101 años de una escritora magnífica de gran trayectoria: María Granata

Granata fundó el Sindicato de Escritores de la Argentina y desde allí apoyó la reelección de Juan Domingo Perón.

Por Antonio Arcuri

Martes 3 de Septiembre de 2024 - 15:09

María Granata, escritora y dirigente peronista. María Granata, escritora y dirigente peronista.

Este 3 de septiembre cumple 101 años la escritora sanvicentina María Granata, quien además de hacer una destacada trayectoria profesional fue una fervorosa militante peronista, al punto de que durante la “Revolución Libertadora” su nombre aparecía entre los artistas amenazados de muerte y sus libros fueron mandados oficialmente a quemar.

Mujer ejemplar por su aporte a las letras argentinas y por su militancia y compromiso con la causa del Pueblo, Granata fundó el Sindicato de Escritores de la Argentina y desde allí apoyó la reelección de Juan Domingo Perón.

María Granata, escritora y dirigente peronista. María Granata, escritora y dirigente peronista.

Luego del derrocamiento del gobierno democrático, en 1955 integró los comandos clandestinos de la Resistencia Peronista contra la dictadura; y en 1957 fue designada por Perón como integrante del Comando Táctico Peronista, máximo órgano de conducción del peronismo durante la clandestinidad.

Entre sus novelas más conocidas sobresale Los viernes de la eternidad (1971), premio Emecé y Premio Nacional de Letras de Argentina, y llevada al cine en 1981 por Héctor Olivera.

La Fundación Konex la distinguió en 1984 con el Diploma al Mérito en el rubro Novela correspondiente a la primera obra publicada después de 1950 y en 1994 con el Diploma al Mérito en el rubro Literatura Juvenil. También recibió el Premio Consagración de la Provincia de Buenos Aires, el Premio Nacional de Letras de Argentina de 1972 y el Gran Premio de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores de 1987.

María Granata, escritora y dirigente peronista. María Granata, escritora y dirigente peronista.

Años atrás Granata contaba por qué le gustaba tanto San Vicente: "Lo curioso es que San Vicente, aun estando pegado a Buenos Aires, haya conservado una casa tan intocada que aún la capital de la República no ha llegado a contaminarla con sus costumbres, su ritmo; aquí todavía existe el silencio, los pájaros que para mí es maravilloso y no solo para descansar, pensar, sino también para sentir".