"Sentí que nos iban a matar": el dramático relato de una familia que fue torturada por confusión

Los delincuentes abrieron las rejas de su casa con un criquet. Foto: Twitter @BORECITA.

Otro nuevo hecho delictivo conmocionó a La Plata. Esta vez, una familia fue violentamente atacada por un grupo de tres delincuentes, que ingresó a su domicilio el martes pasado durante la madrugada en busca de "guita y oro".

"No paro de llorar, estoy llena de bronca e impotencia. Me robaron. Se metieron en mi casa, mi lugar, mi refugio", comenzó relatando Florencia, una enfermera de La Plata, en su cuenta de Twitter, donde narró el dramático episodio.

No paro de llorar, estoy llena de Bronca e impotencia.
Me robaron.
Se metieron en mi casa, mi lugar, mi refugio.
Con rejas, 3 cerraduras, alarma..., abro hilo de descarga

— FLORCITA RUMI M. Z.🙌 (@BORECITA) April 26, 2023

Y continuó detallando: "Abrieron la reja de casa con un criquet. Estábamos durmiendo. Imaginen despertar con un arma en la cabeza y tres tipos diciéndote 'tranqui, ya está, te entregaron'".

Luego de ello, Florencia confesó que, en una fracción de segundos, tanto ella como su marido estaban atados de pies a cabeza: "Entre el terror que sentía por las armas y la impotencia de no poder ni siquiera entender, lo único que escuchaba era '¿Dónde está la guita y el oro?'".

"Me preguntaron si había alguien más en la casa y antes de responder temí por la vida de mi hijo, que dormía en su pieza. Les rogué con llantos que por favor no le hagan nada. Lo trajeron a punta de pistola y lo ataron de pies y manos", develó la enfermera.

En esa misma línea, la mujer sostuvo que "se llevaron todo lo que pudieron: plata, ropa, las alianzas, relojes, perfumes, computadoras y celulares". Justamente, antes de irse, le pidieron que cambie la clave del teléfono móvil para que no puedan ser rastreados.

Las nuevas rejas del domicilio robado en La Plata. Foto: Twitter @BORECITA.

Por último, Florencia reveló que los delicuentes encontraron sus armas en un placard, pensaron que su esposo era policía y, luego de ello, comenzaron las torturas: "Literalmente, sentí en el cuerpo que nos iban a matar. Que mi hijo iba a ver como fusilaban a sus padres. Llegó un llamadito y se fueron. Estuvieron dos horas dentro de la casa, nadie vio nada".

Y concluyó con su dramático relato: "Lloro de bronca y no es lo material, aunque en mi celular estaba prácticamente todo mi laburo. Las alianzas que eran el símbolo de mi matrimonio de 20 años. Lloro porque me robaron la seguridad escasa que tenía de sentirme protegida, a pesar de las rejas, luces y mil llaves".