La guerra en Ucrania y una dura historia de vida: el dramático viaje de una pareja argentina para encontrarse con su bebé

Una serie de obstáculos difíciles de sobrellevar llevaron a Patricia y Christian a tomar la decisión de viajar en pleno conflicto con Rusia para formar una familia. Luego de años de lucha, pérdidas y tratamientos fallidos, era lo único que realmente importaba.

Por Franco Parietti

Lunes 24 de Marzo de 2025 - 14:03

Patricia y Christian, una pareja resiliente cuya fortaleza es un ejemplo a seguir. Patricia y Christian, una pareja resiliente cuya fortaleza es un ejemplo a seguir.

Como toda guerra, la invasión de Rusia en Ucrania trajo consigo múltiples dificultades no solo en el campo de batalla, sino también en la vida cotidiana de quienes viven en el país o deben desplazarse allí para recibir tratamiento médico. Esto último cobra especial relevancia, considerando que la nación presidida por Volodimir Zelenski es una de las pocas del mundo donde la gestación subrogada está garantizada y reglamentada por la ley.

Ese fue el caso de Patricia y Christian, una pareja de Aldo Bonzi, que trabaja en el Mercado Central, mantiene un fuerte vínculo de 32 años juntos y que, tras una intensa lucha contra la infertilidad y pérdidas devastadoras, decidieron apostar por la subrogación de vientre. Su deseo de formar una familia los llevó a emprender un viaje lleno de desafíos, incertidumbre y, sobre todo, esperanza: a pesar del conflicto en curso, encontraron en Kiev una posibilidad real para cumplir su sueño de ser padres nuevamente.

Patricia y Christian en un viaje que jamás olvidarán. Patricia y Christian en un viaje que jamás olvidarán.

Esta admirable pareja atravesó miles de obstáculos para llegar a sostener en sus brazos a Gianluca, su bebé. El más doloroso de ellos tuvo lugar en 2016, cuando sufrieron la pérdida de su hija Camila, quien falleció a causa de un cáncer terminal a sus 17 años. "Desde entonces, solo quedamos Patricia y yo en la vida, para cuidarnos y amarnos", relató Christian a Canal 26.com.

Sin embargo, su destino no estaba escrito y ellos querían volver a ser padres. Así fue como se embarcaron en un nuevo proyecto de vida: "Después de ese difícil y duro momento que tuvimos, intentamos volver a formar una familia de tres", relataron. Poco menos de dos años después de su primera pérdida, en 2018 se interrumpió el embarazo de su segunda hija a los ocho meses de gestación.

Todo parecía cuesta arriba. Incluso, desde 2018 hasta 2023, comenzaron con tratamientos de fertilización en Argentina que no prosperaron. Pero "jamás dejamos de apostar a la familia y de querer dar todo ese amor que teníamos dentro". Así, decidieron explorar otra opción: realizar un tratamiento de gestación subrogada en Ucrania, uno de los países líderes en medicina reproductiva, con centros de fertilidad de primer nivel.

Kiev, una ciudad marcada por la guerra. Kiev, una ciudad marcada por la guerra.

Jorge Castro en 26 PM.

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Viajar a Ucrania en medio de la guerra, toda una odisea

Tras contactar con una clínica especializada ucraniana, comenzaron un proceso lleno de incertidumbre, trámites y desafíos emocionales. Desde el primer correo electrónico hasta la aprobación del tratamiento, cada paso estuvo marcado tanto por la ansiedad como por la esperanza.

Mientras esperaban el desarrollo del embarazo, la guerra en Ucrania no cesaba y el riesgo de que el conflicto bélico afectara su plan se volvía cada vez más real. No obstante, decidieron seguir adelante, con la convicción de que cada obstáculo valdría la pena si al final podían sostener a su hijo en brazos.

Así fue como llegó el momento de viajar. Una odisea. Con restricciones de seguridad, bloqueos y el miedo latente a quedar atrapados en un país en guerra, Patricia y Christian arriesgaron todo por su bebé, enfrentando el caos de un país en conflicto con la única certeza de que su lucha sería incansable. Es por ello que aquel 26 de diciembre de 2024 quedará marcado en sus vidas para siempre.

Patricia y Christian, junto a Gianluca. Patricia y Christian, junto a Gianluca.

