Un repaso a algunos de los pasatiempos más populares de la actualidad que tienen muchas de sus dinámicas conectadas directamente con el rey de los juegos de naipes.
Por Canal26
Jueves 25 de Mayo de 2023 - 11:30
La historia del juego es casi tan antigua como la lucha eterna contra el aburrimiento. A lo largo de los siglos, siempre hemos intentado mantener nuestra mente ocupada, intentando gestionar de la mejor forma posible nuestro tiempo libre. Los juegos siempre han sido un compañero de viaje muy útil en estos contextos, siendo el poker uno de los reyes por excelencia. Un pasatiempo que se ha mantenido casi inalterable desde el siglo XIX, con reglas muy marcadas y precisas que también han tenido una influencia directa en muchos divertimientos contemporáneos.
Una de las características más destacadas de este juego de naipes es la diversidad de manos de poker que existen. Escalera real, de color, full... la diversificación de sus reglas provoca que las partidas sean dinámicas y fluidas. Esta es precisamente una de las influencias más directas en los sucesores espirituales que aquí expondremos.
Analizaremos una serie de juegos que han situado al poker como un espejo en el que reflejarse, interiorizando algunas de sus mecánicas en su procedimiento. Comprobaremos cómo algunas referencias son muy explícitas y otras más sutiles, pero todas ellas conectadas con la realidad incombustible del mandamás de los juegos de cartas.
Iniciaremos nuestro viaje con uno de los juegos más curiosos de los últimos años. Se trata de Coloretto, un pasatiempo creado en 2003 que utiliza la escala cromática como elemento más destacado. En este caso, encontramos una gran similitud al poker en lo que se refiere al uso del color en las partidas. Es un juego muy accesible y para toda la familia en el que se demuestra el espíritu camaleónico de sus participantes. Básicamente, debemos sumar cartas de un mismo color, que nos aportarán una puntuación más o menos alta. Adjuntamos un vídeo en el que se explica su procedimiento.
Otro juego que se ha convertido en todo un clásico es el Uno. Su popularidad es mundial, y es un título famosísimo que seguramente todos ya conoceréis. En su caso, encontramos dos elementos que le vinculan al póker como juego de mesa. El primero es muy similar al caso de Coloretto, que es el uso del color para desarrollar su mecánica, y el segundo es el uso de cifras y números para hacer avanzar las partidas. Básicamente, el juego consiste en eliminar todas las cartas de las que disponemos hasta deshacernos de nuestra mano al completo. Para ello, debemos situar sobre la mesa cartas que tengan el mismo número o color. Cuando nos quede una sola, debemos llamar la expresión "Uno" para dar a conocer nuestra situación al resto de participantes. Este juego ha mantenido unas reglas casi inalterables con el paso de los años, en una evolución muy similar a la del poker, manteniendo plena vigencia a pesar del avance de los años.
Uno de los elementos clave en la mayoría de los juegos de cartas es la creación de una buena estrategia. De hecho, no dejan de ser juegos en los que la racionalidad juega un papel muy relevante. También es trascendental la actitud con la que afrontamos las partidas, sobre todo en aquellas en las que nuestra comunicación no verbal puede dar pistas a nuestros rivales. En el póker, como bien sabemos, es determinante. Pero es que también existen otros juegos de mesa donde este elemento se convierte en transcendental. Hablamos, por ejemplo, del Mentiroso, un pasatiempo que se juega con una baraja española conformada por 40 cartas. Es un juego muy divertido donde, tal y como su propio nombre indica, debemos intentar engañar a nuestros rivales. Su origen histórico no es fácil de situar, pero hace ya décadas que se ha convertido en un clásico en las sobremesas de los países de influencia hispana. Básicamente, debemos intentar engañar a nuestros rivales colocando cartas boca abajo sobre la mesa, afirmando cuál es la combinación de éstas. Por ejemplo: dos reyes. Si el rival cree nuestro movimiento, sin levantar las cartas, es su turno. De lo contrario, puede destaparlos y ver si realmente su rival ha dicho la verdad. Si el movimiento era real, suma las cartas a su mano. En caso contrario, quien ha mentido recupera las mismas y las suma de nuevo a su propiedad. Gana quien elimine todas las cartas de su mano y llegue primero a cero.
Por último, también encontramos otros juegos clásicos que tienen conexiones espirituales con el póker, como puede ser el caso del blackjack, donde debemos aproximarnos a 21 puntos de la forma más precisa posible. Si superamos esta cifra después de sumar las cartas que vamos colocando sobre la mesa, perdemos. En este caso juega un papel muy trascendental el poder de decisión, saber cuándo levantarse de la mesa o aguantar hasta el final. Ya lo decía la popular canción "The Gambler" del cantante americano Kenny Rogers: hay que saber cuándo efectuar cada movimiento y aguantar hasta el final.
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