Buena parte de los alrededor de seis millones de emigrados atraviesan una crítica situación en Colombia, Perú, Chile, Ecuador y Brasil, donde enfrentan problemas para obtener empleo, y acceder a la salud y educación públicas.
Por Canal26
Sábado 9 de Octubre de 2021 - 16:30
Fotos EFE.
Las recientes manifestaciones en Chile volvieron a poner en primera plana la crítica situación que atraviesa buena parte de los alrededor de seis millones de emigrados venezolanos en cinco de los ocho principales países receptores de esa migración.
Los principales países receptores son Colombia (1,7 millones), Perú (un millón), Estados Unidos (465.200), Chile (457.300), Ecuador (451.100), España (415.000), Brasil (261.400) y la Argentina (173.200), según el último informe de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de la ONU.
En general no se reportaron inconvenientes para los venezolanos en Estados Unidos y España, situación que algunos expertos consultados atribuyeron a las condiciones más rígidas que esos países imponen al ingreso de inmigrantes.
Tampoco en la Argentina, donde la lejanía y la diferencia de clima con Venezuela operan como barreras a la hora de decidir la mudanza, y además -según el coordinador del Observatorio Diáspora Venezolana, Tomás Páez- los sucesivos Gobiernos dieron "facilidades" al establecimiento de venezolanos.
Colombia es el mayor receptor y pasó de hospedar a menos de 100.000 venezolanos hace cinco años a 1,7 millones en la actualidad.
Aquella primera migración, compuesta esencialmente por profesionales y técnicos petroleros despedidos de la estatal Pdvsa y empresarios afectados por las expropiaciones, se convirtió en una mucho más masiva, integrada en su mayoría por personas que "se mueven entre la urgencia y la necesidad", según un reciente informe del diario madrileño El País.
Ni el Estado colombiano ni las ciudades "estaban preparados" y "la ciudadanía tampoco", lo que "ayuda a entender que dos tercios de la población se mantengan en una posición de rechazo frente a los recién llegados", agregó el periódico.
En ese contexto, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López -del partido progresista Alianza Verde-, dijo en marzo pasado, tras el asesinato de un policía, que no era "la primera vez" que se registraban "actos muy violentos de migrantes venezolanos" que "primero asesinan y luego roban".
Cinco meses después, López propuso la creación de un comando policial especial para la identificación de inmigrantes.
En Perú, el tema de la inmigración venezolana pasó "a segundo plano con la pandemia", aunque "volvió a figurar en las noticias a comienzos de febrero de 2021 debido a la militarización de la frontera entre Perú y Ecuador, la cual buscaba evitar la entrada de personas venezolanas 'ilegales'", dijo el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur) en un informe de marzo pasado.
Periodistas de los principales diarios limeños -El Comercio, La República y Perú 21- consultados para ese estudio admitieron que la cobertura mediática del tema "ha sido prejuiciosa" y que había "muchos aspectos por cambiar, especialmente en cuanto a las narrativas y/o términos utilizados".
Antes, en enero de 2020, el Gobierno del presidente Martín Vizcarra había creado la Brigada Especial de Investigación Contra la Criminalidad Extranjera, un cuerpo de élite de la Policía Nacional del Perú (PNP), pocos días después de que fueran capturadas 144 personas (venezolanas, colombianas y peruanas) integrantes de una organización llamada Los Venecos y dedicada a la prostitución, el sicariato y otros delitos.
El mandatario de Venezuela, Nicolás "Maduro nos inundó de delincuentes venezolanos", justificó el entonces ministro del Interior, general retirado de la PNP Carlos Morán. Tanto Maduro como el líder opositor Juan Guaidó hicieron pública su preocupación por la creación de esa brigada.
Chile fue uno de los países que facilitó la llegada de venezolanos, pero este año endureció su política, sobre todo desde que las autoridades detectaran que solo en enero habían ingresado más de 2.000 inmigrantes sin papeles -de varias nacionalidades- a través de pasos no habilitados en la frontera con Bolivia.
Entre febrero y agosto de este año, el Gobierno expulsó a cientos de inmigrantes -la gran mayoría, venezolanos- en al menos cinco operativos espectaculares en los que fueron llevados hasta el avión vestidos con mamelucos blancos con capucha y mascarillas, esposados y acompañados cada uno por un policía.
Las imágenes causaron el repudio de organizaciones internacionales, pero también exacerbaron el rechazo de muchos chilenos a la llegada de venezolanos, lo que quedó de manifiesto el 25 de septiembre pasado en la ciudad de Iquique.
Ese día, unas 5.000 personas protestaron con consignas tales como "Fuera ilegales" y "No más migrantes", y quemaron un campamento de venezolanos en situación de calle.
Ecuador, por su parte, recibió a más de 1,5 millones de venezolanos, pero la mayoría siguió hacia el Sur y solo se afincaron poco más de 451.000. El país ofrece "alto nivel de protección legal y asistencia social" a inmigrantes y refugiados, que incluyen "acceso libre a la educación y atención médica", según un informe del Banco Mundial.
No obstante, los venezolanos "frecuentemente son culpados por tomar los trabajos de la población de acogida" y de que "sobrecargan el uso de los servicios del Estado, especialmente en lo que concierne a educación y salud" aun cuando "no existe evidencia" de ello, continuó el trabajo.
Asimismo, las mujeres "están expuestas a una alta vulnerabilidad" y enfrentan problemas tales como "la discriminación laboral", mientras "las niñas y adolescentes venezolanas, en especial, están expuestas desproporcionalmente a altos riesgos de trabajo infantil y ausentismo escolar", agregó.
El presidente Guillermo Lasso afirmó hace un mes que estaba elaborando un plan de "regularización con integración" para 450.000 venezolanos, tras haber hecho anuncios similares en abril -cuando ya había sido electo pero aún no había asumido- y en junio.
Imagina tener que huir de tu país.?
— Acnur/Unhcr Américas (@ACNURamericas) October 8, 2021
Imagina llegar a otro país y ni siquiera poder ir a la escuela.?
Aquí 5 cosas que tu país puede hacer para garantizar que todos los niños y niñas refugiados tengan acceso a la educación. pic.twitter.com/SjweOw6zYf
Brasil, por otra parte, ofrece asistencia social a los extranjeros sin importar su condición migratoria y la cantidad de venezolanos que recibe ayuda financiera mediante programas sociales se triplicó desde el comienzo de la pandemia y alcanzaba a 18% de los inmigrantes de esa nacionalidad, según un artículo que la ONU de mayo pasado.
No obstante, los venezolanos "enfrentan obstáculos en el acceso a servicios sociales, el mercado laboral formal y el sistema educativo", muchos de ellos derivados de "barreras lingüísticas" y de la dificultad de certificar estudios o competencias profesionales, continuó.
Por ese motivo, añadió, los venezolanos tienen 64% menos de probabilidades de obtener un empleo que los brasileños, 30% menos chances de registrarse para recibir subsidios y, en el caso de los niños, 53% menos de probabilidades de asistir a la escuela.
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