Crimen en Villa Gesell: otros presos les gritan "asesinos" a los rugbiers

El padre de Máximo Thomsen, uno de los detenidos, pidió que "la Justicia actúe como con cualquier ser humano”.

Por Canal26

Martes 19 de Mayo de 2020 - 06:56

Rugbiers detenidos, crimen en Villa Gesell

Se cumplieron cuatro meses del brutal asesinato de Fernando Báez Sosa en Villa Gesell y el padre de Máximo Thomsen, uno de los rugbiers detenidos por el crimen, aseguró que su hijo "está pagando, privado de su libertad", y pidió que en la causa se cumpla "con el debido proceso", ya que teme "que no se haga justicia" por la trascendencia "mediática" del caso.

 

Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Blas Cinalli, Enzo Comelli, Ayrton Viollaz, Luciano Pertossi, Matías Benicelli y Lucas Pertossi están detenidos en Melchor Romero, imputados por “homicidio doblemente calificado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas” de Fernando Báez Sosa y por las “lesiones” que sufrieron sus amigos.

 

En tanto, como "partícipes necesarios" de esos delitos están acusados, aunque en libertad, Juan Pedro Guarino y Alejo Milanesi.

 

Javier Thomsen comentó que a los jóvenes detenidos por el crimen de Fernando "les gritan asesinos” cada vez que salen al patio de la Alcaldía de Melchor Romero, donde se encuentran alojados desde el 13 de marzo.

 

"Los chicos no pueden acceder a algunos objetos por la presión mediática que hay contra ellos. Todos tienen teléfonos menos ellos”, expresó Thomsen.

 

Por otra parte, Thomsen recordó lo sucedido el 18 de enero frente al boliche Le Brique de Villa Gesell, reconoció el dolor de Silvano y Graciela, padres de Fernando, y manifestó que también a las familias de los acusados les cambió la vida “para siempre”.

Fernando Báez Sosa, joven asesinado en Villa GesellFernando Baéz Sosa. 

“Fue una noche trágica. Acompaño el dolor de los padres de Fernando, pero la vida de estos diez chicos y la de sus familias también cambió para siempre. Cada vez que sonaba el teléfono era un dolor enorme. La situación era llorar todo el tiempo. Nunca me atendieron y una vez dejé un mensaje”, relató.

 

“El mayor miedo que tengo es que no se haga justicia por la presión mediática, porque el morbo vende y los derechos se pierden por la opinión pública”, señaló.

 

Y pidió que su hijo y los otros nueve imputados -dos de los cuales se encuentran excarcelados- cuenten con el "debido proceso", ya que “se merecen que la justicia actúe como con cualquier ser humano”.

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