadicto. Yo Presidenta digo que a este hombre me lo cuidan bien y le refuerzo la custodia. Verifico que funcionen todas las cámaras. No le saco los ojos de encima las 24 horas. Si soy la jefa de Estado o Aníbal Fernández que era candidato, digo que este hombre tiene que declarar y que me lo dejan vivo”, sentenció quien en los '90 tuviera estrecha relación con la DEA en plena guerra contra el narcotráfico en América Latina.

“Para matar a Alberto Nisman se montó una gran operación de inteligencia. Estaba amenazado por los iraníes y acá creó un malestar cuando iba a declarar. Se dice que en la noche del sábado hubo gente sacando cosas de Le Parc, exaltados y a los gritos”, denuncia Rodríguez.

En 2011, su mujer y su hija fueron encañonadas en la puerta de su casa por un hombre bien vestido, de pelo corto, que le puso una pistola 9 mm en la cabeza de la nena. Las hizo ingresar a la vivienda, y las dejó encerradas en el baño. No hubo robo, ni se revolvió el lugar. El desconocido se fue como llegó. “Papito, sacame de este país de mierda”, afirma que le dijo la menor.

A las pocas semanas, Carlos El Moro Rodríguez, su esposa y su hija partieron a España, donde abrieron un café en una zona turística. El exagente de Inteligencia no perdió contacto con sus amigos. Uno de sus amigos era, hasta el 18 de enero de 2015, Natalio Alberto Nisman.
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