Desde el 17 además se celebra su semana en todo el país. Tradición familiar, arraigo popular, cocteles y combinaciones propias de los bares para actualizarlo.
El vermú es cada vez más popular en Argentina. Foto: Malasangre
Cada 21 de marzo los amantes de la buena bebida celebran el Día Internacional del Vermut, una jornada dedicada a este icónico aperitivo que ha conquistado paladares en todo el mundo. El bartender italiano Giancarlo Mancino lo estableció en 2015 para promocionarlo. En Buenos Aires la celebración se extiende a toda la semana, arrancando el lunes 17 y culminando el 23 de marzo en diferentes bares o, como les dicen ahora, vermuterías, con promos especiales. Es que, como ocurrió con el gin, desde hace un par de años los locales han comenzado a elaborar y vender sus propias versiones, amables, aromáticas y que incluso tienen cualidades que los hace aptos para tomar on the rocks, aunque su graduación alcohólica puede variar entre 15,5 % y 22 %, un poco más que el vino.
El vermú es cada vez más popular en Argentina. Foto: gentileza Cinzano
En honor a esta bebida, el Día del Vermut invita a descubrir nuevas formas de disfrutarlo: desde degustaciones y catas guiadas hasta innovadores cócteles con toques contemporáneos. También es una excelente oportunidad para rescatar las recetas familiares y recordar que, más que una bebida, es una tradición que atraviesa generaciones.
En nuestro país la cultura vermutera está arraigada en las reuniones con amigos y a compartir. Pero ya no como hacían nuestros padres y abuelos, que lo tenían como el gran aperitivo antes del asado, acompañado de una picada bien surtida. Ahora sigue la picada generosa pero se lo prepara en cócteles.
Si hay algo que disfrutan los argentinos, es del ritual del vermut: ese momento previo al almuerzo o la cena donde el tiempo se ralentiza y las charlas se extienden entre sorbos y risas.
Si bien el barrio de La Boca marcó el punto de entrada y desarrollo de los aperitivos en el país, no es sólo un fenómeno porteño. Esta cultura sigue creciendo y ya es parte del ADN nacional. Hay un arraigo que trasciende la nostalgia: las nuevas generaciones lo adoptaron y, de acuerdo con un estudio cuantitativo con consumidores realizado por Cinzano en 2020, el 57 % de quienes eligen la marca lo comparten con amigos y lo hacen tanto en bares como en sus casas, en la previa de una salida, al lado de una pileta o en una juntada de fin de semana.
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El vermut, cuyo nombre proviene del alemán "wermut" (ajenjo), tiene sus raíces en el siglo XVIII, cuando se popularizó en Italia y Francia. Sin embargo, su origen se remonta a tiempos aún más antiguos, cuando los griegos y romanos elaboraban vinos macerados con hierbas y especias por sus propiedades medicinales. Nadie tiene dudas de que a la Argentina llegó de la mano de los inmigrantes europeos y rápidamente se convirtió en un clásico de las barras y las mesas familiares. No hay abuelo que no haya tenido su botella en la alacena, ni bar notable que no lo sirva aún con una rodaja de naranja y el sifón de soda al costado.
El vermú es cada vez más popular en Argentina. Foto: gentileza Cinzano
Este vino aromatizado con hierbas, especias y botánicos (especialmente ajenjo justamente) presenta una amplia diversidad de estilos. Se pueden encontrar rojo, de perfil dulce y especiado; blanco, más seco y floral; y rosado, con notas frutales y refrescantes. Hasta se vende en supermercados una nueva versión que incorpora hibiscus y es perfecto para combinar con gaseosa de lima.
