Sexualidad adolescente en casa de los padres: la importancia de ofrecer un lugar seguro a los hijos

Con la llegada de la adolescencia, es imprescindible hablar con los hijos sobre un tema que quizás resulta poco sencillo para los padres: los lugares donde tener relaciones sexuales seguras.

La educación sexual integral también se imparte desde el hogar y si bien resulta difícil pensar en opciones por fuera de la casa familiar, la prohibición y la represión no harán más que empujarlos a situaciones de riesgo.

“La casa es un lugar seguro -o debería serlo-, pero será un trabajo y un desafío de quienes estamos a cargo de la crianza deconstruir nuestra propia educación sexual. Hemos crecido escuchando frases como 'no podés traer tu novio a dormir a casa', 'puede venir, pero duerman en colchones separados', 'sí, pero no cierren la puerta'”, explicó al sitio Clarín Cecilia Borghetti, psicóloga especialista en sexología clínica y educación sexual.

En ese marco, Julia Santecchia, psicóloga y sexóloga clínica que, junto a Borghetti coordina en Instagram la cuenta @sexologia.actual explicó al mismo medio que es necesario "cotidianizar los temas de sexualidad desde siempre”.

“Hablemos del placer, de los métodos anticonceptivos, del respeto hacia uno mismo y hacia los demás, de las relaciones sexuales y también de los cuidados”, indicó. En ese aspecto, reconoció además la importancia de hacer referencia a los lugares donde hacerlo.

Según señaló, es positivo preguntar si ya pensaron dónde van a tener relaciones, así como dejar claro que “las puertas de casa están abiertas para ello”. “Siempre recalcando el respeto por los otros y manteniendo la privacidad e intimidad”, remarcó.

“Pareciera que los varones tienen ciertos permisos que las hijas mujeres no”, dijo Borghetti ya que al menos hasta hace unos años, no resultaban sorpresivos, por ejemplo, tratos diferentes respecto a las estadías nocturnas de las novias de los hijos varones en oposición a los que recibían las hijas mujeres con sus respectivas parejas.

Otra situación común es la de chicas que reciben permiso para dormir en lo de su novio, pero que no pueden invitarlo a pasar la noche en su propia casa.

Al respecto, la doctora Sandra Magirena, ginecóloga y sexóloga miembro de la Sociedad Argentina de Ginecología Infanto Juvenil (SAGIJ) señaló que si bien para los padres y las madres “saber que las y los chicos tienen sexo sigue siendo tabú y una disrupción, para las y los adultos es más tranquilizador que estén en casa y no expuestos a los peligros de la inseguridad y ahora del Covid”.

“El adolescente va a buscar de cualquier forma encontrar ese momento. Las prohibiciones nunca dieron buenos resultados en la comunicación de padres e hijos e hijas”, añadió. De lo contrario, aclaró, la o el “adolescente estará expuesto a ciertas situaciones de riesgo como son tener sexo en un auto en la vía pública o en una fiesta con más personas, perdiendo el acceso a la privacidad”.

“Es momento de hablar de ESI, de límites y consensos. Por ejemplo, que si se tiene un encuentro en la casa sea con discreción y respeto al contexto”, recomendó.

Por su parte, desde la Sociedad Argentina de Ginecología Infanto Juvenil explicaron que si bien actualmente los y las adolescentes tienen más acceso a la información, se sostiene la poca conciencia de los peligros de contraer enfermedades de transmisión sexual, por ejemplo, en prácticas como el sexo oral.

“Es vital realizar la consulta en consejería sexual y no reproductiva al gine o pediatra en etapas tempranas del desarrollo puberal, y recordar que todo y toda adolescente que inicia su actividad sexual debe estar informado e informada. Cuanto más acceso a la información tengan, mejor preparados y preparadas estarán a la hora de consentir o decir no, y por lo tanto disfrutarán más y tendrán menos riesgos”, indicaron.

La campaña Puedo Decidir, cuyo objetivo es derribar falsas creencias y contribuir a la prevención del embarazo no intencional en la adolescencia, puso en evidencia la necesidad de la implementación real de la ley de Educación Sexual Integral.

Los datos son alarmantes, entre las niñas menores de 15 años, 8 de cada 10 embarazos no son intencionales y, en buena medida, estos han sido consecuencia de abuso y violencia sexual.

En tanto, se observó una disminución del 20% en los nacimientos de hijas e hijos de adolescentes en el 2019 en relación al 2016, pero esta reducción se registró en los embarazos adolescentes tardíos de 15 a 18 años y no en los de menores de 15 años, que se mantuvieron.

El Sistema Informático Perinatal (SIP), que releva el 80% de las maternidades públicas del país, indica que el 29% de las adolescentes tuvo un hijo o hija por segunda o tercera vez antes de los 20 años. Con información de Clarín.