Mollo aludió a su embarazo con Oreiro y tocó con escarpines

El líder de Divididos no largaba prenda hasta que le largaron prenda. Con ella en sus manos y coronadas por una sonrisa paternal el marido de la actriz uruguaya no pudo evitar el tema. Y lo hizo con una pregunta cómplice ante la algarabía de sus fans. 26noticias.com.ar estuvo ahí y te cuenta todos los detalles.

Por Canal26

Martes 9 de Agosto de 2011 - 00:00

Había que largarle prenda para que Ricardo Mollo largue prenda. Natalia Oreiro va ser mamá, Ricardo será papá, eso algo que lo sabemos todos. La alegría de la actriz uruguaya ya fue reflejada por los medios. El guitarrista, fiel a su perfil bajo mantenía silencio sobre su futura paternidad, por lo que como decíamos había que largarle prenda para la voz de Divididos largue prenda.

Entonces tras siete temas ante un atestado Teatro de Flores comenzaron a caer sobre el escenario, souvenires, muy distintos a los que suelen aterrizar donde los músicos cumplen su tarea. El preludio entre “Haciendo cosas raras” y “Ay que dios boludo” fueron gritos del tipo “Papito”, “Grande Pa” o el más canchero y varonil “Papááá” que emergían del recinto de Rivadavia al 7800. Pero fueron un par de escarpines los que rompieron ese “silenzio stampa” y dieron paso a la confesión solapada de complicidad.

“Yo sabía que iba a pasar esto, yo sabía que iba a pasar esto” pronunció y reafirmó el líder entre risas, felicidad y algo de pudor. “Que iban a caer, zapatitos, zapatillitas” amplió un ya feliz y más sonriente que nunca Ricardo Mollo. Y enseguida la pregunta también acompañada de complicidad pero esto esta vez 100 % rockera: “¿Qué está pasando en el rock?” se preguntó y preguntó mientras mostraba los escarpines y rasgaba con ellos las cuerdas de su guitarra los acordes de “Vodoo Child” de Jimi Hendrix. “Que no se entere”, confió otra vez cómplice mientras acometía con el cover usando los “zapatitos de bebé” para los primeros sones de ese temazo que no se sabe cómo nació pero que no morirá jamás.

De ahí en más,el power trío se dedicó a repasar su vasta carrera destacándose “Mula Plateada” y “Regtest”, ambos de Sumo, y la posterior presencia sobre el escenario de un guitarrista de esos que no tienen la difusión que debieran por el género al que abordan.

Así, Mollo invitó al “Tanito Marciello” y pidió disculpas de “no haber podido ensayar “ porque “lo vi ahí arriba y dije si este tipo está acá quiero que venga a tocar conmigo” Y ahí estaba el violero de Almafuerte, el alma musical de la banda de esa otra alma letrística y de impronta única que es Ricardo Iorio.

Mollo & Marciello, Maravilla empieza con M. Dos potencias se saludan. Dos violas que se cruzan. Y entonces... “Explotó todo”, ya que a los primeros acordes de “Quién se ha tomado todo el vino”, tema del cuartetero “Monkey Giménez” a decir del propio Ricardo, se cortó el sonido y hubo que volver a empezar ante las risas generales y también cómplices de los dos violeros, y la actitud de un Mollo que se inclinaba pidiendo perdón ante un inconveniente que los excedía. Problema que fue rápidamente superado y dueto para la historia del rock nacional a cargo de los dos virtuosos que quedan vivos tras la partida de Norberto Pappo Napolitano de quien más adelante sonara una potente versión de “Sucio y Desprolijo”.

Aquello que buscaban muchos (los medios en realidad) ya había sucedido. Papá Mollo sólo aludió a su futura paternidad y a sus receptores les alcanzó y les sobró.


Antes y después la banda parió un show antologico coronado antes del final con “El 38” y “Rasputín”por “Amapola del 66” dedicada por Ricardo Mollo “a los que cagaron a palos para hacer hacer esta música que único que tiene es vida”.

De la vida de una de las pocas bandas ya legendarias que se mantienen en pie. Y de la vida por venir y empezar a desandar su camino. También de “Papi Mollo y Mami Nati”. De todo eso se trató la velada del sábado y domingo últimos en el Teatro de Flores. Todos unidos por Divididos.