Boy George y su secreto juego de las lágrimas

Boy George cantará en Argentina el próximo miércoles 10 de septiembre. El ex Culture Club llega para hacer los exitosos temas de la banda nacida en los 80 y sus canciones como solista.

Reconocido gay, cuando era chiquito, Boy esperaba que sus hermanos se fueran del dormitorio para cerrar las cortinas y apagar la luz. Ponía un disco de la cantante galesa Shirley Bassey y jugaba a ser ella, tal como cuenta en su autobiografía “Take It Like A Man”.

Lo consideran un ícono gay y es conciente de su rol de catalizador de confesiones de jóvenes que, gracias a él, se animan a hacer pública su homosexualidad, a salir del "closet". Relató que, una vez, una drag queen argentina le contó que sus padres la iban a matar si sabían lo suyo.

“¡Sí!, ¡sí! Estaba por tomar un vuelo desde Argentina hacia algún lugar, no me acuerdo exactamente a dónde. Ella se apareció en el aeropuerto y me regaló un lápiz labial con la forma de un pene. Je. Mi presencia era enormemente poderosa para cualquiera que se sintiera diferente, fuera gay o lesbiana. Soy consciente de eso y significa mucho para mí. En Chile, las drag queens me asediaron en el aeropuerto. Es loco y muy sorprendente porque siempre que viajo me dicen que muchas personas fueron afectadas por el aspecto social de lo que hago. Eso significa mucho para mí”, confiesa.

La vida del artista es un verdadero Juego de las lágrimas. Ha rondado siempre entre las drogas y los problemas con la policía.

La historia de amor con el baterista de la exitosa banda de los 80 fue la que detonó su caída en la heroína. Boy se enamoró de Jon Moss y en su autobiografía lo describió: “Jon siempre insistió en que era hetero. Mientras nos acostábamos en la cama desnudos no parecía importarle”. Más tarde, Moss se casó y tuvo dos hijos y George cayó en la adicción en 1986.

Cuatro años después, dejó las drogas y se abocó a la religión. Desde el hare krishna al hinduismo, de la meditación al budismo. “Las religiones orientales me parecen muy interesantes por su teatralidad y su gran vestuario”, confesó.

En el 2006, tras su época mística, Boy George tuvo problemas legales. Debió afrontar un arresto por una falsa denuncia de robo. Al confirmarse la mentira, la policía halló cocaína y, como consecuencia, debió realizar tareas comunitarias juntando la basura.

Durante muchos años, el cantante inglés manifestó su amor/odio hacia Madonna. Por un lado, la criticó por su adhesión a la Cábala, cuando esta religión “dice que la homosexualidad es una enfermedad que debe ser curada”, según sus palabras y destacó que la Reina Pop ganó muchos millones gracias a sus seguidores gays. Ahora, dice que está “equivocado” y que cree que comete “el error de decir cosas en broma, muchas veces”.

“Cuando decís cosas que se hacen públicas, se reflejan en vos como persona y te hacen quedar como una perra. Y no soy realmente una perra. Aunque puedo serlo, je”. Con esas palabras, se define el ícono del pop bizarro que llega en días a Buenos Aires para cantar “The Crying game”, “Karma Chameleon”, “Do you really want to hurt me” y todos los clásicos de Culture Club.

“Estoy muy emocionado y feliz: es una oportunidad de hacer lo que me gusta en el escenario, tengo una gran banda y haremos muchos clásicos: va a ser divertido. Las canciones nuevas son interesantes pero no haremos demasiadas: está bien equilibrado”, adelanta. La cita será el 10 de septiembre en el Luna Park.