Ucrania: botas en el terreno

El conflicto en Ucrania acelera su curso hacia un nuevo frente de tensión global, con la incorporación de tropas norcoreanas apoyando a Rusia. Mientras Estados Unidos y Corea del Sur advierten sobre una peligrosa escalada, la participación directa de más naciones aumenta el riesgo de una crisis de alcance impredecible.

Por Andrés Repetto

Domingo 27 de Octubre de 2024 - 13:29

Ejército de Ucrania. Foto: Reuters. Ejército de Ucrania. Foto: Reuters.

Todo sucede cada vez más rápido. Si la visión que tenemos del combate en Ucrania es que todo está igual que hace solo unos días, nada está más lejos de esa mirada. De forma acelerada, este conflicto en Europa de alcance mundial dio un giro que podría ser radical para el futuro cercano.

Por primera vez, de forma abierta, otro país fuera de Ucrania y Rusia está participando con sus soldados en la guerra. Lo que al comienzo fueron algunas fotos satelitales del campamento donde fueron alojados en Rusia y luego los videos de los militares recibiendo equipo ruso, ya es una noticia que nadie busca esconder sino todo lo contrario. Estoy hablando de los miles de soldados norcoreanos que llegaron a Rusia para, desde allí, cruzar a Ucrania para el combate.

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Este acuerdo fue autorizado rápidamente por el Congreso ruso, pocas horas antes de que los soldados enviados por su líder, Kim Jong Un, invadieran junto a sus pares rusos el territorio ucraniano.

El presidente ucraniano, quien fue el primero en alertar sobre este movimiento gracias a la información de sus servicios de inteligencia, afirmó que en los próximos días se dará el combate entre sus soldados y los norcoreanos.

Ante este movimiento de tropas, desde Estados Unidos se advirtió que se trata de una escalada peligrosa. Mientras tanto, desde Seúl, el gobierno afirmó que, ante la decisión del régimen norcoreano de participar directamente en la guerra, ellos estaban listos para ayudar a Ucrania con armamento.

¿Quién puede ser el primero en tirar la piedra en este conflicto, donde ya parece no haber “líneas rojas” que cruzar? Todo lo que parecía imposible de suceder ya ocurrió o podría ocurrir en breve. Como les comenté en más de una oportunidad, las palabras se adelantan a los hechos en esta guerra. Por esta razón, hay que prestar atención al discurso de Putin en su conferencia de prensa luego de la cumbre de los BRICS.

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El presidente ruso afirmó que la OTAN está involucrada directamente en la guerra y que Occidente busca derrotar a Rusia, palabras que pueden abrir un nuevo escenario, también anticipado por Putin cuando anunció su nueva doctrina de defensa nuclear en la que habilitó el uso de armas atómicas en un conflicto como el que se está dando en Europa.

Ante los anuncios en distintos medios y las afirmaciones realizadas por Ucrania y Corea del Sur, el régimen norcoreano sostuvo que su despliegue en Europa está conforme al derecho internacional. Pero en un mundo cada vez más radicalizado, donde justamente el derecho internacional y los acuerdos globales no tienen ningún peso, lo “correcto” se moldea como la arcilla y se le da la forma que a cada parte involucrada en un conflicto le parece mejor.

Todo está sucediendo con gran velocidad en este conflicto, y nuestra participación como actores en esta historia puede que no nos permita ver el velocímetro. En este juego de la guerra, se usan cada vez más cartas donde lo impredecible comienza a tener, día a día, mayor participación.

Un conflicto en el que la amenaza de la utilización de armas atómicas entre potencias nucleares en Europa, con ramificaciones globales y con cada vez más naciones participando de forma directa, nos conduce a un escenario que puede ser desconocido, incluso repitiendo muchos de los errores del pasado. Lo que ya sucedió décadas atrás, en conflictos mucho más sangrientos que el actual, podría ayudarnos a reconocer parte del trayecto que el mundo está recorriendo.

El peso de la decisión de los próximos pasos a dar recae en personas con las mismas actitudes que quienes hace décadas resolvieron el conflicto de la peor manera. Hoy las “soluciones” parecen encaminarse a ser las mismas.

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