Guerra en Medio Oriente: cómo entender la compleja red de relaciones entre Hamás y Hezbollah

Hezbollah y la bandera de Israel. Reuters

La batalla entre Israel y Hamás volvió a poner en el centro de escena no sólo a Medio Oriente como zona de inestabilidad y guerra, sino que también expuso, una vez más, las complejidades que caracterizan a esta región. Como si esto fuera poco, a los intereses de las grandes potencias y tendencias políticas de los Estados de la región, hay que sumar a los grupos armados que operan en esta zona y que muchas veces responden a intereses que realmente no quedan del todo claros:  Hamás, Hezbollah y Yihad Islámica, ¿a qué intereses responden cada una de estas organizaciones?, ¿quiénes son y por qué existen estos grupos enemistados con Israel?

Partidarios de Hezbollah sostienen pancartas y banderas. Reuters 

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El grupo Hamás

El grupo que actualmente está en boca de todos es Harakat al-Muqawama al-Islamiya (que se podría traducir como Movimiento de Resistencia Islámica), más conocido bajo el acrónimo de Hamás (palabra que a su vez en árabe significa “fervor”, término cargado de connotación religiosa en el Islam). Esta organización tiene su base territorial en la Franja de Gaza. Es destacable que no se trata de una simple organización armada, sino que en su zona de influencia posee control absoluto sobre aspectos fundamentales de la administración: educación, salud, trabajo, etc. Tanto es así que el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbás no tiene, valga la ironía, ninguna autoridad efectiva sobre Gaza.

Hamás surgió tras la primera Intifada, a fines de los años 80. ¿Qué es una Intifada? Dicho en pocas palabras, es como se llama a los levantamientos de palestinos contra el Estado de Israel, que desde los ochenta hasta acá se dieron en repetidas oportunidades. Las condiciones deplorables en que viven los habitantes de la Franja de Gaza son un combustible más que suficiente para que se renueve el fervor por atacar a Israel en las nuevas generaciones de palestinos.

Protesta en apoyo de los palestinos en Gaza, en Beirut, Líbano. Reuters 

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Los ejes de acción de Hamás

Podríamos decir que Hamás tiene dos ejes de acción. Es un partido político que se presenta (y gana) elecciones (posee 74 escaños en el Consejo Legislativo Palestino) Pero también tiene un brazo armado: las Brigadas Al-Qassam, razón por la que diversos Estados consideran a la organización como terrorista.

Es difícil determinar a ciencia cierta de dónde obtiene Hamás su financiamiento, aunque suele señalarse a capitales cataríes como su fuente esencial de divisas (y que algunas autoridades de Hamás vivan en los alrededores de Doha, capital de Catar, no ayuda a evadir las sospechas)

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Hamás no está solo: la Yihad Islámica

La Franja de Gaza, aunque pequeña geográficamente, tiene en su territorio a otro grupo armado: Yihad Islámica. Se trata también de una estructura quizás más radicalizada en su concepción que Hamás, del que está muy lejos en cuanto a poderío y seguidores. Si bien las dos formaciones se han enfrentado por obtener la supremacía en su zona de influencia, no impidió esto que la Yihad Islámica colabore de forma importante en la operación contra Israel del mes pasado. Al igual que Hamás, posee financiamiento externo, acción que se le suele atribuir a Irán, a pesar de pertenecer a ramas distintas dentro del Islam.

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El Hezbolá

Saliendo de Gaza y yendo hacia el norte, en Líbano nos encontramos con el conocido “Partido de Dios”, es decir, Hezbolá. Aparece aquí una similitud con Hamás: no es sólo una organización paramilitar, sino que también participa activamente en la política de su país, contando incluso con representantes dentro del gobierno, y administrando de forma casi independiente los territorios donde gobierna. ¿Qué tan importante es esta organización?

El líder de Hezbolá en el Líbano, Sayyed Hassan Nasralla. Reuters 

Este grupo aglutina, en términos generales, a toda la población chiita de Líbano, que ronda entre el 30% y el 40% del total. Líbano sufrió en los ochenta una larga y cruenta guerra civil. Hezbolá participó, y fue el único de los grupos armados que no se desarmó tras los acuerdos de paz firmados en 1989. Su centro de poder está ubicado en los departamentos sureños de este pequeño país costero (o sea, pegado a Israel), aunque su influencia en muchos barrios de la capital Beirut es notable.

Ideológicamente muy cercano a los principios de la Revolución Iraní, recibe de los persas casi todos sus recursos. Es considerado incluso un brazo de Irán, a través del cual  puede actuar sin sufrir los costos por ello. Esta cercanía, y la enemistad entre israelíes e iraníes, llevó a muchos a pensar que Hezbolá podía atacar a Israel y sumarse a la ofensiva de Hamás. Más allá de algún que otro encontronazo, por el momento nada de eso sucedió. No parece casual, de hecho, que Hassan Nasrallah, líder de Hezbolá, al expresarse en público por primera vez desde los acontecimientos del 7 de octubre, haya dejado claro que lo sucedido era una obra “100% palestina”. Más allá de las amenazas, no pareciera haber interés alguno en escalar el conflicto.

Miembros de Hezbollah marchan. Reuters 

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¿Cuál es el punto que tiene en común estos grupos? 

Surge un espacio común entre estos grupos armados: aunque con matices, todos colocan a la religión islámica como eje y base de su accionar e ideario. Asimismo, aunque también con diferencias, todos se han declarado de una forma u otra como enemigos de Israel. ¿Esto los vuelve necesariamente aliados? Como hemos dicho en otra oportunidad, no. A pesar de lo discursivo, Hamás y Hezbolá tomaron posiciones antagónicas en reiteradas ocasiones, y este podría ser el caso.

Mientras Irán estaba participando en el proceso de paz con Arabia Saudita, bajo auspicio de China, parece difícil que diera su apoyo a un ataque de esta naturaleza que pone a toda la región en un grado de máxima tensión. Incluso EE. UU descartó rápidamente que estuviera detrás la mano de Irán. ¿Quién entonces está detrás de Hamás? ¿Solo Catar?

Soldado israelí pasa por delante de una casa dañada tras un ataque mortal de Hamás desde la Franja de Gaza. Reuters

¿Puede entenderse el ataque solo como una respuesta a las por supuesto deplorables condiciones en que se vive en la Franja? ¿Quién sale beneficiado de esta situación que puede arrastrar a Medio Oriente a un conflicto generalizado?

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