A diferencia del perfil violento de su hermano Martín, detestaba ostentar y llamar la atención. Su fanatismo por los fierros, la velocidad y la mecánica lo cruzaron con los hermanos Schillaci, quienes tenían un taller en Quilmes y con quién comenzó a hacer negocios oscuros.
Por Canal26
Sábado 9 de Enero de 2016 - 00:00
A diferencia del perfil violento y mafioso de su hermano Martín, Cristian es un hombre en apariencia más tranquilo y de bajo perfil. En su barrio, en el partido bonaerense de Quilmes, lo conocían por su fanatismo por los autos de carrera. De hecho, se quedó con el taller mecánico de su padre, luego de que este sufrió una hemiplejia que lo dejó postrado.
Todos los viernes solía organizar asados para agasajar a sus amigos y clientes. En esas juntadas –según afirma el libro "La Ejecución"- se hablaba de mujeres, fierros y plata. Ese último punto tenía que ver con los negocios oscuros en los que se metería junto a su hermano y los Schillaci, Víctor "El Facha" y Marcelo. A ese último lo conoció en el barrio ya que también tenía un taller mecánico y solían compartir gustos automovilísticos. No obstante, todos se caracterizaban por sus perfiles turbios.
De hecho, los autores del libro, Emilia Delfino y Rodrigo Alegre, revelaron que el 3 de septiembre de 2008, Cristian cayó preso en Bolívar por ingresar con un arma a una casa de Sarmiento al 1000. Esa mañana había ido al autódromo con Víctor a hacer pruebas de velocidad. "Cristian iba a comprar un pagaré por la suma de 44 mil pesos. Le iban a entregar un auto en parte de pago. Pero al día siguiente me enteré que lo habían detenido", contó Schillaci en la Justicia.
Cristian Lanatta con su ex mujer, quien pidió una orden de restricción tras enterarse de la fuga.
Por esa causa, estuvo detenido en Sierra Chica por robo calificado y privación ilegítima de la libertad. Luego, consiguió el arresto domiciliario. El 11 de julio de 2011 fue baleado en una pierna en un confuso episodio que ocurrió en la puerta de su casa. Los allegados le temían más a Martín que a Marcelo. El primero era visto por su entorno como un personaje "temido y violento" y cercano a Aníbal Fernández. El mismo que supuestamente era protegido fue el que lo involucró en el tráfico de efedrina a México.
"Martín era terrible, pesado y jodido. Nadie le decía nada porque (decía) es amigo de Aníbal Fernández", dijo Julio Pose durante el juicio. El prontuario del hermano está igual de manchado, pero la diferencia es que éste amenazaba a la gente del barrio con matarlos y solía hacerlo con armas cuando algo no le gustaba. Una vez a una vecina le advirtió que cuidara a su hijo porque iba a "aparecer en un zanjón".
En 2013 los Lanatta fueron presos a un penal de Sierra Chica, de donde intentaron escaparse tras limar los barrotes de una ventana. No obstante, los guardiacárceles se dieron cuenta del plan y lo frustraron. Por tal motivo, los hermanos Lanatta y Schillaci fueron trasladados a la Unidad Penal 30 de General Alvear, de donde se escaparon con un arma de juguete durante la madrugada.
Aunque en apariencia más apacible, Cristian no se separó de su hermano ni ante el horror de asesinar a tres personas. Y hoy volvió a estar en el mismo lugar. En su huída, se cruzaron con dos policías y no dudaron: se bajaron de la camioneta en la que viajaban y dispararon a matar. Como ya -parece- están acostumbrados.
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