Las enseñanzas de una tragedia argentina

Por Antonio Arcuri

Lunes 24 de Marzo de 2025 - 10:09

La bandera argentina flameando delante de la Casa Rosada. Foto: Reuters / Agustín Marcarian La bandera argentina flameando delante de la Casa Rosada. Foto: Reuters / Agustín Marcarian

Estamos recordando el 49°aniversario del golpe cívico militar que el 24 de marzo de 1976 quebró el orden constitucional e instauró en el país una política de terror y persecución que causó la desaparición y muerte de miles de compatriotas.

Por razones de edad, casi el 70 por ciento de la población argentina actual no vivió lo que sucedió en aquel tiempo surcado por hechos que marcaron para siempre a quienes fuimos testigos de la barbarie y la destrucción del aparato productivo del país.

Un tiempo en el que las fuerzas armadas, instigadas por civiles antidemocráticos, en el marco de una profunda crisis política, decidieron poner fin a al gobierno elegido en las urnas. Por entonces, el gobierno de Isabel Martínez de Perón estaba jaqueado por grupos terroristas de izquierda y bandas paramilitares de derecha que dirimían mediante la violencia sus diferencias ideológicas. Se desató así una etapa oscura, sin vigencia de las garantías constitucionales y con los poderes del estado intervenidos, con persecuciones, atropellos y censura.

Fue también un tiempo de represión para los trabajadores. Lograban así, con la amenaza de las armas, lo que hasta entonces no habían podido obtener: disciplinar al movimiento obrero, mayoritariamente peronista, que se resistía a entregar las conquistas logradas a lo largo de muchos años de lucha.

Muchos sufrieron en carne propia el horror de la tortura y la metodología siniestra de la desaparición forzada que los borró físicamente de la faz de la tierra. El Juicio a la Juntas Militares, donde se juzgó el accionar de las cabecillas militares entre 1976 y 1983, probaría años más tarde que se trató de un plan criminal para poner en marcha una represión ilegal nunca antes vista.

El acuerdo al que llegamos los argentinos es Nunca Más al quiebre del Estado de Derecho. Ese consenso democrático se plasmó en la Ley 25633, de 2002, que instituyó la fecha del 24 de marzo “Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia”, como una jornada de reflexión y memoria. Hoy, a pesar de todos los problemas que tenemos, podemos comprobar con orgullo que el Estado de Derecho y la República funcionan en la Argentina sin interrupciones desde 1983, durante más de cuatro décadas, en el período más extenso de continuidad democrática desde el Golpe de 1930.

Por Antonio E. Arcuri 

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