Chernobyl, un laboratorio natural: un estudio identificó por qué las aves se adaptaron a la radiación

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas demostró que ciertas especies de aves en la zona de exclusión no solo sobreviven a la radiación ionizante, sino que también cuentan con mecanismos evolutivos.

Por Canal26

Viernes 10 de Enero de 2025 - 18:45

Chernobyl, zona radiactiva. Foto: Reuters Chernobyl es considerada la ciudad más contaminada del mundo. Foto: Unsplash.

El desastre nuclear de Chernobyl, ocurrido el 26 de abril de 1986, transformó esta región ucraniana en un territorio inhóspito para la vida humana, pero no para la naturaleza. La zona de exclusión, aún contaminada por altos niveles de radiación, se convirtió en un laboratorio natural para estudiar los efectos de la radiación ionizante en los ecosistemas.

Un estudio liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y publicado en la revista Functional Ecology reveló que algunas aves no solo sobrevivieron a la exposición prolongada a la radiación, sino que desarrollaron mecanismos biológicos que les permiten prosperar en este entorno. 

La cuidad fantasma más contaminada del mundo, Chernobyl. Foto: Unsplash Chernobyl es considerada la ciudad más contaminada del mundo. Foto: Unsplash.

El estudio analizó muestras de sangre y plumas de 152 aves pertenecientes a 16 especies diferentes, capturadas en ocho sitios cercanos a la central nuclear mediante redes de niebla. Los investigadores midieron los niveles de radiación ambiental en cada lugar y examinaron los efectos de la radiación sobre la salud celular de las aves.

En condiciones normales, la exposición a la radiación genera estrés oxidativo, causando daños en el ADN y agotando las reservas de antioxidantes como el glutatión, una molécula esencial para reparar los daños celulares. Sin embargo, los resultados del estudio mostraron que algunas especies de aves, como el Picogordo, presentan niveles elevados de glutatión, lo que las protege contra los efectos adversos de la radiación.

"Los hallazgos son importantes porque nos dicen más sobre la capacidad de las diferentes especies para adaptarse a desafíos ambientales como Chernobyl y Fukushima", afirmó el Dr. Ismael Galván, autor principal del estudio y miembro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Aves migratorias. Foto: Unsplash Según las principales conclusiones del estudio, algunas especies de aves son más susceptibles a la radiación que otras. Foto: Unsplash.

La cuidad fantasma más contaminada del mundo, Chernobyl. Foto: Unsplash

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El estudio se suma a décadas de investigación sobre los efectos de la radiación en la fauna y flora de Chernobyl, una región que llamó la atención de ecologistas y biólogos de todo el mundo desde los años 90.

El accidente nuclear marcó un antes y un después en la historia moderna. La explosión del reactor número 4 de la central nuclear liberó una cantidad masiva de radiación al medioambiente, obligando a evacuar a miles de personas y dejando una zona de exclusión de más de 30 kilómetros alrededor de la planta. A pesar del impacto devastador en la salud humana y el medioambiente, la naturaleza no tardó en reclamar este territorio

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Hasta el momento, los estudios sobre la adaptación de animales a la radiación se habían limitado a humanos, dos especies de aves y una de peces, dificultando una visión integral de cómo los ecosistemas pueden adaptarse a la exposición prolongada.

Los niveles de radiación en el área de estudio oscilaron entre 0,02 y 92,90 microsieverts por hora. Las 16 especies de aves estudiadas fueron: alcaudón dorsirrojo, carbonero común, golondrina común, curruca capirotada, curruca zarcera, curruca zarcera, bisbita arbórea, pinzón vulgar, picogordo, zorzal charlo, zorzal común, mirlo común, colirrojo tizón, petirrojo y ruiseñor.

El método utilizado por los investigadores tuvo en cuenta el grado de parentesco entre las distintas especies, lo que es importante ya que algunas especies son más susceptibles a la radiación que otras. A su vez, el método centró el análisis en aves individuales en lugar de en promedios de especies, lo que lo transformó en una forma mucho más sensible de analizar las respuestas bioquímicas a la radiación.