¿El 12 de octubre es realmente el Día del Respeto a la Diversidad Cultural?

Pueblos originarios de América. Foto: archivo.argentina.indymedia.org.

La historia se ha ido contando de diferentes maneras y perspectivas, está el lado A, el B, el C, y tantos otros que podrán resignificarse a lo largo del tiempo. Durante años, en las escuelas se celebraba el “Descubrimiento de América”, donde niños de jardín y primaria vestidos de indios felices, recibían a Colón con sus carabelas; donde había intercambio de mercancías, bailes, y todos aplaudían esa parte de nuestra historia. Según cuentan algunos, junto a la colonización llegó a estas tierras la civilización y la religión católica con su único Dios. Durante mucho tiempo se celebró ese alegre intercambio, ¿alegre?, ¿intercambio?

En aquellos años, no se cuestionaba y solo se repetían las travesías del intrépido marinero que se lanzó al océano buscando nuevas rutas de comercio. Eran años donde desde la educación, tanto en la escuela como en la familia, “el cuestionar” no era una posibilidad, ya que la hegemonía de la “normalización” y la “homogeneización”, eran las características socioeducativas de la época.

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El “descubrimiento” de América

Cristóbal Colón se lanzó a la búsqueda de nuevas rutas para llegar a las Indias, en ese camino no descubrió América, sino que “encontró América” mientras que creía que había llegado a su destino; desde ahí, el mal llamado indios a los antiguos habitantes de estas tierras. Tierras, que tenían su cultura, sus creencias, sus dioses, sus civilizaciones avanzadas como los mayas y los aztecas, entre otras. Los guaraníes con sus organizaciones familiares de autonomía desde los 12 años, pero bajo la mirada de la familia que acompañaba al iniciante. Distintos pueblos organizados que cazaban cuidando y respetando los tiempos de la naturaleza, que cultivaban a partir de sus propios calendarios y relojes solares que les permitía conocer el solsticio de invierno y de verano, que tenían sus dioses a los cuales adoraban y respetaban pidiendo prosperidad. Con Colón no llegó la civilización, ni la religión, llegó otro modo de civilización, otra religión, otro modo de organización.

¿Hubo respeto en ese encuentro de culturas? ¿Hubo respeto por la diversidad de creencias? ¿Hubo diálogo frente a las diferencias? Los nativos no entendían ni que decían, ni por qué esas personas habían desembarcado en sus tierras, y mucho menos cuáles eran sus intenciones.

Eduardo Galeano. Foto: www.palermomio.com.ar

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Respeto-Diversidad-Cultura

Eduardo Galeano dice que a medida que nos acercamos al horizonte, éste se aleja y hace un paralelismo con la idea de utopía; ¿para qué sirve la utopía? le preguntaron, y él respondió “para seguir caminando”. De la celebración por el descubrimiento de América, el día de la raza, hasta el hoy llamado día por el respeto a la diversidad cultural, pasaron muchos años durante los cuales se fueron construyendo diversos paradigmas, reflexiones, la historia fue contada desde diversas miradas y posicionamientos.

Hoy se sabe que no hubo respeto, ni se alojó la diversidad, sino que se arrasó con culturas, civilizaciones y seres humanos, a lo que se los obligó a cambiar a la fuerza su manera de vivir, de hablar, sus creencias. Hoy se sabe que no fue un intercambio sino un saqueo, o como se escucha decir coloquialmente, “le vendieron espejitos de colores” a los pueblos que habitaban estas tierras a cambio de sus riquezas. Hoy reflexionar y visibilizar lo sucedido es dar la posibilidad a las nuevas generaciones de que no pierdan la memoria, memoria que, como en tantos otros hechos, se lucha por no perder.

Tal vez, una manera sería poder seguir hablando del día de la raza desde una mirada sociohistórica, crítica, y resignificando la cultura de aquellos pueblos; porque no se trata de cambiar los “nombres” de cada fecha conmemorativa, ya que queda claro que no habría nada para celebrar. Tal vez se trate de encontrar otra nueva fecha donde tanto las civilizaciones de aquellos siglos como las actuales podamos respetar la diversidad, reflexionar sobre las identidades culturales, que hoy también existen. Que podamos alojarlas e incluirlas como parte de la diversidad propia de los seres humanos, y sobre todo donde la fuerza y el poder no vuelvan a ser el medio para la “homogeneización” y así tal vez, y solo tal vez, podamos dejarles a las nuevas generaciones un legado de respeto por la diversidad cultural.

Lic. Prof. Verónica del Castillo
Psicopedagoga. Profesora de Educación Inicial y Superior
Diplomada en Psicoanálisis y Prácticas socioeducativas
www.infancias.com.ar
IG @infancias.enjuego