Guerra Rusia-Ucrania. Foto: Reuters/Ivan Antypenko

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Cómo es vivir en Ucrania, en un contexto de invasión rusa

Luego de  un largo vuelo hasta Polonia y un tren de 12 horas hasta Kiev, desembarcaron en Ucrania: "Vimos lo que es la guerra en sí", contó Christian. "Se ve en la cara de la gente su desolación y tristeza, tres años de conflicto no es poco".

Incluso, al momento de arribar al país, los visitantes están obligados a descargar una aplicación en sus celulares que les avisa, mediante una alerta, cuándo son los bombardeos. Al primer día de su estadía junto a Gianluca, cayeron en la cuenta de la importancia de este sistema: "A las 2 de la mañana sonó una alarma muy fuerte que se repitió a las dos horas".

Lo impactante llegó a las 6 de la mañana, cuando "se sintió una explosión fortísima que nos preocupó mucho". Desde entonces, comprendieron la importancia del búnker del que disponían, tanto para abastecerse como para resguardarse tras las alertas, y la necesidad de mantenerse alejados de los vidrios cuando la aplicación ucraniana advertía sobre el peligro inminente.

Un búnker en Ucrania, mostrado en primera persona.

Durante los 36 días que estuvieron en Ucrania, las alertas fueron constantes, acompañadas de explosiones cercanas que ponían a todos en tensión. Sin embargo, a pesar de la amenaza persistente, los ucranianos continúan organizados y siguen adelante con su vida cotidiana.

Un ejemplo de ello vivieron Christian y Patricia en un shopping de Kiev, donde una alerta de bombardeo llevó a miles de personas a refugiarse en el estacionamiento del edificio. Sorprendentemente, la calma reinó entre los civiles, que, sin pánico, se acomodaron en los espacios designados mientras esperaban que las autoridades indicaran el momento de regreso a sus actividades cotidianas.

Un shopping majestuoso en Ucrania.

Además de la constante amenaza de ataques, la nueva familia de tres enfrentaba las bajas temperaturas, que en diciembre rondan los 0 grados en Kiev. Por ello, alternaban las idas al búnker -lo que implicaba exponer al bebé al frío- con refugiarse en su departamento, ubicándose junto a las paredes alejadas de los vidrios. "Los edificios están diseñados para que los ciudadanos puedan resistir tanto el frío como cualquier situación de conflicto", relató.

Volodímir Zelenski y Mohammed bin Salman en Yeda. Foto: Reuters.

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La vuelta a Argentina, el último paso de una larga travesía

Después de 36 días, un período más largo de lo previsto debido a que la Embajada de Argentina sufrió daños por un ataque ruso (lo que impidió apostillar el certificado del bebé) finalmente llegó el momento de dejar un territorio donde la guerra es una constante.

Si bien el hecho de haber sido tratados maravillosamente por la embajadora y el cónsul hizo que los cientos de trámites que realizaron fueran más llevaderos, salir de Ucrania fue todo un drama.

Patricia, en la Embajada argentina junto a su bebé. Patricia, en la Embajada argentina junto a su bebé.

Recorrieron 1.200 kilómetros hasta la frontera con Polonia, utilizando tres vehículos de alquiler distintos. El primero los llevó hasta la frontera ucraniana, el segundo los cruzó a territorio polaco y el tercero los trasladó hasta Cracovia, su destino final: "Fue otra travesía, pero creíamos que era la opción más rápida y segura", relató la pareja.

Sin embargo, la tensión del viaje alcanzó su punto máximo en la frontera. Mientras esperaban la revisión de sus documentos, el hombre tomó una fotografía de la bandera ucraniana y la envió a un amigo. Un soldado notó la acción y, en cuestión de segundos, lo escoltaron para interrogarlo. "Me hicieron preguntas sobre por qué había tomado la foto, a quién se la había enviado y qué estaba haciendo en el país", recordó.

Con el teléfono en manos de los soldados y la incertidumbre sobre si le permitirían salir, optó por borrar las imágenes y mostrar que no tenía ninguna intención sospechosa. "Se pusieron muy nerviosos, pero finalmente entendieron que no había mala intención y me dejaron pasar", explicó.

El alivio llegó una vez que pasaron el control migratorio en Polonia. "Cuando nos devolvieron los pasaportes y nos dijeron 'continúen', sentimos una paz inmensa", dijeron. "Fue un momento de profunda emoción. Nos miramos y dijimos: 'Se terminó'". Ahora, lejos del conflicto, la pareja disfruta de la constitución de una nueva familia en Argentina.

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