Lee Kuan Yew fue elegido primer ministro con el PAP en 1959, y desde el cargo propició la entrada del territorio en la Federación de Malasia en 1963, pese a que la unión solo duró dos años socavada por la desconfianza del vecino y las revueltas raciales internas.
Por Canal26
Sábado 24 de Julio de 2021 - 13:31
Singapur, Reuters.
Lee Kuan Yew nació el 16 de septiembre de 1923 en una acomodada familia de origen chino, renunció a su nombre inglés, Harry, cuando inició su carrera política, y pasó a ser Kuan Yew (palabras que significan «luz» y «brillo»). Fue un alumno brillante del Raffles College, aunque interrumpió sus estudios en 1942 debido a la invasión japonesa de la colonia británica durante la Segunda Guerra Mundial, tres años y medio que le marcaron para el resto de sus días.
Estudió Derecho en Cambridge y regresó a Singapur para ejercer como abogado en 1950. Su defensa de líderes sindicales y estudiantiles en los tribunales le granjeó una gran notoriedad que le llevó a fundar en 1954 el People’s Action Party, partido con el que consiguió tres diputados en las primeras elecciones para el Consejo Legislativo. Gracias a su capacidad de liderazgo, formó parte de varias delegaciones a Londres en las que negoció un mayor autogobierno para la isla, alcanzado en 1959.
Películas sobre Lee y sus frases más célebres colocadas en varias partes de la metrópoli recuerdan a los singapurenses su deuda con el hombre que transformó una colonial sin recursos naturales y plagada en un principio de paro, pobreza y disensiones raciales en el primer centro financiero del Sudeste Asiático.
Foto EFE.
"Si Singapur es un Estado controlado, entonces estoy orgulloso de haberlo promovido", respondió a sus críticos el estadista en su libro "Del Tercer al Primer Mundo: La historia de Singapur 1965-2000", publicado hace 15 años.
Hasta casi el final de su vida mantuvo un puesto en el Gobierno y su escaño parlamentario en un país que apenas ocupa 716 kilómetros cuadrados.
Con una inteligencia precoz y una personalidad carismática y conflictiva, se educó en inglés, su lengua materna, en el exclusivo colegio Raffles de Singapur, aunque hablaba malayo y cantonés.
Foto Reuters.
La Segunda Guerra Mundial interrumpió sus estudios, aprendió japonés y trabajó en la empresa de un amigo de la familia antes de entrar en la oficina de propaganda del Imperio del Sol Naciente.
Concluida la contienda, viajó al Reino Unido para licenciarse en Derecho con honores en la Universidad de Cambridge, y al regresar abrazó sus orígenes chinos, por lo que dejó el nombre de pila Harry y rescató el chino Kuan Yew.
Mejoró su mandarín y hokkien, y se interesó por la herencia cultural china como el confuncionismo y los valores asiáticos, mientras perseguía la idea de un Singapur independiente.
Se alió por conveniencia con los comunistas para fundar el Partido de Acción Popular (PAP) en 1954 y, cuando le convino, rompió.
Fue elegido primer ministro con el PAP en 1959, y desde el cargo propició la entrada del territorio en la Federación de Malasia en 1963, pese a que la unión solo duró dos años socavada por la desconfianza del vecino y las revueltas raciales internas.
Foto Reuters.
Obtenida la independencia en 1965, Lee hizo de la necesidad virtud y se dedicó a transformar la pequeña nación con una población de mayoría china, pero también importante presencia malaya e india, en un centro neurálgico del transporte marítimo y las finanzas en Asia.
Defendió la meritrocracia y combatió la corrupción. Controló los medios de comunicación y la oposición y utilizó la ley, con multas y demandas, para silenciar la disidencia.
"Los valores asiáticos no tiene que ser los americanos o los europeos. Los occidentales valoran las libertades del individuo. Yo, un asiático descendiente de la cultura china, valoro un gobierno honesto, efectivo y eficiente", dijo Lee en un discurso pronunciado en Tokio en 1992, dos años después de dejar de ser primer ministro.
Agnóstico, modeló Singapur como un Estado aséptico que prohíbe el chicle, castiga con azotes el vandalismo y aplica la horca al narcotráfico.
Al mismo tiempo, elevó el PIB per cápita nacional hasta superar a muchos países desarrollados en Europa y América y dejó un Ejército inspirado en el modelo israelí.
Lee tuvo la visión de atraer inversión extranjera mediante incentivos fiscales y transformó Singapur en un centro exportador de productos de alta tecnología. Creó excelentes infraestructuras de transporte, un plan de vivienda pública en la que vive el 85 por ciento de la población y estableció un sistema educativo bilingüe, público y gratuito, cuyos resultados son analizados en todo el mundo. Bajo su mandato, Singapur se convirtió en el segundo país con mayor renta per cápita de Extremo Oriente, tan solo superado por Japón, una renta que ha pasado en 50 años de 516 a más de 60.000 dólares por habitante.
Lee se casó en 1950 con Kwa Geok Choo, quien falleció hace 15 años, con la que tuvo tres hijos. El mayor, Lee Hsien Loong, nacido en 1952, es primer ministro de Singapur desde 2004.
Escribió dos autobiografías y varios libros de política, ejerció una influencia enorme en el país hasta su muerte, en marzo de 2015, y su Estado eficiente y autoritario se ha convertido para algunos gobiernos en una alternativa al modelo europeo y estadounidense.
Hasta sus críticos más acérrimos reconocen la sagacidad y vitalidad que mantuvo hasta el final Lee, quien en una ocasión dijo: "Incluso convaleciente en la cama, aún si me sepultáis, me levantaré si siento que algo va mal".
Con información de EFE.
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