Uberti denunció cómo Néstor Kirchner y Hugo Chávez se quedaron con U$S 50 millones

El viernes pasado, Claudio Uberti, ex ladero de Néstor Kirchner, luego embajador sin embajada en Venezuela y pieza clave como arrepentido en la megacausa de corrupción por los cuadernos K, aportó más datos de interés para la investigación. Uberti contó ante el juez Claudio Bonadio sobre la trama oculta para que entre los entonces presidentes Néstor Kirchner y Hugo Chávez -de Argentina y Venezuela- se quedaran con unos U$S 50 millones a raíz de una extraña maniobra con títulos argentinos.

El ex funcionario arrepentido dijo que entre 2005 y 2006 Kirchner le pidió dinero a Chávez que accedió a la solicitud. Así se activaron las negociaciones. La decisión fue que Venezuela suscribiera bonos argentinos. Chávez y gente de su entorno compraron Boden 2012 durante varios años. En enero de 2006, Venezuela suscribió un valor nominal de 312,4 millones de dólares y sumó de ese bono poco más de 1800 millones. Kirchner quería con esto recomponer el nivel de las reservas internacionales de la Argentina, que habían bajado dramáticamente en 9530 millones de dólares luego del pago anticipado al FMI encarado por su Gobierno.

Pero Venezuela no se quedaba con los bonos, sino que -por el contrario- los liquidaba en el mercado internacional para agrandar la ganancia. Los papeles argentinos eran liquidados y se cobraban billetes en dólares contantes y sonantes en la mano.

Esos dólares eran vendidos en el mercado paralelo, que, obviamente, estaba muy por arriba de lo que reglaba el precio del dólar en el mercado oficial. La brecha entre los dos valores se cobraba en bolívares. Con ese dinero nuevamente compraban dólares oficialmente a precios muy bajos.

Uberti dijo que tan solo una suscripción de 500 millones de dólares les generó una diferencia estimada en los 100 millones.

Los venezolanos, de todos modos, también tenían otras maneras de seguir haciendo buenos negocios para ellos: compraban los Boden 2012 a la Argentina y posteriormente los colocaban entre bancos de su país, obteniendo una ganancia financiera. Esos bancos revendían los Boden 2012 a inversores venezolanos y aplicaban una recarga de entre 20 y 25% al valor de compra. Ese es el sobreprecio que pagaban los inversores venezolanos para eludir los controles de cambios impuestos por Chávez. Los financistas, a su vez, les vendían los Boden 2012 a inversores del extranjero. El circuito finalizaba cuando los extranjeros les acreditaban los dólares por la compra de los bonos a los venezolanos en cuentas de bancos internacionales. De esta manera, los venezolanos sacaban divisas de su país a un alto costo financiero. Según el relato que el ex funcionario dio al fiscal Stornelli, la mitad del dinero de la operatoria que relató quedó en manos de los bancos e intermediarios. El otro 50% se repartió entre el chavismo y el kirchnerismo.

Uberti confesó ante la Justicia argentina que Néstor Kirchner pidió que todo fuera en efectivo y se hiciera en la Argentina. Una noche, al ex funcionario le habíaan dicho que tenía que ir a buscar parte del dinero al Aeroparque Jorge Newbery. Dijo también que los venezolanos, que llegaron en un avión privado a Buenos Aires, le dieron tres valijas con 11 millones de dólares en total. Uberti las llevó a Daniel Muñoz, al domicilio de los Kirchner en la capital argentina. Pero quedó una deuda de 14 millones de dólares que Kirchner no podía olvidar. En abril de 2007, Kirchner y varios mandatarios viajaron a la isla Margarita a la cumbre energética sudamericana. Según Uberti, Kirchner fue con otra intención: cobrar aquella diferencia. El embajador paralelo era el que debía encarar la negociación. Pidió por su jefe que en aquella gira se cancelara la diferencia. Pero la respuesta fue negativa. Los venezolanos se oponían a hacer semejante operativo en medio de una cumbre llena de presidentes y comitivas.

Uberti no pudo cumplir con el deseo de su jefe. Kirchner, iracundo y enojado, le habría dicho: "Vos laburás para el chavismo, no para nosotros".