Esta construcción de nombre propio se encuentra a un costado de la autovía rumbo a la costa. Su origen esconde sangre, despecho y muerte. ¿Llegaste a verla?
Castillo La Raquel. Foto: Instagram @laraquelestancia
Ir a la costa argentina es un clásico durante la temporada de verano, en Semana Santa o una escapada de fin de semana larga. La ruta 2 conforma un camino amigable y repleta de secretos a sus costados que va desde iglesias abandonadas a un castillo escondido. En el kilómetro 168, detrás de una arboleada imponente, asoma La Raquel con una historia digna de una serie de Netflix.
Las tierras pertenecían a los Guerrero, una de las familias más ricas de la Argentina del siglo XIX y cuya hija, Felicitas, fue víctima de una terrible tragedia que aún hoy impacta por su salvajismos. ¿Cómo nació esta pintoresca edificación y qué relación tiene con los balnearios más famosos?
Secretos de una construcción histórica. Foto: Instagram @laraquelestancia
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Ubicado en el partido de Castelli, provincia de Buenos Aires tuvo como primera propietaria a Felicitas, viuda de Martín de Álzaga, uno de los hombres más ricos de Buenos aires y con muchas propiedades en la zona de la Costa Atlántica. Felicitas tuvo un destino trágico: fue asesinada por un pretendiente y al no tener hijos, sus propiedades pasaron, primero, a manos de su padre y, al morir, a uno de sus hermanos, quien se casó con Raquel Cárdenas. De ahí su nombre, Estancia La Raquel.
La construcción de estilo francés del chalet data de 1894 y, desde sus grandes ventanas, puede apreciarse el río Salado.
Llaman la atención el exterior de color terracota y la gran torre salmón de aires principescos ubicada en el centro y la cúpula puntiaguda gris.
La Raquel, el castillo que perteneció a una de las familias más ricas. Foto: Instagram @laraquelestancia
Valeria Guerrero, hija de Raquel, decidió crear la fundación de la familia en 1972. De esta manera, propició la realización de diversas actividades culturales, especialmente conciertos, en Villa La Raquel. La vieja casa de huéspedes fue reacondicionada como museo y otras instalaciones anteriormente dedicadas al trabajo rural, ahora poseen todas las comodidades para recibir al turismo.
Esta misma Valeria fue la responsable de la creación de Valeria del Mar, balneario vecino de Ostende y Cariló y uno de los más visitados durante la temporada.
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Era llamada “la mujer más hermosa de la República” o “la joya de los salones porteños”, su presencia no pasaba desapercibida. Uno quienes cayó en su encanto fue un tal Enrique Ocampo y sí, era tío abuelo de la famosísima Victoria Ocampo porque vieron que todo queda en familia.
Lo que parecía un simple cortejo se transformó en una obsesión. Enrique la visitaba con esperanzas de formalizar la relación, pero ella solo reaccionaba con distancia amorosa a sus intentos.
Felicitas Guerrero, la mujer "más bella de Buenos Aires"
Felicitas tenías otros planes. En una noche de tormenta se perdió, alejada de una de las estancias que había heredado y se propuso administrar, hasta que se topó con un jinete que la conquistó: Samuel Sáenz Valiente.
Lugar de la tragedia. La casa de descanso de la familia Guerrero, en Barracas, cuando ya existía la iglesia Santa Felicitas
Se comprometieron el 29 de enero de 1872, habían citado a familia y amigos a celebrar con un brindis en la casa de los Guerrero en Barracas. Fue ese mismo día que Felicitas recibió la visita de Enrique, dijo que estaba ocupada y que no podía recibirlo así que el hombre insistió. Antes de saludar a los presentes decidió verse en privado con él, rechazó ir acompañada a lo que sería su último encuentro.
En ese instante el hombre sacó un revólver, se escucharon un disparo y un grito. Dos de los invitados, Bernabé y Cristian Demaría, entraron y vieron a Felicitas con la espalda ensangrentada, caminando tambaleante. Sáenz Valiente la abrazó y ella le pidió: “Me muero, me muero, no me abandone en este instante…”. Felicitas agonizó unas horas, murió el 30 de enero y fue enterrada en el Cementerio de la Recoleta. Sus padres mandaron a construir una iglesia donde fue asesinada.
Por Yasmin Ali
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