"Mi novio no fue taxi-boy", asegura Nazarena Vélez

“Mi novio nunca fue un taxi-boy”, aseguró Nazarena Vélez tras ser consultada acerca del pasado de su actual pareja, el empresario Luciano Garbellano. “Luciano es una persona protectora y un hombre con todas las letras. Millones de ignorantes tienen una mala imagen de él porque leyeron o vieron alguna pavada”, remarcó a la Revista Semanario.

Luciano Garbellano saltó a la notoriedad en 1998 con un escándalo de inmensas proporciones, que involucró al juez de la Nación Norberto Oyarbide en un hecho de corrupción y prostitución relacionado con la casa de citas gay llamada Spartacus. En aquella oportunidad Garbellano presentó un video a la justicia en donde se veía a Oyarbide haciendo uso de los servicios de un taxi boy, y declaró haber pagado alrededor de 420.000 dólares de coima al juez, a cambio de protección para el local que él regenteaba.

Luego fue el sex toy de Moria Casán, invirtió en gastronomía y espectáculos, y se convirtió en una especie de asesor de la carrera de la diva hasta que le tramitó la “separación profesional” de Nito Artaza.

“Luciano es dueño de un restó que es el que más factura en Palermo SOHO, de una escuela de arte, productor y dueño de un teatro que genera fuentes de trabajo. Estoy segura que va a cambiar la historia del cine”, dice ella convencida.

A partir del 5 de abril, con el final de "No somos santas", Nazarena ya no contará con el padrinazgo laboral de Gerardo Sofovich, cerrando así una próspera etapa de su carrera. Sin un plan determinado sobre lo que vendrá a partir de ahora, Nazarena sabe que va a sufrir en carne propia no poder estar en ShowMatch, el programa más exitoso de la TV que tantas satisfacciones le dio el año pasado.