Es considerada una de las mejores en su rubro, miles de turistas viajan cientos de kilómetros para conocerla y es de los grandes orgullos porteños. La historia secreta que esconde.
Plaza Lavalle. Foto: Wikipedia
Uno de los grandes atractivos de Argentina ha sido su arquitectura, con una fuerte influencia europea, sea italiana, francesa o española, el país posee grandes construcciones que son admiradas por el mundo entero. Hay una que destaca por su impronta, colándose entre las mejores del mundo en su ámbito.
Hablamos de no otro que el Teatro Colón de Buenos Aires, considerado por turismo Travel365 como el teatro de ópera más importante del mundo. Su acústica lo vuelve excepcional y su majestuosa arquitectura es en un referente en toda América Latina.
Turismo Travel365 describió esta construcción como "un auténtico monumento del arte teatral, lírico y acústico, y sin duda, uno de los mejores de la historia". El Colón ha sido desde siempre un teatro venerado por el público y por los artistas más renombrados. ¿Conocés cómo fue su construcción a quienes tildan de "maldita"?
Teatro Colón. Foto: teatrocolon.org
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El primitivo Teatro Colón se encontraba frente a Plaza de Mayo, en lo que hoy se conoce como manzana del Banco Nación, y levantó el telón el 25 de abril de 1857 con la ópera La Traviata de Giuseppe Verdi. Este viejo edificio cerró sus puertas el 13 de septiembre de 1888 con el estreno de Otello de Verdi. Aquel dinero estaba destinado al "nuevo" que debía ser inaugurado en 1892, pero tardaría mucho más que eso. Debieron pasar 20 años, tres arquitectos y un asesinato para que el actual, en Cerrito 628, abra sus puertas y se convirtiera en un emblema del arte mundial.
Se llamó a licitación en 1889, ganando el músico y empresario de ópera italiano Angelo Ferrari que presentó un proyecto del arquitecto e ingeniero italiano Francesco Tamburini. Pero el mismo año en que se colocó la piedra fundacional, Tamburini falleció con 44 años.
Teatro Colón por dentro. Foto: teatrocolon.org
El encargado de sucederlo fue el arquitecto italiano Vittorio Meano quien realizó modificaciones sustanciales al diseño original de Tamburini, siempre respetando la forma de "curva italiana" adoptada para la sala, que establecía una jerarquización social de los espectadores. Para septiembre de 1892 obtiene la aprobación municipal de los planos. Ferrari contrata para realizar la obra a la empresa constructora de los italianos Ítalo Armellini y Francisco Pellizzari.
Aquí comenzaron los problemas porque en 1894, a menos de dos años de iniciadas las obras, quebró la empresa de Ferrari y todo quedó paralizado por ocho años. En 1897 el Congreso Nacional dispuso por ley 3474 que fuera la Municipalidad de Buenos Aires la que se hiciera cargo de la licitación y en 1899 establece un nuevo proyecto de obra y selecciona el diseño presentado por Meano. Entre las contrataciones de la empresa constructora se encuentra la del escultor Luis Trinchero para realizar las cuatro cariátides de los balcones laterales del frente del edificio, los bustos de Mozart, Bellini, Bizet, Beethoven, Gounod, Rossini, Verdi y Wagner, el coronamiento de los palcos avantscène y en general los bajo y altorrelieves del teatro.
El 1 de junio de 1904 es asesinado de dos balazos el ingeniero Meano, con apenas 44 años. Si bien se cree que esto tuvo que ver con problemas de amores, Lisandro de la Torre denunció que su fallecimiento tuvo su causa en los actos de corrupción en la obra del Congreso Nacional. Lo cierto es que al obra nuevamente sufría un nuevo revés.
El interior del teatro. Foto: teatrocolon.org
Ante la muerte de Meano, la Municipalidad encomendó la dirección de la obra en forma honoraria al ingeniero belga Julio Dormal, que dependía del municipio y que se haría cargo en febrero de 1905. El elegido realiza grandes cambios a los planos, eliminando locales y agregando la gran marquesina vidriada sobre la calle Libertad.8 Además dispuso que se demoliera y volviera a construir la platea móvil, debiendo hacerse cargo del costo la empresa Pellizzari y Armellini.
Luego de veinte años de obra el edificio fue finalmente inaugurado el 25 de mayo de 1908 con Aída, de Giuseppe Verdi.
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