Como Agua para Chocolate y 100 años de Soledad: 3 puntos destacados para ver estas series

"Como agua para chocolate" y "100 años de Soledad". Fotos: Netflix y MAX.

El realismo mágico llegó a las plataformas de streaming con el estreno de dos series basadas en la emblemática literatura latinoamericana: "Como agua para chocolate" de la mexicana Laura Equivel (publicada en 1989 y con una versión cinematográfica en 1992) está en Max, y "100 años de soledad", la épica historia de Gabriel García Márquez para la cual se desarrolló en Colombia el pueblo Macondo en el que se instaló el imaginario de Gabo, acaba de estrenarse en Netflix.

Será difícil elegir entre una y otra producción para ver, en las que se puso toda la carne al asador para intentar recrear dos novelas tan conocidas en todo el mundo. En esta nota repasamos los puntos destacados de cada una y terminamos con una recomendación.

Como agua para chocolate, serie. Foto: Max

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La trama de "Como agua para chocolate" y "100 años de Soledad"

En Como agua para chocolate de Max, la historia se centra en el amor incondicional de Tita de la Garza y Pedro Múzquiz, cuyos padres están enemistados y que finalmente casan al muchacho con la hermana mayor de la chica, llevándolos a convivir en la misma casa. Tita tiene la misión como solterona de preparar el alimento para la familia y es allí donde vuelca (y comparte) sus sentimientos. Además, los personajes están inmersos en las luchas de la Revolución Mexicana. La primera temporada tiene seis episodios y ya se anunció la realización de la segunda.

Por su parte, la épica de Gabo lleva a una pareja joven, José Arcadio Buendía y Ursula Iguarán, a dejar su pueblo en busca de nuevos horizontes junto a un grupo de amigos. Luego de una peripecia que les lleva años, terminan fundando Macondo, poblado que va creciendo a medida que lo hacen las familias que lo habitan. Con una curiosidad innata, y mucho empuje, el José Arcadio se dedica a investigar diferentes cosas mientras Ursula es la que tiene los pies sobre la tierra. Crean una familia numerosa, entre propios y adoptados, por lo que el relato repasa las peripecias de todos los familiares. Además, se centra en el desafortunado derrotero del segundo hijo, el coronel Aureliano Buendía, con cuyo rostro adulto es lo primero que se ve de la serie.

Cien Años de Soledad. Foto: Netflix.

Los protagonistas

En Como agua para chocolate, tanto Tita como Pedro fueron tan bien elegidos que ya no se recuerdan a los actores mexicanos que hicieron el largometraje de los ‘90. Azul Gaita es encantadora y llena la imagen simplemente con sus ojos y su rostro adorable, transmitiendo inmediatamente lo que siente su personaje. Por su parte, Andrés Baida es el Pedro perfecto que se amalgama con la protagonista absoluta de la historia. Se les nota el amor que sienten el uno por el otro. A su alrededor hay un elenco variopinto de personajes que son influenciados por el humor de Tita cuando prueban sus platos, algunos entrañables y otros que se ganan el odio del espectador.

Para la historia de García Márquez son muchos los intérpretes, pues vemos a los personajes desde niños a adultos, por lo cual en algunos casos son tres o cuatro los actores que los componen. Sin dudas se destaca la falta de expresividad (por guardarse todos los sentimientos) del Coronel Buendía en la piel de Claudio Cataño. Va hacia su destino con resignación mientras deambula entre las artesanías y el amor por una chica muy joven para él. Pero también quienes encarnan a los padres y a los hermanos, niños jóvenes, están tan imbuidos por el realismo mágico de la historia que la hacen creíble y disfrutable. Y funcionan muy bien todos juntos, tanto como las traslaciones hacia edades mayores.

Como agua para chocolate. Foto: MAX.

La producción

Los directores Laura Mora y Alex García López, y la productora Dynamo, se pusieron al frente de 100 años de soledad, una de las producciones más ambiciosas de la historia de Latinoamérica. Tiene dos partes y se hizo íntegramente en Colombia. Para crear Macondo, un lugar mágico y atemporal en el que siete generaciones de la familia Buendía viven el amor, el olvido, y lo ineludible de su pasado y su destino hicieron el trazado desde cero. De esta manera, el pueblo va evolucionando en paralelo con las vidas de sus habitantes, lleno de elementos fantásticos, con la cámara siguiendo a los personajes como si los estuviéramos espiando, y a veces girando hacia su alrededor para mostrar qué ven y cómo los ven. Aquí se tuvo en cuenta hasta el más mínimo detalle, algo que el fanático de García Márquez va a agradecer.

El caso de Como agua para chocolate también es puro detalle, en tonos cálidos para los personajes “buenos” y mucho negro y gris en aquellos que hacen sufrir a los protagonistas. La puesta y la recreación histórica están muy cuidadas: la ropa, las casas, hasta los aparejos de los caballos corresponden al México rural de comienzos del siglo pasado. Todos estos elementos hacen inevitable que el espectador, que mira lo que ocurre desde la lente de la cámara, empatice con los personajes principales.

Cien Años de Soledad. Foto: Netflix.

Conclusión

Recomendamos ver las dos series, de a poco, para poder disfrutarlas y seguir todas las vueltas de tuerca que tienen estas historias tan latinas y entrañables. Primero una y luego la otra, porque habrá que tenerles paciencia para recibir todo su contenido y disfrutarlo tanto si se leyeron las novelas como si no. Es un gran momento para la literatura de la región y para las series en general.

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Trailer de 100 años de soledad

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Trailer de Como Agua Para Chocolate

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