La princesa que eligió el amor: la historia de Mako de Japón y su renuncia a la realeza para casarse con un plebeyo

Sobrina del emperador Naruhito, Mako de Japón dejó atrás su título, sus joyas y un millón de euros para casarse con el hombre que ama. En Nueva York, lejos del estricto protocolo imperial, la pareja construye una vida sencilla.

Por Evelyn Quinteros Rios

Sábado 26 de Abril de 2025 - 13:25

La princesa Mako de Japón y su esposo, Kei Komuro. Foto: Pinterest. La princesa Mako de Japón y su esposo, Kei Komuro. Foto: Pinterest.

En el mundo de la realeza, donde las decisiones personales están muchas veces subordinadas y condicionadas al deber y al protocolo, la historia de la princesa Mako de Japón destaca como un acto de "valentía inusual".

Nacida bajo el peso de siglos de tradición imperial, Mako, sobrina del emperador Naruhito, optó por lo impensado: renunciar a su título y privilegios reales para casarse con el hombre que amaba, Kei Komuro, un ciudadano común sin lazos con la aristocracia.

La princesa Mako de Japón y su esposo, Kei Komuro. Foto: Pinterest. La princesa Mako de Japón y su esposo, Kei Komuro. Foto: Instagram.

La Reina Letizia de España, la Princesa Leonor y la Princesa Sofía en una visita a Sotres, ganadora del premio Pueblo Ejemplar de Asturias 2024. Foto: Reuters/Archie Andrews/ABACAPRESS.COM

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En nombre del amor: la princesa japonesa que dejó el trono por una vida sin corona

El romance entre Mako y Kei comenzó en los pasillos de la Universidad Cristiana Internacional de Tokio, donde ambos estudiaban. Su historia parecía sencilla, casi universitaria, pero en el contexto de la Casa Imperial Japonesa, fue todo un acontecimiento revolucionario. 

Desde el principio, la relación enfrentó duras críticas mediáticas, que fueron en aumento cuando se conocieron los problemas financieros relacionados a la madre de Komuro, que escalaron en un escándalo nacional. La expareja de su madre reclamaba una suma de dinero que, aunque era modesta, fue suficiente para detener la boda inicialmente prevista para 2018 y alimentar una polémica que duraría años. Durante ese tiempo, Mako vivió bajo una presión intensa. 

Los medios japoneses no dejaban de cubrir cada paso de la pareja, y la opinión pública se dividía entre el apoyo al amor libre y la defensa de la tradición. El conflicto tuvo consecuencias personales para la princesa, que desarrolló un trastorno de estrés postraumático debido a la continua exposición negativa.

La princesa japonesa Mako renuncia a su estatus real para casarse con su novio plebeyo, Kei Komuro. Video: X / @historydefined.

A pesar de todo, en octubre de 2021, Mako y Kei se casaron en una sencilla ceremonia civil, la más discreta en la historia de la realeza japonesa contemporánea. En ese momento, Mako no solo dejó de ser princesa, sino que también rechazó la indemnización de 1,3 millones de dólares que el gobierno japonés otorga a las mujeres reales que abandonan su estatus tras casarse con plebeyos.

Tampoco aceptó conservar sus joyas reales, ni su tiara de diamantes: decidió empezar de cero, sin privilegios ni riquezas, movida únicamente por la convicción de que su vida debía ser vivida junto al hombre que amaba.

Juntos se mudaron a Nueva York, una ciudad que representa el polo opuesto de la estructura rígida del Palacio Imperial. Allí, lejos de los lujos y las reverencias, Mako adoptó una vida tranquila y sin protocolos.

Fue vista comprando en mercados locales, perdiéndose por las calles de Manhattan, pidiendo indicaciones, caminando de la mano con su esposo, viajando en bus, entre otras actividades cotidianas. No obstante, la renuncia al trono no fue una renuncia a su vocación.

La princesa Mako de Japón en su graduación. Foto: Pinterest. La princesa Mako de Japón en su graduación. Foto: Pinterest.

Mako, con una sólida formación en Historia del Arte que incluye estudios en la Universidad de Edimburgo y una maestría en Museología en Leicester, comenzó a colaborar de forma voluntaria con el Museo Metropolitano de Arte (MET), donde trabajó en proyectos vinculados a la cultura japonesa.

Kei, por su parte, perseveró hasta lograr aprobar el examen de abogacía de Nueva York en su tercer intento y, actualmente, ejerce en un prestigioso bufete de abogados. 

Más allá de la historia de Mako, la familia imperial japonesa no es ajena a los matrimonios por amor, pero las consecuencias son más severas para las mujeres.

La princesa Kako abraza a su hermana la princesa Mako justo antes de su partida para su matrimonio con Kei Komuro. Foto: X / @rwthofficial. La princesa Kako abraza a su hermana la princesa Mako justo antes de su partida para su matrimonio con Kei Komuro. Foto: X / @rwthofficial.

Mientras los varones pueden mantener su estatus tras casarse con plebeyas, las mujeres están obligadas a abandonar la familia imperial. Mako siguió los pasos de otras princesas como Sayako Kuroda y Ayako Moriya, pero lo hizo en una era de mayor visibilidad, donde su caso se convirtió en símbolo de debate sobre el rol de las mujeres en la monarquía

A través de su renuncia, la joven no solo desafió normas milenarias, también abrió un nuevo capítulo en la historia de una institución profundamente tradicional, demostrando que incluso entre coronas y linajes, el amor puede ser una fuerza más poderosa que cualquier título.

“Amo a Mako. Solo tenemos una vida y quiero pasarla con la persona que amo. Me siento muy triste porque Mako haya estado en malas condiciones mentales y físicas, debido a ciertas acusaciones falsas”, dijo Kei durante la única rueda de prensa tras su boda. Y con esa frase sencilla, como una promesa, los dos iniciaron una nueva vida.