Entre historias de amor dignas de cuentos de hadas y matrimonios destinados al fracaso, las familias reales de Europa vivieron, a lo largo de los años, separaciones que marcaron sus propias dinastías.
El príncipe Carlos y Lady Di en noviembre de 1992 en Seúl. Ese sería el último viaje oficial de la pareja. Foto: Getty Images.
El matrimonio en la realeza ha sido, desde tiempos inmemoriales, un símbolo de estabilidad y tradición. Sin embargo, en muchas ocasiones, ni el linaje ni el compromiso con la corona son suficientes para garantizar relaciones duraderas.
A lo largo de la historia reciente, la nobleza europea fue testigo de amores que parecían sacados de un cuento de hadas pero que, con el tiempo, terminaron en escandalosas rupturas. Desde la princesa Carolina de Mónaco hasta el príncipe Carlos de Inglaterra, hay varios divorcios reales que estuvieron marcados por la tragedia, el desamor e, incluso, la polémica.
Diana y Carlos, en 1992. Foto: Reuters.
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Las separaciones en las casas reales europeas demuestran que ni las coronas ni los títulos pueden garantizar la felicidad conyugal.
Aunque en la actualidad los miembros de la nobleza tienen mayor libertad para elegir a sus parejas, los matrimonios siguen enfrentando desafíos, presiones y expectativas que, en muchos casos, terminan por romper la ilusión del "felices para siempre".
Uno de los casos más notorios de inestabilidad amorosa en la realeza es el de Carolina de Mónaco, la hija mayor de Grace Kelly y Raniero III. Su primer matrimonio con Philippe Junot fue un romance que desafió las advertencias de su familia, pero que se desmoronó en apenas dos años, resultando en divorcio y anulación.
Carolina de Mónaco y Philippe Junot. Foto: Archivo.
Años después, encontró el amor en Stefano Casiraghi, un reconocido empresario y deportista italiano con quien tuvo tres hijos. No obstante, su esposo sufrió un terrible accidente en lancha que, en 1990, la dejó viuda a los 33 años.
En busca de una nueva oportunidad en el amor, Carolina se casó con el príncipe Ernesto de Hannover en 1999, pero la relación tampoco tuvo un final feliz. En 2009, la pareja se separó, aunque legalmente continúan casados.
La princesa Marta Luisa de Noruega también experimentó los altibajos del amor real. En 2002, se casó con el escritor Ari Behn, una historia de amor que duraría más de 15 años y que dio como fruto a sus tres hijas: Maud Angélica, Leah Isidora y Emma Tallulah.
Sin embargo, en 2016 anunciaron su separación, siendo el primer divorcio de la Familia Real de Noruega en dos siglos. En declaraciones con la prensa local, admitieron que habían intentado salvar su matrimonio sin éxito.
La princesa Marta Luisa y Ari Behn el día de su boda, 2002. Foto: GTRES.
"Es horrible ver que no hay nada más que hacer, que hemos probado todo durante mucho tiempo. Que aún así no podamos encontrar los puntos en común como antes, lo que hace imposible seguir juntos", declaraba entonces la princesa.
No obstante, la historia tomó un giro trágico cuando, en 2019, Behn decidió quitarse la vida en navidad, una consecuencia de su conocida depresión.
"Ari ha sido una parte importante de nuestra familia durante años y tenemos recuerdos cálidos y afectuosos suyos. Lamentamos que nuestros nietos hayan perdido a su querido padre y tenemos una profunda compasión por sus padres y sus hermanos, que han perdido a su querido hijo y hermano", expresaba el comunicado de la Casa Real de Noruega que se emitió poco después de su fallecimiento.
En la actualidad, Marta Luisa encontró una nueva pareja en el chamán Durek Verrett, con quien contrajo matrimonio el 31 de agosto de 2024 en el Hotel Union de Geiranger, Noruega. La pareja se conoció en 2018 a través de una amiga en común y, desde entonces, son inseparables.
La familia real británica no ha sido ajena a los fracasos matrimoniales. La princesa Margarita fue la primera en romper con la tradición al divorciarse de Lord Snowdon en 1978, tras 18 años de matrimonio. Luego, la generación de Isabel II vivió sus propios "annus horribilis" con los divorcios de sus hijos.
La princesa Ana se separó de Mark Phillips en 1992 y posteriormente encontró la felicidad con Sir Timothy Laurence. El entonces príncipe Carlos y la princesa Diana protagonizaron una de las separaciones más mediáticas de la historia, con escándalos de infidelidad y acusaciones mutuas, que culminaron en su divorcio definitivo en 1997.
Lady Di y Carlos. Foto X.
Finalmente, el príncipe Andrés también terminó su matrimonio con Sarah Ferguson en 1996. Mientras él estaba lejos de su casa bajo el pretexto de estar comprometido con sus "deberes reales y navales", Sarah era vista frecuentemente en compañía de otros hombres, desatando todo tipo de teorías sobre los motivos el divorcio.
Sin embargo, y a pesar de las polémicas y los rumores de infidelidad, ambos se muestran cercanos en la actualidad e, incluso, viven juntos en Windsor.
Los Países Bajos también vieron cómo los matrimonios reales se desmoronaban. La princesa Irene renunció a sus derechos dinásticos para casarse con Carlos Hugo de Borbón-Parma en 1964, pero su unión terminó en divorcio en 1981.
Irene y Carlos Hugo se casaron el 29 de abril de 1964 en Roma sin la aprobación del Parlamento holandés y con la total ausencia de la familia real holandesa.
Boda de Irene de Holanda y Carlos Hugo de Borbón-Parma. Foto: Instagram.
En ese momento, ella pasó a ser Princesa de Parma, Duquesa de Plasencia y Duquesa de Guastalla, pero, como consecuencia, perdió sus derechos al trono holandés y se le prohibió regresar a su país durante un tiempo.
Su hermana, la princesa Cristina, también dejó de lado su título al casarse con el cubano Jorge Pérez Guillermo en 1975. Lamentablemente, tras 21 años de amor, el controversial matrimonio terminó en 1996.
En Dinamarca, el divorcio del príncipe Joaquín y Alexandra Manley en 2005 sorprendió a la nación, pues no había indicios públicos de problemas en la pareja real.
Boda del príncipe Joaquín y Alexandra Manley. Foto: Instagram.
Joaquín contrajo segundas nupcias con Marie Cavallier, mientras que Alexandra tuvo un segundo matrimonio fallido.
En Luxemburgo, el príncipe Louis y Tessy Antony pusieron fin a su relación en 2017 tras una década de matrimonio y una disputa legal por motivos económicos.
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