Roberto Baratta, el taxista que pasó a ser millonario y mano derecha de De Vido

Luego de que se conociera la orden de detención expedida por el juez Claudio Bonadío para el ex número dos de De Vido, Roberto Baratta, salió a la luz la historia del "ascenso vertical" del funcionario que hace 15 años era taxista y vendedor de quiniela.

Baratta manejó millones "a telefonazo limpio". Siempre creciendo a la sombra de su jefe, allí desplegó su carrera en la industria de la energía.

En 2002, cuando trabajaba manejando un taxi y vendiendo quiniela, un día entró a un bar de Barrio Norte, Buenos Aires, como tantas veces. Algo que no esperaba y que cambiaría su destino laboral y de vida, era encontrarse nada más ni nada menos que a Néstor Kirchner. A sólo un año del famoso "corralito", que dejó en la quiebra a millones de argentinos, el actual procesado encaró derecho al entonces candidato a presidente y le pidió trabajo.

El funcionario le dijo que hablara con Julio De Vido. Desde ese momento, el ex ministro de Planificación lo incluyó en su circulo íntimo y dio rienda suelta a la carrera de Roberto Baratta, que fue en ascenso día a día.

Por su despacho pasó gran parte de la relación con Venezuela y toda la importación de combustibles. Según fuentes judiciales, ganó centenares de contrincantes a quienes maltrató durante aquella época. Baratta era poseedor de la petrolera estatal Enarsa y la empresa mayorista eléctrica, Cammesa, dos sociedades anónimas usadas como sellos para comprar energía al exterior.

Cuando se produjo la estatización de YPF, se dice que fue uno de los primeros en hacerse cargo de la petrolera, puesto gracias al cual adquirió una oficina en uno de los edificios más caros de Puerto Madero.

Con la finalización del gobierno de Cristina Kirchner, los fueros para Julio De Vido se fueron venciendo, al igual que los negocios realizados por el ministro y su mano derecha, hoy procesados por "defraudación a la administración pública y administración fraudulenta"y con su detención a horas de ser efectiva.