Se cumple un año de la muerte de gobernadora en México y continúan las dudas

Martha Erika Alonso y su esposo Rafael Moreno Valle.

La gobernadora del céntrico estado de Puebla, Martha Erika Alonso, y su esposo, senador y exgobernador de la misma región, Rafael Moreno Valle, murieron accidentarse el helicóptero en que viajaban hace un año y aún hay misterio sobre lo que realmente sucedió.

El secretario de Comunicaciones y Transporte, Javier Jiménez Espriu, ha dicho que ya se han realizado todos los estudios necesarios para saber qué pasó. El resultado, ha dicho, lo presentarán en el primer trimestre de 2020.

Alonso y Moreno viajaban de Puebla a Ciudad de México a bordo de un taxi aéreo, un helicóptero Augusta 2011, con dos capitanes y el asistente del senador. Todos fallecieron en el accidente.

La aeronave se desplomó a 10 minutos de haber despegado sobre campos de maíz en el municipio de Tlaltenango, tras perder comunicación con la torre de control.

Alonso fue investida como la primera gobernadora de Puebla el 14 de diciembre, después de que el tribunal electoral ratificara su triunfo en las elecciones del pasado 1 de julio, tras medio año de una controversia con Luis Miguel Barbosa, candidato del partido oficialista Movimiento Regeneración Nacional (MORENA). Barbosa, de Morena, denunció fraude y obligó a intervenir a la justicia electoral.

El recuento reveló irregularidades, pero nada que modificara el resultado final. En diciembre, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación avaló finalmente los resultados y el día 14, Alonso tomó posesión del cargo.

Anteriormente, numerosos funcionarios mexicanos sufrieron accidentes en helicóptero.

Uno de los percances más sonados fue el ocurrido en 2008 al poniente de Ciudad de México y en el que fallecieron el exsecretario de Gobernación Juan Camilo Mouriño y otros cuatro funcionarios.

En 2011, el helicóptero del entonces secretario de Gobernación Francisco Blake Mora se estrelló al sur de la capital.

Hace casi un año, el 23 de enero se publicó un informe preliminar donde la Secretaría de Comunicaciones y Transportes dijo que no era normal la posición de caída del helicóptero, casi vertical.

Además de esto, llama la atención la cremación de los cuerpos ya que fueron cremados a casi 24 horas de transcurrido el hecho.

A mitad de año, en junio, la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) emitió un informe en el que aseguraba que ni los motores ni los componentes de los controles del helicóptero presentaron fallas antes del accidente. Aunque explicaron que "los componentes de memoria interna, que podrían confirmar lo anterior, resultaron dañados por el impacto y el fuego, por lo que no se pudo obtener datos".