Weinstein, una fianza de 10 millones de dólares para quedar en libertad

(Harvey Weinstein en la policía, Reuters)

Harvey Weinstein se presentó ante la Justicia, la imagen que querían ver las mujeres que lo acusaron por acoso y abuso sexual. Algunas, hasta denunciaron que las violó. 

El superproductor de cine, acusado en Nueva York de violar a una mujer y de forzar a otra a practicarle sexo oral, quedó ante la vista del mundo. Se inició así el primer proceso criminal en Estados Unidos contra la que fuera una de las figuras más poderosas de Hollywood, siete meses después de que empezara la cascada de denuncias que dieron vida al movimiento #MeToo. 

El cineasta llegó a Nueva York en un vuelo privado la noche del jueves. Pasadas las siete de la mañana, hora local, se entregó en la comisaria de Tribeca, el barrio donde fue el rey. Ante una lluvia de fotógrafos que le esperaba con tres grandes libros bajo el brazo... en lugar de la tradicional alfombra roja que está acostumbrado a ver.

¿Cuáles eran los libros? Uno era la biografía del controvertido cineasta Elia Kazan, de Richard Schickel, que delató a varios compañeros comunistas al macartismo. El otro de los títulos era Something wonderful, de Todd Purdum.

Llegó, completó su ficha policial y abandonó la comisaría esposado y sonriente para declarar ante el juez Kevin McGrath en la corte penal en Manhattan.

El magistrado lo dejó en libertad tras imponerle 10 millones de dólares de fianza (8,5 millones de euros), de los que un millón los pagó en efectivo. Una cifra más alta de lo que se creía y especulaba que estaba pactando con el fiscal Cyrus Vance.

Como si fuera poco, debió entregar su pasaporte y llevará un brazalete electrónico. Sus movimientos estarán limitados, desde ahora. Es un caso que marcó historia y hasta dicen que es el inicio de más investigaciones similares.