Veinte años del caso Grassi: "Querían desacreditar a todas las víctimas"

El sacerdote Julio Grassi, condenado por abuso sexual y pederastía en 2009. Foto: Télam.

Habló Juan Pablo Gallego, el abogado que logró la condena por abuso sexual del sacerdote Julio Grassi. A veinte años del juicio, el expediente continúa como un caso modelo que puso bajo el microscopio a la Iglesia Católica en Argentina.

“Tenía 35 años allí por 2002 cuando un informe televisivo conmocionaba a la Argentina. Julio Grassi, el sacerdote más famoso del país era acusado por abuso sexual de menores a su cargo y se ordenaba su detención. En pocas horas, Grassi se fugaba de otro canal de televisión, para eludir a la comitiva policial destinada a aprehenderlo", contó Gallego en una memoria que escribió en un diario nacional.

El letrado representó junto a Sergio Piris a uno de los pupilos del sacerdote Grassi, a quien había captado a través de la Fundación "Felices Los Niños". Según recapitula, la entidad contó con casi 30 abogados defensores, con el exfiscal Moreno Ocampo como vocero y el abogado Jorge Sandro como estratega judicial. Entre ellos, comenzaron una operación de desacreditación mediática contra las víctimas. Según Gallego, fueron los encargados de "montar" la idea que continuar con el proceso contra Grassi era "una demostración de la degradación de la Argentina".

“Grababan con cámaras ocultas a los detractores y a los denunciantes de Grassi. Desaparecían expedientes que aparecían en las oficinas de sus abogados. Apretaban a las víctimas. Les formulaban denuncias falsas. Con Grassi en libertad, fue detenido uno de sus abogados defensores", describió el abogado.

Juan Pablo Gallego, el abogado querellante que siguió de cerca la causa. Foto: La Izquierda Diario.

En 2006, a cuatro años del comienzo de la causa, la Justicia de Morón intentó correr al abogado de la causa y desestimar todas las pruebas recabadas en el período de instrucción. Por suerte, Gallego logró obtener la anulación del proceso.

Tres años después, el abogado formuló su alegato de acusación junto a la única pericia psiquiátrica que se la había realizado a Grassi, la cual había estado oculta hasta entonces. Sus alegatos fueron apoyados por la Procuración General de la Provincia de Buenos Aires y la de la Nación.

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Acorde a lo que describió el abogado, la Justicia condenó al sacerdote por actos reiterados de pederastia, pero fue dejado en libertad. Aunque el Tribunal de Casación de la Provincia de Buenos Aires apoyó la condena, Grassi continuaba sin restricciones.

Pero eso terminó en 2013: Gallego presentó una entrevista del sacerdote con Mauro Viale, en el cual atacó a una de las víctimas. Allí, el abogado reclamó por su inmediata detención y lo logró: Grassi fue encarcelado en el penal de Campana y considerado finalmente como “autor reiterado de los delitos de abuso sexual agravado por resultar sacerdote, encargado de la educación y guarda del menor-víctima en concurso real entre sí, que a su vez concurren idealmente con corrupción de menores agravada por su condición de encargado de la educación y de la guarda, cometidos en perjuicio de un menor”.

A pesar de que la primera denuncia fue realizada en 1991, la causa tomó más fuerza luego de constituirse otra por malversación de fondos, la cual resultó en 15 años de condena. Julio Grassi, quien continúa siendo un sacerdote reconocido por la Iglesia, deberá cumplir una condena hasta 2028.

A principios de año, Gallego debió volver a retomar la causa luego que su defensa intentó aplicar el beneficio del 2x1, el cual estipula "la compensación por la demora del Estado en llevar a los detenidos a Juicio". Sin descanso de una causa tenebrosa, el letrado logró que la Cámara de Apelaciones de Morón cancelase el beneficio.