Por Canal26
Viernes 18 de Octubre de 2024 - 23:59
Redacción Deportes (EE.UU.), 18 oct (EFE).- Habrá quinto y definitivo partido para decidir el título de la WNBA el próximo domingo en Brooklyn, después de que las Minnesota Lynx se impusieran en un apretadísimo encuentro este viernes a las New York Liberty por 82-80.
Las Liberty (primeras en la temporada regular) tendrán la opción de cerrar en casa el primer título de su historia, mientras que las Lynx (segundas) buscarán la quinta corona de su palmarés.
Las de Minnesota son el equipo más laureado de la WNBA, con cuatro anillos, los mismos que tienen las Seattle Storm y las Houston Comets.
Las cinco titulares de las Lynx cerraron la noche en dobles dígitos. Kayla McBride volvió a ser determinante con 19 puntos y 4 asistencias, pero quien sostuvo a su equipo en los momentos más complicados fue, una vez más, Courtney Williams con 15 tantos, 7 pases de canasta y 4 rebotes.
Napheesa Collier trabajó más en la sombra, con 14 puntos y 9 rebotes, y fue importante para detener a las estrellas de las Liberty, entre ellas Breanna Stewart, que cerró la noche con solo 11 tantos, y Sabrina Ionescu, con 10 puntos.
Las máximas anotadoras de las neoyorquinas fueron Jonquel Jones (21 puntos y 8 rebotes) y Leonie Fiebich (19 puntos y 5 asistencias).
El primer cuarto destacó por su igualdad, con seis cambios de liderazgo en el marcador, algo que no había sucedido en estas Finales, donde las Liberty tomaron mucha distancia en los dos primeros encuentros y Minnesota hizo lo propio en el tercero.
Mucho tuvo que ver la inspiración y la eficacia en el tiro exterior en los primeros minutos. Entre los dos equipos anotaron siete triples en los primeros diez minutos, destacando Minnesota con un impresionante cuatro de seis. Dos llegaron de las manos de Collier y otros dos de McBride.
Betnijah Laney-Smith y Jones mantuvieron a las Liberty con siete puntos cada una en el arranque del encuentro, que se cerró con 23-23, reflejando perfectamente lo visto sobre el parqué.
La intensidad sobre la pista se multiplicó durante el segundo cuarto, jugado a un ritmo frenético, con buenas defensas que permitieron a Nueva York correr, manteniéndose arriba en el marcador, pero siempre notando el aliento de las Lynx.
Un "dos más uno", marca de la casa de Williams, devolvió el empate a 43 puntos, y en el siguiente ataque McBride hizo lo propio para ponerlas por delante, tres arriba.
Fue una lectura fantástica de las exteriores de Minnesota, que vieron un filón atacando el aro y provocando faltas en las Liberty.
Cecilia Zandalasini falló dos tiros libres al cierre del periodo, y las Lynx solo pudieron rentabilizar un punto: con 46-45, ambos equipos se marcharon a vestuarios.
En un duelo tan apretado, un parcial era un tesoro que marcaba diferencias. Las Lynx lograron uno inicial que las puso cinco arriba, pero la reacción de las neoyorquinas fue sólida con un 0-11 mediado el tercer cuarto, aunque sin los puntos habituales de Stewart e Ionescu.
La mayoría de esas acciones, tiros cómodos, vinieron de asistencias de una Williams que supo dominar la situación cuando la intensidad empezó a convertirse en presión para ambos equipos. Así alcanzaron el último episodio de la noche con un único punto de ventaja para las Lynx: 64-63.
Minnesota logró sobrevivir en el marcador durante la ausencia de Williams. Cuando regresó de su descanso, a siete minutos del final, su equipo ganaba por dos puntos.
El guion seguía reflejando la misma trama: una emoción máxima, con ambos equipos igualados y con opciones de ganar, pero esta vez con la posibilidad real de conquistar (o perder) un campeonato.
Cada pequeña acción era un paso de gigante, como un tapón de Stewart o el carrusel de triples en ambos aros, ya que en tres posesiones seguidas anotaron Carleton para tomar cinco de ventaja, luego Fiebich redujo a dos, y McBride encestó nuevamente desde el perímetro.
Con 80-80 se entró al último minuto. Stewart capturó un rebote ofensivo crucial y se jugó el balón bajo el aro, pero falló. Con 18 segundos para el final, Cheryl Reeve reunió a las Lynx para planear el último ataque, con el objetivo de ganar o, al menos, ir al tiempo extra.
Williams aguantó el balón y atacó el aro con solo seis segundos para la bocina. Falló, pero el rebote fue para Carleton, que sacó falta a Ionescu y anotó los dos tiros libres.
Con dos segundos por jugarse, se repetía la historia: dos puntos abajo para Nueva York y balón para Ionescu, quien esta vez tiró muy forzada y no fue la heroína de la noche. Así se cerraba un nuevo final de infarto con el 82-80, que lleva las Finales de la WNBA al quinto partido. EFE
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