A más de dos meses del derrocamiento de Bashar Al Assad, la situación sanitaria en Siria sigue siendo deplorable

La ONG Médicos Sin Fronteras pudo llevar asistencia a Guta Oriental, una de las zonas más asediadas del país, luego de más de una década sin poder ingresar a su territorio. El relato de protagonistas que vivieron de cerca la devastación de Siria.

Por Ezequiel Alippe

Miércoles 12 de Febrero de 2025 - 12:41

Millones de personas necesitan ayuda humanitaria en Siria. Foto: Reuters. Millones de personas necesitan ayuda humanitaria en Siria. Foto: Reuters.

Tras el derrocamiento de Bashar Al Assad en diciembre del año pasado, tras 24 años de su régimen y 13 años de guerra civil, la situación en Siria resulta caótica y llena de incertidumbre, con la población civil como la principal víctima. 

En ese contexto, uno de los factores más vulnerables es el de la salud. La atención médica en el país resulta deplorable, con falta de insumos, hospitales fuera de las condiciones al menos razonables para operar y una proliferación de enfermedades entre las personas producto de su pésima calidad de vida.

Ataque israelí en consulado iraní en Siria. Foto: EFE. La situación se vuelve desastrosa en cuanto a lo sanitario en Siria. Foto: EFE.

El pasado 21 de enero, la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) consiguió ingresar en la ciudad capital de Siria, Damasco, tras más de una década de no poder hacerlo. Así, comenzaron a operar clínicas móviles a fin de abastecer a la población con atención médica básica. Entre las principales consultas primaron aquellas relacionadas con infecciones gastrointestinales.

En las dos primeras semanas de actividad en Siria, MSF recibió la consulta de 576 pacientes, 77 de ellos niños menores de edad. 

“Tras años de abandono, Guta Oriental, una región situada a solo 10 kilómetros de Damasco, muestra pocos signos de cotidianidad. Las calles, plagadas de edificios en ruinas, están desprovistas de cualquier indicio de vida y quienes siguen viviendo aquí, lo hacen bajo la presión de una abrumadora precariedad económica”, expresó Patrick Wieland, coordinador general de MSF en Siria.

Manifestantes con la nueva bandera de Siria. Foto: Reuters.

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"La magnitud de la destrucción en Siria es enorme", afirma MSF

El propio Wieland le puso palabras a la desolación que vive por estos días el país asiático: “Venir a Guta Oriental y ver todo esto con mis propios ojos ha sido desgarrador. La magnitud de la destrucción es enorme, la gente está atrapada en la pobreza más extrema, sobreviviendo a duras penas".

Y agregó: "El cierre de los centros sanitarios durante todos estos años ha provocado grandes déficits de atención médica. Y los servicios con los que cuentan hoy en día sus habitantes son extremadamente limitados”.

Médicos Sin Fronteras en Siria. Foto: MSF. La presencia de Médicos Sin Fronteras en Siria. Foto: MSF.

Otro represente de la ONG, Bilal Alsarakibi, quien es responsable médico de MSF, describió: “Familias enteras viven entre los escombros de edificios destruidos que parecen sacados de la Edad Media”.

“El nivel de abandono es inimaginable; las necesidades médicas son enormes y tratar de encontrar asistencia sanitaria es una carrera desesperada contra el tiempo. La gente vive en condiciones deplorables. Carecen de agua potable, alimentos adecuados, infraestructuras sanitarias y calefacción para sus hogares, lo que los expone a muchos riesgos para la salud”, agregó Alsarakibi.

Entretanto, las tareas de asistencia a los más damnificados se centran en las ciudades de Guta Oriental, como Duma, Harasta, Zamlka, Hamoria, Ain Tarma y Kafr Batna.

El panorama de la situación lo explica con detalle y sencillez Mohammed Riad, uno de los pacientes que acudió a las clínicas móviles de MSF: “Cuando la gente enferma o sufre lesiones, es muy difícil recibir atención sanitaria; no hay ambulancias y los medicamentos son demasiado caros”.

Entre las afecciones más comunes que se están registrando en Siria en el último tiempo destacan las respiratorias y las intestinales, estas últimas vinculadas a la contaminación alimentaria. 

Ali Jamenei, líder supremo de Irán. Foto: Reuters.

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Más de una década de constante desolación

“Debido al asedio de 2013, miles de personas resultaron heridas y muchas sufrieron la pérdida de extremidades a causa de los ataques aéreos que se producían a diario”, dice Othman Al-Rifai, residente de Guta Oriental. 

Damasco, la capital de Siria. Foto: Reuters. Ataques en Damasco, la capital de Siria, un ejemplo más de la devastación en el país. Foto: Reuters.

A este panorama se sumó otra dificultad sanitaria más: "Los médicos emigraron al extranjero porque los salarios eran bajos. Las consecuencias de todo aquello son las que pueden verse a simple vista hoy en día”, agregó la misma persona.

Al momento en que las fuerzas de la oposición tomaron el control de Guta Oriental en 2012, las Fuerzas Armadas sirias impulsadas por Bashar Al Assad asediaron severamente la región. Esto generó incesantes bombardeos terrestres y aéreos, los cuales no discriminaron sitio y muchas veces fueron dirigidos contra hogares, hospitales y mercados. 

Entretanto, para arrinconar a los rebeldes, se privó deliberadamente a la población de alimentos, agua y medicinas. “Todas esas privaciones fueron usadas como arma de guerra”, explicó Wieland, el coordinador general de MSF.

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