En la Argentina, donde la versión roja suele ser la más popular, comenzaron a crearse vermuts artesanales. Por ejemplo Malasangre Vermubar produce sus propias combinaciones, que han recibido distinciones internacionales. Las etiquetas Mítico, a base de vino Sauvignon Blanc macerado con regaliz, vainilla, canela, anís, naranja, frutos secos y cacao; Torino (vino Moscatel con naranja, tomillo, vainilla, canela y nuez moscada), Rojo (base de Malbec y Bonarda, con sabor a romero, orégano fresco, anís y regaliz), Blanco (muy liviano con Torrontés y cítricos como el limón y el pomelo) y el Rubí (combina bonarda y Sauvignon Blanc, con manzanilla, albahaca, hibiscos, frutos rojos y pomelo), son el emblema del local y el visitante puede llevárselo a casa.
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Una nueva edición de la Semana del Vermut invita a descubrir las distintas opciones para compartir esta bebida que recorre todo el país como parte de la cultura argentina. Este clásico italiano sacó pasaporte argentino, se reinventó sin perder su esencia y se afianzó como una de las opciones favoritas para los encuentros sociales. El interior del país tiene un peso clave su consumo. De acuerdo con datos de Scentia de 2024 para todos los canales de ventas (almacenes, cadenas y self independiente) el 56 % del volumen total de la categoría se consume fuera de Buenos Aires, siendo el Litoral la plaza más importante con 21 % del mercado, así como Rosario y Mar del Plata experimentaron un crecimiento significativo en los últimos años.
En Mendoza, para la bar manager de Gómez Rooftop, Sabri Rodríguez, el surgimiento de los vermuts artesanales convive con la tradición de grandes marcas: "Es una bebida tan versátil que se puede consumir en cocktails clásicos como en las rocas. Y el favorito sigue siendo el rosso”.
El vermú es cada vez más popular en Argentina. Foto: Malasangre
En Café Belgrano, una de las vermuterías más populares de Rosario, Matías Dana destaca el crecimiento de las variedades más delicadas y perfumadas: "Se disfrutan con soda, tónica o gaseosa de pomelo".
Ya sea en un vaso con hielo, en una jarra con sifón o como parte de un cóctel, el vermut sigue siendo el protagonista de grandes momentos en la mesa argentina. Para los amantes de la coctelería, el vermut también se adapta a nuevos tragos. "El vermut bianco es perfecto para un Spritz donde los toques vínicos del vermut se combinan con las burbujas de un buen brut nature y generan un aperitivo súper fresco, ideal para las tardecitas de verano o para acompañar cualquier almuerzo”, destaca Rodríguez. En tanto, Gustavo Brizuela, de Córdoba, lo propone "con soda y unas gotas de Angostura acompañado de quesos y olivas, una combinación imbatible".
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Por su versatilidad es uno de los ingredientes favoritos de la coctelería y forma parte de tragos icónicos como el Negroni, el Manhattan, el Martini o el Boulevardier. La nueva popularidad impulsó la creatividad en la coctelería. Bartenders de todo el país han reinventado la forma de disfrutarlo, combinándolo con ingredientes inesperados y creando cócteles innovadores.
Para hacer en casa, o degustar en el bar, cada bartender ofreció su mejor versión:
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Dirección: Av. Cramer 2704, CABA, Instagram: @Malasangre.Bar
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Boulevardier de la cosecha: Whisky Wild Turkey, vermut Cinzano Rosso en frutos de chañar, Campari, Oximiel de Suico.
Dirección: Dr. T. Achával Rodríguez 244, Córdoba. Instagram: @gintoneriacordoba
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En un copón de vino con mucho hielo colocar, 75 ml de vermut Cinzano Bianco y 100 ml de espumante brut nature.
Dirección: Garibaldi 7 10° piso, Mendoza. Instagram: @gomezrooftop
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Lo mejor de los dos mundos: 2 partes de Cinzano Rosso, 1 parte de vermut Cinzano Segundo, soda para completar.
Dirección: Bulevar Oroño 90 Bis y Provincias Unidas 770, Rosario, Santa Fe. Instagram: @belgranocafe
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Teté: 25 ml. de gin de manzana, 1 oz Campari infusionado en jarilla, 45 ml Cinzano Rosso, perfume de naranja
Dirección: Don Bosco 1580, Gral. Roca, Río Negro. Intagram: @piltribar
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