Científicos argentinos descubrieron error en una vacuna infantil

Hasta ahora, nadie en 41 años podía explicar por qué el antídoto contra la bronquiolitis creado en 1967 falló de modo tal que hizo que se agravara la enfermedad y provocó dos muertes. Casi medio millón de bebés mueren al año de ese mal, que con el hallazgo concretado en Flores, ahora podría ser combatido por un medicamento efectivo.

Por Canal26

Lunes 15 de Diciembre de 2008 - 00:00

En un trabajo que será publicado en la prestigiosa revista Nature, un grupo de científicos que trabajaba en el barrio porteño de Flores, devela un misterio que mantuvo a la comunidad académica en duda desde hace 40 años para prevenir la bronquiolitis.

El hallazgo tiene una importancia mayúscula porque permite crear un antídoto efectivo contra la enfermedad que mata a medio millón de chicos por año.

En la década del 60, los científicos se propusieron crear una vacuna efectiva contra uno de los males que más afectaba a la población infantil: la bronquiolitits.

Para hacerlo, siguieron el método que había descubierto en 1955 Jonas Salk, quien creó la vacuna contra la poliomielitis.

Lo que hizo Salk fue inyectar el virus muerto en el organismo para que se desarrolle la inmunidad contra el mismo. Pero cuando los académicos hicieron lo mismo con unos 200 nenes negros de Washington, los casos empeoraron y hubo dos muertes.

Al realizar las autopsias, se encontraron con que tenían los pulmones llenos de sincicial, que es el virus respiratorio que provoca la bronquiolitis, y que había sido provocado por la vacuna inyectada, según dijo el líder del equipo que realizó la investigación el médico pediatra Fernando Polack, líder del equipo de científicos argentinos y director ejecutivo de la Fundación para la Investigación en Infectología Infantil (Infant) y el Pan-American INFANT Network en Johns Hopkins University.

Desde entonces, siguieron investigando por qué los anticuerpos le habían hecho mal. Y la respuesta apareció recientemente, en pleno barrio de Flores.

Según explicó el investigador, "los anticuerpos tienen que tener una fuerza especial para pegarse al virus y así bloquearlo. Si el anticuerpo no tiene esa fuerza, termina desencadenando una enfermedad autoinmune. En el cuerpo hay receptores, (llamados Toll) que reconocen distintos gérmenes. Si la vacuna es capaz de reconocer y activar los receptores Toll, es efectiva porque adquiere la fuerza para activar la bronquiolitis. La vacuna del 67 no había activado los receptores Toll, por eso hicieron daño".

De este modo, el descubrimiento puede llevar a la creación de una vacuna que sea efectiva.