Elecciones
“Antón Pirulero... Cada cual, cada cual atiende su juego y el que no, el que no, una prenda tendrá”. Aquel juego infantil representa de manera exacta lo que está sucediendo en las horas previas a la elección del domingo. Sobre todo en el oficialismo donde reina la presunción que no habrá cambios sustanciales en los guarismos de las primarias. Pero también en una oposición como la de Juntos cuya morfología desde el lunes comenzaría a cambiar y nadie se anima a asegurar de qué manera llegará al 2023. El fin de una era parece acercarse.
“El humor social no cambió de forma sustancial desde septiembre a esta parte, ¿por qué el resultado sería distinto?” coinciden la mayoría de las fuentes consultadas con contactos directos en los territorios. A la respuesta se le puede adicionar una cuestión que viene siendo planteada desde este mismo espacio hace varias semanas. Será clave el nivel de compromiso que tome cada intendente en el despliegue para ir a la búsqueda de quienes no votaron y convencerlos para que lo hagan. Primer ejemplo por qué cada cual atiende su juego. Habrá diferencias a lo sucedido en las PASO. Mientras en septiembre ciertos intendentes del conurbano movilizaron hasta 1800 autos y colectivos, otros no lo hicieron.
Para esta elección eso será distinto. Todos han trabajado en el peinado del padrón a los fines de saber quienes no fueron a votar y los llevarán. Los que no habían contratado autos sí lo harán y aquellos que lo habían hecho lo reforzarán. Nadie puede garantizar que los “nuevos votantes” apoyen los candidatos del gobierno nacional y provincial. Los alcaldes harán su mayor esfuerzo para que, al menos, sí voten la lista de sus concejales. “Se están repartiendo las boletas cortadas, lo que no es lo mismo que hacer delivery”, acota un concejal del Frente de Todos en la zona norte del conurbano que lleva adelante esa tarea. Para los jefes comunales, ganar sus distritos, más allá de lo que suceda con otras categorías es clave para la discusión que viene en la reconfiguración de las coaliciones. Las medallas de combate, para los barones, son el triunfo y, sobre todo, la diferencia que obtengan. Son sus cartas de presentación. La llave que hace sonar sus teléfonos con mayor o menor intensidad. Cada cual, atiende su juego. Y el que no, una prenda tendrá.
Las encuestas han mostrado hasta aquí sus dificultades para predecir los resultados que luego llegaron. El ejercicio más interesante pasa por escudriñar el ánimo de los protagonistas que, aunque veces se encapsulan en burbujas sobre lo que sucede realmente, muestran muecas de un escepticismo lógico en las filas del Frente de Todos - enumerar los desaguisados es redundante- y rostros de confianza en Juntos. ¿Es fiable? El domingo se sabrá.
El jefe de gobierno porteño Horacio Rodriguez Larreta dedicó varias horas esta semana en bajar al conurbano para recorrer distritos junto a Diego Santilli e incluso sólo. Allí, en las reuniones que mantiene con los dirigentes se lo observa calmo y confiado. Más tarde, cuando se le consulta sobre los resultados del domingo va más allá y se anima a esbozar cómo será la dinámica interna de Juntos para volver al poder provincial y nacional, donde él mismo quiere ser protagonista. “Lo primero que espero es que el gobierno escuche el mensaje de las urnas, recapacite y cambie el rumbo. Es cierto que la reacción que tuvieron después de las PASO no fue muy alentadora”, expresó Larreta luego una recorrida por el Gran Buenos Aires. “Horacio (Larreta) ha comenzado a seducir a quienes tienen peso territorial para que lo acompañen en la interna que se viene dentro de la oposición”, afirmó un dirigente bonaerense que suele participar de las tertulias.
No será una tarea sencilla. La decisión hasta ahora exitosa de haber propuesto a Diego Santilli para ser candidato en la provincia de Buenos Aires no es un cheque en blanco. Sí un activo importante. Desde el lunes comenzará una nueva discusión que llevará, indefectiblemente a una modificación de la morfología de la coalición opositora. Así como Larreta asegura que el próximo gobierno tendrá que contar con el 70 por ciento de apoyo político, Mauricio Macri está dispuesto a tensar el camino del alcalde. Y en las últimas horas fatiga el teléfono para invitar a tomar café a su domicilio a dirigentes peronistas de la provincia de Buenos Aires. Es claro que nunca archivó su idea de jugar el “segundo tiempo”.
Tampoco ha sido casualidad la exaltación que hizo Macri de la figura de Javier Milei cuya imagen crece mas allá de la General Paz. Su espacio es representado en la provincia de Buenos Aires por José Luis Espert que no despierta la misma devoción pero podría ser un dolor de cabeza para muchos intendentes. En las comunas comenzaron a hacer un calculo importante. El pronostico del tiempo augura lluvias para este domingo. Se cree que si eso acontece, la asistencia a las urnas podría mermar de lo que hoy presagian. De ser así, ante menor cantidad de votantes baja el piso para que las fuerzas minoritarias alcancen la linea porcentual para acceder a las bancas. En el Gran Buenos Aires se necesitan 8,33 por ciento de los votos para sumar un concejal. La izquierda y los libertarios pelean por ese número mágico y meterse en la discusión de los concejos deliberantes. También es importante para la representación en el legislatura bonaerense donde la mirada está puesta en la próxima conformación del senado.
En la primera sección electoral, si se repitiera el resultado de las primarias, ingresarían cinco senadores de Juntos y tres del Frente de Todos. La posibilidad de un reparto 4 a 4 no es muy lejana. El peronismo necesita recuperar pocos votos e ingresaría Sofía Vanelli, actual concejal en Vicente López del Frente Renovador y funcionaria en la Administración de Puertos. Responde a Sergio Massa, quien ya ha dado muestras en la campaña que sus postulados que dieron origen al espacio que conduce guiaron las propuestas más concretas del oficialismo. Hasta la propia campaña del SI. Su futuro forma parte de la serie de incógnitas que comenzarán a develarse desde el lunes.
Las mismas dudas que ofician entre los planteos sobre el rumbo que tomará el Frente de Todos como coalición política. Una derrota sepultará definitivamente la aseveración de la unidad como principal activo ganador. Por lo pronto se apresta a cerrar la campaña este jueves en Merlo, el distrito peronista más populoso de la primera sección.
Se esta gestando la idea de un nuevo tiempo político en la Argentina, donde los extremos podrían reunirse y los centristas hacer lo propio. Sería el fin de una era, donde lo que hoy está unido podría separarse y alumbrar una nueva morfología de coaliciones. Las urnas darán la respuesta.
*Por Sebastián Dumont
Periodista de Canal 26